Tras la renuncia de la ministra de Economía, Justin Trudeau estaría considerando dimitir de su cargo
Se agrava la crisis interna del Partido Liberal y piden la renuncia del primer ministro
En medio de una crisis en Canadá que ha provocado la renuncia de su ministra de Economía debido en parte a las medidas anunciadas por Trump, el primer ministro, Justin Trudeau, estaría considerando dimitir.
Trudeau le comunicó a su gabinete que está considerando la posibilidad de renunciar o prorrogar las sesiones parlamentarias, según la cadena de televisión CTV News. Asimismo, tiene previsto brindar un discurso en el Parlamento el martes.
La renuncia de Freeland representa uno de los mayores desafíos a los que se ha tenido que enfrentar el jefe de Gobierno desde que asumió, hace casi una década. Su imagen positiva, que era del 63 % durante los primeros meses de mandato, cayó por debajo del 30 % este año, en un contexto de dificultades económicas, escasez de vivienda y desacuerdos sobre la cuestión de la inmigración.
Incluso, algunos funcionarios de alto rango del propio Partido Liberal también han pedido su renuncia antes de las elecciones generales, que están previstas para octubre del año que viene.
El lunes, la viceprimera ministra y ministra de Economía, Chrystia Freeland, dimitió horas antes de anunciar el primer plan económico del país antes del cambio de administración en Estados Unidos, para el cual el presidente electo Trump prometió implementar una política económica nacionalista que afectaría la economía canadiense.
En su mordaz carta de renuncia, Freeland cuestionó la capacidad de Trudeau para hacer frente al aumento de tarifas con el que amenazó a Canadá el gobierno de Trump, al que se refirió como un “serio desafío” para el país.
El presidente electo prometió imponer un arancel del 25 % sobre los bienes provenientes de Canadá, una medida que los expertos advierten que tendría graves consecuencias para la economía canadiense, que ya está luchando con un porcentaje de inflación alto.
Este lunes, Trudeau se refirió a la situación durante un evento para donantes liberales.
“No ha sido un día fácil”, admitió ante una sala llena de seguidores, calificándolo así como uno de los “días más difíciles” del Partido Liberal. Sin embargo, no detalló cuáles serían sus próximas medidas.
“Ser primer ministro es el privilegio de mi vida”, continuó.
Agregó: “Canadá es el mejor país del mundo, pero no es perfecto”. Explicó: “Por eso me levanto todos los días pensando en cómo hacer que esta nación sea mejor para todos los canadienses”.
Freeland, periodista retirada, expresó en su comunicado el desacuerdo con las decisiones económicas de Trudeau, que implican realizar un gasto público con el objetivo de promover su campaña electoral, lo que provocaría un aumento del déficit fiscal.
Asimismo, explicó que el primer ministro le había pedido que asumiera un puesto de menor rango el viernes pasado, tras semanas de discusiones sobre la economía del país.
“Nuestro país se enfrenta hoy a un serio desafío”, manifestó la ministra al principio de su carta. Continuó: “Eso significa que, hoy, debemos limitar el gasto público para estar preparados ante una posible disputa comercial que pueda surgir. Eso significa evitar artimañas políticas costosas que no podemos permitirnos y que hacen dudar a los canadienses de nuestra consciencia sobre la gravedad del asunto”.
Y, luego, aseguró: “La única decisión honrada y viable que puedo tomar es renunciar a mi cargo”.
Agregó: “Para ser eficaz, un ministro debe representar al primer ministro y gozar de su plena confianza. Al tomar esa decisión, usted deja claro que ya no gozo de esa confianza ni poseo la autoridad que conlleva desempeñar este cargo”.
Freeland no explicó a qué hacían referencia las “artimañas políticas costosas”, pero es probable que estuviera apuntando a la exención fiscal aplicada a las compras realizadas durante la época de las fiestas.
El pasado fin de semana, el Gobierno anunció una medida para que los canadienses puedan comprar alimentos, bocadillos, ropa infantil y regalos sin pagar el impuesto sobre bienes y servicios. Asimismo, anunciaron el envío de cheques de 250 dólares canadienses a 18,7 millones de ciudadanos.
El ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc, que forma parte del círculo íntimo de Trudeau, fue nombrado rápidamente ministro de Economía en lugar de Freeland.
Por su parte, el líder conservador Pierre Poilievre respaldó el llamado de renuncia del primer ministro y afirmó que el Gobierno estaba fuera de control.
“No podemos aceptar este tipo de caos, división y debilidad mientras nos enfrentamos a la imposición de un arancel del 25 % por parte de nuestro mayor socio comercial”, declaró al respecto.
Sin embargo, Trudeau acusó a Poilievre de tomar una postura que va en contra del bienestar de los canadienses y del país.
“A Pierre Poilievre no le interesa la construcción de viviendas, la prestación de asistencia vital o la creación de buenos puestos de trabajo. Incluso se opone a la disminución de impuestos, como ya vimos cuando se opuso a la reducción del impuesto a los bienes y servicios”, aseguró el primer ministro.
El lunes, Trudeau se enfrentó a la frustración de los diputados en una reunión convocada a última hora tras la sorprendente renuncia de la ministra de Economía.
Durante el encuentro, el diputado liberal de Ontario, Chad Collins, afirmó que el partido necesita un nuevo líder.
“No voy a romper la confidencialidad sobre lo que hablamos en la reunión, pero puedo decir que tenemos posturas distintas” —y agregó— “Hay algunos de los miembros de nuestro partido que creen que necesitamos un cambio de liderazgo. Y yo soy uno de ellos”.
En 2015, Trudeau ganó las elecciones en parte gracias al poder y carisma que aprovechó de su difunto padre y ex primer ministro, Pierre Trudeau. Tras casi una década de gobiernos conservadores, cuando asumió, prometió que al país le esperaba un futuro mejor.
Traducción de María Luz Avila