Se abre investigación después de que médico alemán administrara 20.000 “vacunas” caseras contra el covid-19
Winfried Stöcker dice que desarrolló su vacuna en menos de 30 minutos
La fiscalía alemana abrió una investigación penal contra un controvertido médico y empresario después de que inyectara a 20.000 personas una vacuna contra el covid-19 de fabricación casera.
Winfried Stöcker, multimillonario de 74 años y propietario del aeropuerto de Lübeck, donde se administraron las vacunas, se enfrenta a cargos por violar las leyes alemanas sobre medicamentos, junto con el director general del aeropuerto y otros dos médicos jubilados, de 80 y 81 años, según un reporte de la emisora de noticias NDR.
También podría enfrentarse a otros cargos por llevar a cabo una campaña de vacunación sin licencia, después de que una redada policial llevada a cabo el sábado pusiera fin a la operación ilegal.
Stöcker se ha convertido en un inconformista legendario dentro del amplio movimiento de rechazo a las vacunas en Alemania, al que se ha responsabilizado de que la tasa de vacunación del país sea comparativamente baja, del 67 por ciento, a pesar del aumento de las tasas de infección en las últimas semanas.
Dijo que desarrolló su vacuna, que llama Lubecavax, en menos de media hora en abril de 2020. Pero afirmó que no quería pasar dos años o más tratando de obtener la aprobación de las autoridades regulatorias de salud pública para la vacuna que, según señaló, es similar a las inoculaciones utilizadas contra el tétanos con células patógenas inactivas similares para activar el sistema inmunitario del cuerpo.
“Me dijeron que se tardaría dos años en conseguir la aprobación, pero eso era demasiado tiempo para mí”, declaró tras la redada del sábado.
“Tenemos que actuar antes para contribuir a la salud mundial. Aconsejamos a los médicos que compraran los compuestos para la vacuna -hay una fuente para ello- y que luego la prepararan ellos mismos y la administraran a los pacientes”.
Stöcker afirma que desarrolló la vacuna, cuya eficacia, según él, es del 97 por ciento, probándola en él mismo, en su familia y en 50 empleados. En una entrevista concedida el lunes al diario Bild, declaró que el sábado había 600 personas en el aeropuerto esperando la inoculación cuando la redada policial puso fin a la sesión. El periódico informó que 107 habían recibido la vacuna.
“Dos médicos estaban realizando las vacunaciones”, manifestó Stöcker. “Los médicos tienen derecho a poner los ingredientes si creen que pueden ayudar a la gente. Tenemos una responsabilidad con los pacientes, no con el Estado. Pero la policía lo impidió todo. Había 600 personas esperando fuera”.
Stöcker, que acumuló su riqueza gracias a la venta de su empresa proveedora de equipos de laboratorio Euroimmun en 2019 por valor de €1.300 millones, subrayó también que 20.000 personas habían recibido su vacuna sin licencia y que 2.000 de ellas están en observación, aunque ninguna había sufrido efectos secundarios graves.
Aseguró que solo 10 de los 20.000 habían sufrido infecciones posvacunación de covid-19.
Stöcker se ha enfrentado a las críticas de los expertos sanitarios alemanes por no haber concedido la licencia de su vacuna a los organismos reguladores. Tampoco presentó ninguna información sobre la aprobación, el protocolo de estudio y la validación preclínica antes de vacunarse a sí mismo y a otros.
“Cuando los especialistas en vacunas de todo el mundo están trabajando a toda máquina en las vacunas, hay que tener mucha confianza para creer que uno, como individuo, todavía puede marcar la diferencia”, comentó Karl Lauterbach, médico y experto en epidemias que podría ser el próximo ministro de Salud de Alemania.
“Y cuando la vacunación se lleva a cabo sin la aprobación reglamentaria, es muy problemático. Plantea todo tipo de cuestiones legales y éticas”.