Alto cargo de UE visita Chipre para inspeccionar preparativos de envío de ayuda a Gaza por mar
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, estaba el viernes en Chipre para inspeccionar los preparativos para el envío de ayuda humanitaria crucial por mar a la Franja de Gaza, horas después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que su ejército construirá un puerto temporal en la costa del enclave palestino en el Mediterráneo para facilitar las entregas.
Los esfuerzos para aumentar de forma drástica la ayuda que entra en Gaza ponen de manifiesto la creciente frustración en Estados Unidos y Europa con la conducta bélica israelí.
El anuncio de Biden subrayó la forma en la que Washington está teniendo que sortear a su principal aliado en Oriente Medio — que es el mayor beneficiario de ayuda militar estadounidense — para hacer llegar suministros al territorio palestino, incluyendo los lanzamientos aéreos que comenzaron la semana pasada. Israel acusa a Hamás de requisar algunos de esos envíos.
Los esfuerzos para establecer una ruta marítima para la entrega de la ayuda humanitaria coinciden con la creciente alarma por el aumento del hambre entre los 2,3 millones de habitantes del sitiado enclave. La situación es mucho más grave en el norte de Gaza, que lleva meses aislado por las tropas israelíes y donde se han registrado largos periodos sin reparto de alimentos.
Tras meses de advertencias sobre el riesgo de hambruna en Gaza bajo los bombardeos, las ofensivas y el sitio israelí, los doctores de dos hospitales del norte de Gaza reportaron 20 decesos relacionados con la desnutrición.
Aunque reiteró su apoyo a Israel, Biden aprovechó el jueves su discurso del Estado de la Unión para renovar los llamados al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que permita la llegada de más ayuda humanitaria a Gaza.
“Al gobierno de Israel le digo esto: La asistencia humanitaria no puede ser una consideración secundaria o una moneda de cambio”, dijo Biden ante el Congreso estadounidense, donde volvió a pedir a Israel que haga más para proteger a la población civil y para trabajar hacia la creación de un Estado palestino como la única solución a largo plazo a la violencia entre israelíes y palestinos.
El muelle en Gaza tardará unas semanas en estar operativo, según las autoridades estadounidenses.
Funcionarios de Estados Unidos, Europa, Israel y Oriente Medio ya estaban inmersos en conversaciones y preparativos para una ruta humanitaria marítima.
Von der Leyen llegó a Chipre el jueves en la noche para inspeccionar las instalaciones en el puerto de Larnaca, de donde se espera que zarpen los barcos hacia Gaza, que está a 370 kilómetros (230 millas). El presidente del país, Nikos Christodoulides, ya había ofrecido el uso del puerto en noviembre.
No está claro cuándo partirá el primer barco, pero se cree que podría ser el domingo, cuando se espera que comience el mes sagrado musulmán del Ramadán.
Una embarcación de la ONG española Open Arms está amarrada en Larnaca a la espera de obtener el permiso para llevar la ayuda alimentaria de World Central Kitchen, una organización benéfica estadounidense fundada por el conocido chef español José Andrés.
Los grupos de ayuda han declarado que sus esfuerzos por hacer llegar a Gaza suministros que se necesitan desesperadamente se han visto obstaculizados por la dificultad de coordinarse con el ejército israelí, las continuas hostilidades y la ruptura del orden público. Aún es más difícil hacer llegar la ayuda al aislado norte.
Los grupos de ayuda sostienen que sus esfuerzos para hacer llegar los suministros vitales a Gaza se han visto obstaculizados por la dificultad de coordinarse con el ejército israelí, por las continuas hostilidades y por la ausencia de orden público. Entrar al aislado norte es aún más complicado.
Sigrid Kaag, Alta Coordinadora Humanitaria y de Reconstrucción de Naciones Unidas para la Franja de Gaza, dijo a reporteros el jueves en la noche que las entregas por aire y mar no pueden compensar la escasez de rutas terrestres.
Mientras, los esfuerzos para alcanzar un alto el fuego antes del Ramadán parecían estancados. Hamás dijo el jueves que su delegación abandonó El Cairo, donde se están celebrando las negociaciones, hasta la próxima semana.
Los mediadores internacionales esperaban aliviar algo la crisis con una tregua de seis semanas durante la que Hamás dejaría libres a algunos de los rehenes que tiene cautivos, Israel haría lo mismo con algunos presos palestinos y los grupos de ayuda humanitaria podrían llevar más suministros a la Franja.
Se cree que los insurgentes palestinos tienen alrededor de 100 rehenes, además de los restos mortales de otros 30, desde que fueron capturados durante su asalto transfronterizo sobre el sur de Israel el 7 de octubre — en el que murieron unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y capturaron a otras 250 — que provocó la guerra. Varias docenas de rehenes quedaron libres durante una tregua temporal de una semana en noviembre.
La ofensiva israelí ha matado a más de 30.000 palestinos, según el conteo del Ministerio de Salud gazatí, dirigido por Hamás, que no diferencia entre víctimas civiles y combatientes.
Según los funcionarios egipcios, Hamás ha aceptado los principales términos para un acuerdo de ese tipo como una primera fase, pero quiere compromisos de que conducirá a un eventual alto el fuego más permanente. Israel, por su parte, quiere negociar un pacto más limitado.
Los funcionarios egipcios, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir las negociaciones con la prensa, indicaron que los mediadores seguían presionando para que ambas partes suavicen sus posturas.