Anticipan mayores desastres en guerra de Ucrania

Un año después de que el presidente ruso Vladimir Putin lanzara su invasión a Ucrania, ambos países se preparan para ofensivas que podrían sentar las bases para una fase de la guerra potencialmente aún más desastrosa

The Associated Press
Sábado, 25 de febrero de 2023 12:53 EST

Para Rusia, ha sido un año de ataques y bombardeos audaces, retiradas humillantes y asedios demoledores. Ucrania ha respondido con una resistencia feroz, contraofensivas sorprendentes y ataques inesperados de golpe y fuga.

Ahora, en el aniversario de la invasión rusa que ha matado a decenas de miles y reducido ciudades a ruinas, ambas partes se preparan para una fase potencialmente más desastrosa por delante.

Rusia intensificó recientemente su esfuerzo para capturar la totalidad del corazón industrial de Donbás, en el este de Ucrania. Kiev y sus aliados occidentales también dicen que Moscú podría intentar lanzar un ataque más amplio y ambicioso en otros sitios a lo largo de la línea del frente de más de 1.000 kilómetros (600 millas).

Ucrania espera tanques de batalla y otras armas nuevas prometidas por Occidente para recuperar las áreas ocupadas.

Lo que no está a la vista es un acuerdo.

El Kremlin insiste en que debe incluir el reconocimiento de la Península de Crimea, que anexó ilegalmente en 2014, junto con la aceptación de sus otras conquistas territoriales. Ucrania rechaza categóricamente esas demandas y descarta cualquier conversación hasta que Rusia retire todas sus fuerzas.

Mientras Putin está decidido a lograr sus objetivos, Ucrania y sus aliados se mantienen firmes para evitar que Rusia se quede con cualquier territorio ucraniano.

Los expertos advierten que el conflicto más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial podría prolongarse durante años, y algunos temen que pueda conducir a una confrontación directa entre Rusia y la OTAN.

NUEVAS OFENSIVAS, NUEVOS OBJETIVOS

En los últimos meses, las fuerzas rusas han intentado rodear el bastión ucraniano de Bájmut y adentrarse más en la región de Donetsk. Además de cumplir su objetivo de capturar la totalidad del Donbás, Moscú busca desgastar a las fuerzas ucranianas y evitar que inicien ofensivas en otros lugares.

Bájmut se ha convertido en un símbolo importante de la tenacidad de Ucrania, además de una forma de bloquear y destruir a las fuerzas rusas más capaces. Ambos bandos han consumido municiones a un ritmo no visto en décadas.

El analista militar ucraniano Oleh Zhdanov dijo que Rusia ha enviado más tropas y armas a Donbás y atacado otras áreas en un aparente intento de distraer a las fuerzas ucranianas.

“Rusia tiene actualmente la iniciativa y la ventaja en el campo de batalla”, agregó, y señaló la grave escasez de municiones en Kiev.

Rusia ha confiado en su enorme arsenal e impulsó la producción de armas y municiones, lo que le dio una ventaja significativa. Si bien las agencias de inteligencia ucranianas y occidentales observaron que Moscú se queda sin misiles de precisión, tiene muchas armas de tipo antiguo.

Y aunque Ucrania y sus aliados esperan una ofensiva rusa más amplia más allá de Donbás, eso podría ser un riesgo para Moscú, que movilizó a 300.000 reservistas el otoño pasado para reforzar sus filas.

Igor Strelkov, un ex oficial de seguridad ruso que dirigió las fuerzas separatistas en Donbás cuando estallaron los combates allí en 2014, advirtió que cualquier ofensiva grande podría ser desastrosa para Rusia porque su preparación sería imposible de ocultar y los atacantes enfrentarían una respuesta devastadora. Dijo que una ofensiva también plantearía desafíos logísticos como los que frustraron el intento de Rusia de capturar Kiev al inicio de la guerra.

“Cualquier ofensiva a gran escala implicará pérdidas muy grandes, rápida e inevitablemente, agotando los recursos acumulados durante la movilización”, apuntó Strelkov.

Justin Bronk, investigador sénior del Royal United Services Institute (Instituto Real de Servicios Unidos, o RUSI por sus siglas en inglés), un grupo independiente de investigación sobre defensa, seguridad y asuntos internacionales, en Londres, predijo que cualquier ofensiva rusa fracasaría, pero agregó que podría agotar los recursos de Ucrania y evitar que prepare su propia contraofensiva a gran escala.

“La gran pregunta es cuánto daño hace la ofensiva rusa antes de que se quede sin fuerza, porque eso dictará la posición de Ucrania”, comentó, y añadió que su objetivo podría ser alterar la capacidad de Kiev para organizar una contraofensiva.

Bronk dijo que Ucrania durante el invierno reforzó sus brigadas mecanizadas que encabezaron las contraofensivas de otoño en las regiones de Járkiv y Jersón y sufrieron pérdidas.

Expuso que Ucrania tiene una ventana de oportunidad de seis a ocho meses para recuperar más tierras, y señaló que Rusia podría lanzar otra movilización para reclutar hasta a 500.000 soldados más que podrían estar listos para el combate después de al menos seis meses de entrenamiento.

Zhdanov opinó que Ucrania podría lanzar una nueva contraofensiva a fines de abril o principios de mayo tras recibir armas occidentales nuevas, incluidos los tanques de batalla. Pronosticó que las fuerzas ucranianas probablemente atacarán desde la región de Zaporiyia para tratar de recuperar los puertos de Mariúpol y Berdiansk y cortar el corredor ruso a Crimea.

“Si Ucrania llega a la costa del Mar de Azov, anulará todas las ganancias rusas”, dijo Zhdanov, lo que convertirá las victorias de Putin “en polvo”.

¿ESTANCAMIENTO EN UCRANIA O AGITACIÓN EN RUSIA?

Los observadores ven pocas posibilidades de conversaciones. Ambas partes son “irreconciliables en sus posiciones actuales”, dijo Bronk.

Grandes éxitos ucranianos en el campo de batalla este verano podrían alimentar “una agitación política significativa en Rusia, porque en ese punto, la propia posición de Putin dentro del liderazgo se vuelve muy, muy difícil de considerar como sostenible”, explicó.

Al mismo tiempo, si Ucrania no logra recuperar más territorio antes de que Rusia refuerce sus tropas, podría conducir a un “punto muerto de largo plazo y una especie de guerra de desgaste que como que sigue y sigue”, agregó Bronk, con referencia al plan de Moscú de “prolongar la guerra y simplemente esperar a que Occidente se agote”.

Fiona Hill, investigadora sénior de la Institución Brookings, una organización de políticas públicas sin fines de lucro, quien fue funcionaria en los últimos tres gobiernos estadounidenses, también ve pocas perspectivas de un acuerdo.

“Los rusos se están atrincherando para el largo plazo. No tienen intención de perder”, dijo. “Putin ha dejado muy claro que está preparado para sacrificar lo que sea necesario. Su mensaje ahí dice básicamente que no puedes contrarrestarme porque estoy dispuesto a hacer lo que sea y tengo una fuerza de muchos más hombres”.

Hill dijo que Putin espera que el apoyo occidental a Kiev se disuelva: “que desaparezca y que Ucrania quede expuesta, y luego que Rusia pueda obligar a Ucrania a capitular y renunciar a su territorio”.

Tatiana Stanovaya, del grupo independiente de análisis geopolítico Carnegie Endowment for International Peace (Fundación Carnegie por la Paz Internacional), dijo que Putin aún cree que puede alcanzar sus objetivos si hace presión en la campaña.

“Para él, la única manera en que admite que pueda terminar es con la capitulación de Kiev”, dijo.

LA OPCIÓN NUCLEAR

Putin ha dicho reiteradamente que Rusia podría usar “todos los medios disponibles” para proteger su territorio, una clara referencia a su arsenal nuclear.

La doctrina nuclear de Moscú establece que podría usar esas armas en respuesta a un ataque nuclear o un ataque con fuerzas convencionales que amenacen “la existencia misma del Estado ruso”, una definición que ofrece un amplio margen para la interpretación y la escalada abrupta.

Algunos belicistas rusos exhortaron a realizar ataques nucleares a puentes ucranianos y otras infraestructuras clave para obligar a Kiev y sus aliados a aceptar los términos de Moscú.

Bronk dijo que no espera que Rusia recurra a eso y argumentó que sería contraproducente.

“En realidad, usarlos casi no genera beneficios prácticos para nada y ciertamente ninguno para compensar todos los costos, tanto en términos de riesgo de escalada inmediata —irradiando cosas a las que quieren aferrarse y de las que quieren ser parte— como alejando al resto del mundo”, dijo.

Seguramente enfurecería a China, que no quiere que se rompa el tabú nuclear, agregó.

Hill también señaló que Rusia recibió cierto rechazo de China e India, a quienes preocupaba la amenaza nuclear de Putin. Agregó que Putin ve las amenazas nucleares como una herramienta política poderosa y continuará usándolas con la esperanza de obligar a Occidente a retirar su apoyo a Ucrania.

“Putin solo espera que todos vacilen”, dijo. “Él no va a renunciar a la idea de que podría usar un arma nuclear táctica en el campo de batalla”.

Pero Hill agregó: “Si pensara que obtendría los resultados que quiere de ella, la usaría”.

Stanovaya, quien ha seguido durante mucho tiempo la toma de decisiones del Kremlin, también dijo que la amenaza nuclear no es una mera baladronada de Putin.

Si ve que Ucrania puede atacar de tal forma que amenace el territorio ruso y conduzca a la derrota de Moscú, “creo que estaría listo para usar armas nucleares de una manera que pueda demostrar que es una cuestión de supervivencia para Rusia”, concluyó.

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Los periodistas de The Associated Press Danica Kirka en Londres, Andrew Katell en Nueva York y Yuras Karmanau en Tallín, Estonia, contribuyeron para este reportaje.

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