AP EXPLICA: Resurgen tensiones en región de Azerbaiyán
La Unión Europea ha accedido a enviar una misión civil a Armenia para ayudar a reforzar su seguridad fronteriza y mejorar las relaciones con el vecino Azerbaiyán, una medida que llega en medio de tensiones en torno a un corredor de transporte que permite el acceso a la región separatista de Nagorno Karabaj
Dos años después de que Azerbaiyán y Armenia pusieron fin a una guerra en la que murieron unos 6.800 soldados y unos 90.000 civiles fueron desplazados, una vez más hay fuertes tensiones entre ambos países en una disputa en torno a una carretera de seis kilómetros (casi cuatro millas) conocida como el Corredor de Lachín.
La sinuosa carretera, la única conexión terrestre entre Armenia y la región Nagorno Karabaj de etnia armenia en Azerbaiyán, ha estado bloqueada desde mediados de diciembre por manifestantes que dicen ser activistas ambientales, lo que pone en riesgo el suministro de alimentos a los 120.000 habitantes de Nagorno Karabaj.
La disputa genera temores de que pudieran desatarse nuevos enfrentamientos. También podría desestabilizar la política de Armenia. De la misma forma, desata dudas en torno a las atribuciones y las intenciones de Rusia, cuyas fuerzas de paz tienen el encargo de mantener la seguridad en la carretera.
RAÍCES DE LA DISPUTA
El montañoso Nagorno Karabaj, más pequeño que el estado estadounidense de Delaware, tiene importancia cultural significativa para los armenios y para los azerbaiyanos. Contaba con un grado sustancial de autonomía dentro de Azerbaiyán cuando formaba parte de la Unión Soviética. A medida que la URSS entró en una crisis de unidad, surgió agitación separatista armenia, y posteriormente se convirtió en una guerra total después de que la Unión Soviética se desintegró.
La mayor parte de la población azerbaiyana fue expulsada al concluir los combates en 1994. Fuerzas de la etnia armenia respaldadas por Armenia tomaron el control no sólo de Nagorno Karabaj sino también de amplias áreas azerbaiyanas circundantes.
Durante el siguiente cuarto de siglo, el de Nagorno Karabaj fue un “conflicto congelado”, en el que fuerzas armenias y azerbaiyanas estaban emplazadas a ambos lados respectivamente de una tierra de nadie y había choques ocasionales. En septiembre de 2020, Azerbaiyán lanzó un ataque en gran escala para tomar la región. Los intensos combates se extendieron seis semanas.
La guerra concluyó con un armisticio mediado por Rusia bajo el cual Azerbaiyán retomó el control de partes de Nagorno Karabaj y de todo el territorio circundante que había estado ocupado por los armenios. Moscú envió una fuerza de paz de 2.000 efectivos para mantener el orden, lo que incluyó asegurar que el Corredor de Lanchín permaneciera abierto.
PROBLEMAS ACTUALES
A mediados de diciembre, azerbaiyanos que decían ser activistas ambientales comenzaron a bloquear la carretera, diciendo que estaban protestando por actividades de minería ilegal realizadas por armenios. Armenia alega que las protestas han sido orquestadas por Azerbaiyán. Por su parte, Azerbaiyán dice que los armenios han utilizado el corredor para transportar minas terrestres al interior de Nagorno Karabaj en violación de los términos del armisticio.
Después de más de un mes de bloqueos, la escasez de alimentos en Nagorno Karabaj se ha tornado grave a medida que las reservas disminuyen. El gobierno local implementó el viernes un sistema de cupones que sólo permite adquirir cantidades limitadas de arroz, pasta, trigo sarraceno, azúcar y aceite de girasol. Las autoridades locales han pedido un puente aéreo humanitario para los suministros cruciales, pero Azerbaiyán no ha autorizado que el aeropuerto de la región opere.
Azerbaiyán también ha recortado esporádicamente los suministros de gas a Nagorno Karabaj —el sábado por la noche ha sido la ocasión más reciente_, y el flujo de electricidad es reducido.
Aunque Rusia está a cargo de asegurar el buen funcionamiento del Corredor de Lachín, no ha tomado acciones abiertas para poner fin al bloqueo.
El Parlamento Europeo ha pedido que las fuerzas de paz rusas sean reemplazadas por una misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, a pesar de que criticó a la OSCE por no haber resuelto el estatus de Nagorno Karabaj durante las décadas que precedieron a la guerra de 2020.
CONSECUENCIAS
Con su atención enfocada en los combates en Ucrania, Rusia ha adoptado un enfoque pasivo ante el bloqueo del Corredor de Lachín, lo cual ha generado la indignación de Armenia. El primer ministro Nikol Pashinyan se negó este mes a permitir que Armenia albergara los ejercicios militares de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, encabezada por Moscú, diciendo que “la presencia militar de Rusia en Armenia no sólo falla en garantizar su seguridad, sino que genera amenazas de seguridad para Armenia”. Hay una base militar rusa en Armenia.
La participación rusa para poner fin a la guerra de 2020 fue considerada un logro significativo que impulsó su influencia en la región. La estima que obtuvo podría perderse si no toma medidas más enérgicas para despejar la carretera.
El hecho de que Pashinyan haya aceptado el acuerdo mediado por Rusia para poner fin a los combates es muy impopular en Armenia, donde los opositores lo han acusado de ser un traidor, y hubo grandes manifestaciones para exigir su renuncia. El fracaso en resolver la disputa actual, lo que dejaría a los armenios de Nagorno Karabaj sufriendo y aislados, podría desatar nueva agitación, y Pashinyan está al tanto del poder potencial de ese tipo de manifestaciones, luego de que él mismo se convirtió en primer ministro tras amplias protestas en 2018.