Brasil introduce ley que restringe el uso de celulares en escuelas por impacto en el aprendizaje
Los estudiantes brasileños regresaron a clases esta semana con una nueva asignación: Mantenerse alejados de sus teléfonos. Esto debido a que entró en vigor una nueva ley que restringe su uso en las escuelas.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva promulgó un proyecto de ley en enero que limita el acceso a los celulares en las escuelas, siguiendo una tendencia observada en Estados Unidos y Europa. Esta se aplica tanto a escuelas públicas como privadas, y afecta tanto a las aulas como a los pasillos.
Los teléfonos aún están permitidos para fines educativos, con permiso del profesor, y cuando son necesarios para la accesibilidad y la salud del estudiante. Las escuelas tienen la autonomía para establecer sus propias directrices, como si los estudiantes pueden mantener los teléfonos en las mochilas o guardarlos en casilleros o canastas designadas.
Antes de la ley federal, la mayoría de los 26 estados de Brasil, incluidos Río de Janeiro, Maranhão y Goiás, ya habían aprobado medidas que implementaban algunas restricciones al uso de teléfonos en las escuelas. Para 2023, casi dos terceras partes de las escuelas brasileñas tenían algunas limitaciones, y el 28% de ellas prohibían completamente el uso de celulares, según una encuesta del año pasado realizada por el Comité Gestor de Internet en Brasil.
Sin embargo, las reglas variaban entre estados y escuelas, y las autoridades y administradores tenían problemas para implementar estas normas.
Esto pudo haber contribuido a que todo el espectro político apoyara la medida federal, tanto de aliados del izquierdista Lula como del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro. Una encuesta realizada en octubre por Datafolha indicó que casi dos tercios de los encuestados querían prohibir el uso de teléfonos por niños y adolescentes en las escuelas. Más del 75% por ciento dijo que estos dispositivos hacen más mal que bien a sus hijos.
Porto Seguro, una escuela privada de casi 150 años de Sao Paulo, prohibió el uso de teléfonos en las aulas el año pasado y alentó a los estudiantes a desconectarse completamente una vez a la semana. Este año, amplió su prohibición para incluir los pasillos, requiriendo que los estudiantes guarden sus teléfonos en los casilleros durante todo el día escolar, incluidos los recesos.
“Los estudiantes tenían problemas para concentrarse”, señaló la directora de la escuela, Meire Nocito, en una entrevista el jueves. “También estaba el problema del aislamiento social. Muchos estudiantes que usaban la tecnología en exceso se aislaban durante los recreos, interactuando únicamente a través de las redes sociales”.
“Prohibir el uso de celulares ha ayudado a crear un espacio para la interacción social, fomentando relaciones y enseñando a los estudiantes a manejar conflictos, que son una parte natural de las interacciones humanas. Ha sido muy positivo”, agregó.
Una de las tasas más altas de uso de teléfonos
El Ministerio de Educación de Brasil señaló en un comunicado emitido el lunes que la restricción tiene como objetivo proteger la salud mental y física de los estudiantes mientras promueve un uso más racional de la tecnología.
En mayo, la Fundación Getulio Vargas, un destacado centro de estudios y universidad, dijo que Brasil tenía más celulares que personas, con 258 millones de dispositivos para una población de 203 millones de brasileños. Investigadores de mercado locales dijeron el año pasado que los brasileños pasan nueve horas y 13 minutos por día en los celulares, una cifra que está entre las tasas de uso más altas del mundo.
Instituciones, gobiernos, padres de familia y otros han asociado durante años el uso de teléfonos por parte de niños con el acoso escolar, las ideas suicidas, la ansiedad y la pérdida de concentración necesaria para el aprendizaje. China emprendió acciones el año pasado para limitar el uso de teléfonos por parte de los niños, mientras que Francia tiene en vigor una prohibición al uso de celulares en las escuelas para niños de seis a 15 años.
Las prohibiciones de teléfonos celulares han ganado terreno en Estados Unidos, donde ocho estados han aprobado leyes o políticas que prohíben o restringen el uso de teléfonos para tratar de limitar el acceso de los estudiantes a los teléfonos y minimizar las distracciones en las aulas.
En Europa, un número creciente de padres de familia están preocupados por evidencias de que el uso de teléfonos entre niños pequeños pone en peligro su seguridad y salud mental.
Un informe publicado en septiembre por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, o UNESCO, dijo que uno de cada cuatro países ya ha restringido el uso de dichos dispositivos en las escuelas.
Nuevas formas de interactuar con amigos
El director general de Meta, Mark Zuckerberg, aprovechó una audiencia en el Senado de Estados Unidos el año pasado para disculparse con los padres de niños víctimas de abuso y acoso, o que fueron orillados a infligirse heridas a través de las redes sociales. También mencionó las continuas inversiones de Meta en esfuerzos “a nivel de la industria” para proteger a los niños.
Mariana Waetge, una estudiante de 13 años de Porto Seguro, tiene un teléfono desde hace cinco años. Lo usa para comunicarse con amigos y familiares y para encontrar entretenimiento en redes sociales, especialmente en Instagram. Ser forzada a alejarse de su teléfono la hizo encontrar nuevas formas de interactuar con amigos, mejoró su concentración e incluso fortaleció su relación con su familia.
La restricción también ayudó a “incluir a personas que no tenían muchos amigos y que usaban sus teléfonos para esconderse de hacer nuevos amigos o para evitar estar ahí fuera”, comentó en una entrevista. “Ahora ya no tienen esa opción. Estas personas terminan jugando juegos de mesa o leyendo libros”.
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El videoperiodista de The Associated Press Thiago Mostazo contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.