Cómo desapareció la ayuda de EEUU a Ucrania a pesar de tener gran apoyo
El colapso de la ayuda a Ucrania en el Congreso de Estados Unidos llevaba meses gestándose, y era exactamente lo que el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, se temía.
McConnell había advertido que el apoyo político a Ucrania estaba en peligro a medida que un pequeño, pero ruidoso, contingente de legisladores republicanos intensificaba sus esfuerzos contra el envío de dinero estadounidense al extranjero para la lucha contra Rusia.
El líder republicano, que había visitado Kiev y dado prioridad al apoyo de Estados Unidos a Ucrania, intentó encauzar el flanco más duro de su partido, primero en una serie de discursos de alto nivel pronunciados este verano y luego en propuestas directas a la Casa Blanca.
Pero, al final, ni McConnell, ni la Casa Blanca, ni los legisladores demócratas lograron que se aprobara un paquete de ayuda militar y civil a Ucrania reducido a 6.000 millones de dólares en el acuerdo alcanzado la semana pasada para evitar el cierre del gobierno estadounidense.
A pesar del abrumador apoyo bipartidista en Washington para detener la invasión del presidente ruso Vladímir Putin, el fracaso en la aprobación de la ayuda a Ucrania fue un revés considerable para un gobierno que busca liderar una alianza occidental para proteger la joven democracia mientras la lucha se recrudece.
También muestra los peligros que se avecinan en Washington a medida que un grupo de legisladores republicanos que son sólo una minoría en el Congreso —muchos de ellos aliados de Donald Trump—, el favorito del partido para las presidenciales de 2024- ejercen su poder para superar la voluntad de la mayoría. Los próximos pasos son muy inciertos.
“Sí, me preocupa”, reconoció la semana pasada el presidente Joe Biden. “Pero sé que hay una mayoría de miembros en la Cámara y el Senado —ambos partidos— que han dicho que apoyan la financiación de Ucrania”.
Biden dijo que se está preparando para pronunciar un importante discurso sobre la ayuda estadounidense a Ucrania y que tiene en marcha un plan para garantizar el flujo de asistencia tras la agitación en el Capitolio, que se vio salpicada por la destitución del presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
Mientras Washington se reagrupa, el repentino cambio ha desatado la culpa política por la incapacidad de la Casa Blanca y el Congreso para trabajar en torno a la pequeña, pero cada vez más agresiva, minoría de legisladores que ponen en peligro la ayuda.
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La periodista de The Associated Press Mary Clare Jalonick contribuyó a este despacho.