Cristianos reanudan festejos multitudinarios en Semana Santa
Desde vestirse como soldados romanos en Antigua, Guatemala, hasta cargar hojas de palma en las calles de Lagos, Nigeria, los cristianos de todo el mundo celebraron la Semana Santa
Desde vestirse como soldados romanos en Antigua, Guatemala, hasta cargar hojas de palma en las calles de Lagos, Nigeria, los cristianos de todo el mundo celebraron la Semana Santa.
Para millones de cristianos, la Semana Santa, del Domingo de Ramos a la Pascua, es la época más sagrada del año. Es cuando conmemoran la pasión de Jesucristo.
El Domingo de Ramos, el papa Francisco celebró una misa en la Plaza de San Pedro al día siguiente de ser dado de alta del Hospital Universitario Agostino Gemelli en Roma, donde el Vaticano dijo que fue tratado por una bronquitis.
En la región montañosa de Bolivia, grupos de artistas se reunieron para un evento anual en el que crearon esculturas de arena basadas en historias bíblicas. En Brasil, los fieles usaron túnicas y capuchas para participar en la Procesión de las Ánimas en el estado de Goiás. Y en Managua, un niño se disfrazó de ángel durante un evento de celebración del Viernes Santo, en el que el cual un feligrés enmascarado llevaba un estandarte religioso que mostraba a Jesucristo en una cruz.
Muy lejos de allí, monjas católicas sostenían velas durante una procesión del Jueves Santo en la Iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el sitio donde Jesús fue crucificado y sepultado, según la tradición. Las celebraciones en Haití incluyeron una recreación del vía crucis en Puerto Príncipe el Viernes Santo. En España, los fieles cargaron una plataforma con una imagen de la Virgen María por las calles de Sevilla.
En los últimos años, las ceremonias de la Semana Santa habían sido reducidas debido a las restricciones por el COVID-19, que requieren precauciones como el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Sin embargo, este año muchos de los feligreses se congregaron en celebraciones multitudinarias que recuerdan la era anterior a que el coronavirus obligara a modificar la naturaleza de las prácticas religiosas.