Cumbre de OTAN y reparar relaciones con la UE, entre primeras tareas de nuevo premier de Reino Unido
Keir Starmer, el nuevo primer ministro británico, no puede darse un respiro.
Tras una agotadora campaña electoral de seis semanas, el político de centroizquierda debe poner manos a la obra para formar su gobierno, abordar una montaña de problemas internos y poner su sello en las relaciones del Reino Unido con el resto del mundo.
Es una lista abrumadora para un nuevo líder que nunca ha servido en un gobierno —y mucho menos ha dirigido uno. Pero Starmer insistió en que está a la altura del desafío de dirigir al Reino Unido en un mundo que es “un lugar más volátil” de lo que lo ha sido en muchos años.
Nombrar un gobierno
Como alguien que se muda a una nueva casa con muebles de IKEA, la primera tarea de Starmer fue armar un gabinete.
Starmer comenzó a formar su gobierno poco después de cruzar la puerta del número 10 de Downing Street el viernes por la tarde tras su aplastante victoria electoral. Tiene una plétora de legisladores para elegir —su Partido Laborista ganó más de 400 escaños en las elecciones del jueves, casi dos tercios de los 650 de la Cámara de los Comunes.
Entre las figuras clave de la nueva administración se encuentra la ministra de Finanzas, Rachel Reeves —execonomista del Banco de Inglaterra y la primera mujer en ocupar ese puesto—, quien fungirá como enlace con las instituciones financieras internacionales.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, el principal diplomático británico, es David Lammy, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard y quien prometió “reconectar al Reino Unido para nuestra seguridad y prosperidad en casa”.
Forjar amistades en el escenario mundial
Starmer ha dicho que su mensaje al mundo desde el Reino Unido es: “Estamos de regreso”. Quiere que su país asuma un papel más importante en el escenario global después de años de relaciones amargas con Europa por el Brexit y la telenovela política que le siguió al interior del Reino Unido.
En las horas posteriores a asumir el cargo, el nuevo primer ministro mantuvo una serie de llamadas con mandatarios de todo el mundo, incluyendo el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro indio Narendra Modi, la líder de la Unión Europea Ursula von der Leyen y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. También envió a Lammy a un viaje de fin de semana a Alemania, Polonia y Suecia.
Starmer asume el cargo en un momento de múltiples crisis —incluidas las guerras en Ucrania y Oriente Medio, una ultraderecha en ascenso y una China que muestra su fuerza— que pondrán a prueba la cabeza fría que afiló en su antiguo puesto como fiscal en jefe del Reino Unido.
Malcolm Chalmers, subdirector general del Royal United Services Institute —un grupo de expertos militares en defensa y seguridad—, dijo que ahora que Francia enfrenta un impulso de la ultraderecha en las elecciones legislativas, y que Estados Unidos está envuelto en una elección presidencial polarizada y de alto riesgo, el Reino Unido “tiene el gobierno más estable de todas las principales democracias occidentales”.
“Por lo tanto, tiene la oportunidad y la responsabilidad de ayudar a estabilizar el barco de la unidad occidental en un momento de fluidez política excepcional”, agregó.
Starmer hará un debut internacional de alto perfil al volar a Washington el martes para la cumbre del 75to aniversario de la OTAN. La reunión se ve ensombrecida por dudas sobre la aptitud de Biden y el resultado incierto de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.
Starmer ha dicho que no habrá cambios en el firme apoyo del Reino Unido a Ucrania y ha prometido aumentar el gasto militar del país al 2,5% del PIB —aunque no ha fijado una fecha para ello.
“La decisión para Starmer es cuánto intentar persuadir a Estados Unidos —así como a otros miembros vacilantes de la OTAN— para que siga siendo defensor de Ucrania, no sólo por motivos de soberanía, sino también de seguridad europea”, dijo Bronwen Maddox, directora general del grupo de expertos en asuntos internacionales Chatham House.
Starmer también enfrenta divisiones dentro de su partido por la guerra de Israel contra Hamás. Varios legisladores laboristas fueron derrotados en las elecciones por desafíos de independientes propalestinos enojados por la negativa inicial del partido a pedir sin ambigüedades un alto al fuego en el conflicto de Gaza.
Arreglar las cosas con los vecinos
El 18 de julio, Starmer recibirá a líderes de toda Europa en el Palacio de Blenheim, en Inglaterra, para una reunión de la Comunidad Política Europea de 47 naciones. Es una oportunidad para comenzar a reparar los lazos del Reino Unido con sus vecinos en Europa —que se han desgastado y agriado desde que el país abandonó la Unión Europea en 2020.
Starmer dice que quiere reducir algunas de las barreras post-Brexit para personas y bienes que han obstaculizado las relaciones entre el Reino Unido y el bloque. No obstante, insiste en que no revertirá el Brexit ni se reincorporará al mercado único ni a la unión aduanera de la Unión Europea.
Los críticos afirman que eso muestra una falta de principios, pero los partidarios opinan que respeta el deseo de los británicos de no reabrir el divisivo debate sobre la salida del bloque.
Afrontar una larga lista de pendientes
Starmer también enfrenta una enorme variedad de desafíos internos, sustentados en la sensación generalizada de que muchas facetas de la vida pública británica se han derrumbado durante los 14 años de gobierno conservador.
El crecimiento estancado y la baja productividad frenan la economía mientras millones de personas pasan dificultades por el costo de la vida. La envejecida infraestructura del país cruje y el Servicio Nacional de Salud, financiado por el Estado, está al límite, con largas listas de espera para recibir tratamiento, una situación que ha empeorado por una serie de huelgas de médicos que lleva mucho tiempo. Poner fin a esa disputa será una prioridad, pero Starmer ha prometido mantener un control estricto sobre el gasto y no querrá aceptar los grandes aumentos salariales que los médicos piden.
Starmer promete tomar el control de la migración y evitar que las personas realicen viajes peligrosos a través del canal de la Mancha en embarcaciones pequeñas, pero abandona el controvertido plan del gobierno conservador de enviar a los solicitantes de asilo en un viaje de ida a Ruanda —el sábado declaró que el acuerdo con Ruanda estaba “muerto y enterrado”—. El Reino Unido ha pagado a Ruanda cientos de millones de libras (dólares) como parte del acuerdo sin que un solo vuelo haya despegado.
También se espera que enfatice el compromiso del Reino Unido de combator el cambio climático tras una serie de retrocesos bajo el gobierno de los conservadores.
Los planes legislativos del nuevo gobierno para el próximo año se expondrán el 17 de julio en un discurso pronunciado por el rey Carlos III en la ceremonia de apertura del Parlamento.
“Mucha gente tiene una sensación de transformación potencial”, dijo Lise Butler, profesora sénior de Historia Moderna en la City University of London. “Creo que habrá expectativas elevadas para Starmer, que serán difíciles de cumplir”.
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El videoperiodista de The Associated Press Kwiyeon Ha contribuyó a este despacho.