Cumbre europea evaluará los cambios necesarios para la entrada de Ucrania y otros países
Un día después de prometerle al presidente Volodymyr Zelenskyy su apoyo incondicional, los líderes de la Unión Europea enfrentaban el viernes uno de sus peores quebraderos de cabeza políticos en torno a un compromiso clave: cómo y cuándo incorporar al bloque a la maltrecha y endeudada Ucrania.
Los 27 miembros de la UE han sostenido desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022 que, una vez termine la guerra, trabajarían sin descanso para una “unidad duradera” que con el tiempo pueda traducirse en el ingreso de Ucrania al adinerado bloque.
Para una nación que lucha por su supervivencia, ese momento no puede llegar lo suficientemente rápido. Para la UE, está por ver.
Los líderes comunitarios evaluarán el viernes la “ampliación” durante la segunda jornada de su cumbre informal en Granada, en el sur de España. Además de Ucrania, varios países de los Balcanes Occidentales y Moldavia llaman a las puertas de Bruselas con creciente impaciencia.
En su carta de invitación a la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, planteó a los líderes “preguntas críticas, como: ¿Qué hacemos juntos? ¿Cómo decidimos? ¿Cómo ajustamos nuestros recursos con nuestras ambiciones?”.
Esto ha resultado ser bastante complicado para los miembros actuales, teniendo en cuenta las normas adoptadas hace décadas, que siguen vigentes y fueron pensadas para una docena de naciones con una relación muy estrecha. En aquella época, se consideraba que las decisiones unánimes y el derecho a veto eran procedimientos viables, y el dinero seguía siendo relativamente fácil de conseguir.
La idea de incorporar a media docena de naciones mucho más pobres que casi todos los socios actuales ya ha hecho que algunos echen el freno.
Michel cree que los nuevos miembros deberían ingresar antes de 2030. El mes pasado, los presidentes de Serbia, Kosovo, Bosnia, Montenegro, Macedonia del Norte y Albania afirmaron también que la ampliación debería producirse “no más tarde de 2030″.
Pero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha insistido en que “la adhesión se basa en los méritos” y sostiene que deben ser los avances de los aspirantes en la adaptación de su legislación a las normas comunitarias los que dicten el ritmo de entrada, y no un plazo arbitrario. El proceso burocrático de adaptación a las miles de normas del bloque puede demorarse más de un lustro.
Ucrania y Moldavia fueron nombradas oficialmente candidatas a principios de año, una decisión inusualmente rápida para la UE y su lenta expansión que estuvo motivada por la guerra.
Además, los dirigentes comunitarios acordaron reconocer una “perspectiva europea” para otra exrepública soviética, Georgia.
Serbia y Montenegro fueron los primeros países de los Balcanes Occidentales en iniciar las negociaciones de adhesión, seguidos de Albania y Macedonia el año pasado. Bosnia y Kosovo están apenas en la primera fase del proceso.
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Casert informó desde Bruselas.