El desfile del Día de la Bastilla en París incluye a la antorcha olímpica en un año excepcional

Angela Charlton
Domingo, 14 de julio de 2024 06:51 EDT
FRANCIA-DÍA DE LA BASTILLA
FRANCIA-DÍA DE LA BASTILLA (AP)

París recibió el domingo a una invitada más que especial para la fiesta nacional francesa: la llama olímpica, que iluminó el fastuoso desfile militar de la ciudad por el Día de la Bastilla.

Apenas 12 días antes de que la capital francesa acogiera unos Juegos Olímpicos excepcionalmente ambiciosos y con altas medidas de seguridad, el relevo de la antorcha se sumó a los miles de soldados, marineros, rescatistas y médicos que desfilaron en París bajo el estruendo de los cazas.

Francia celebró la jornada con conciertos, fiestas y fuegos artificiales. A continuación, un vistazo al significado del feriado y qué lo hace diferente este año.

¿Qué celebra el Día de la Bastilla?

El 14 de julio de 1789, los revolucionarios asaltaron la fortaleza y prisión de la Bastilla en París, un inicio de la Revolución Francesa y el final de la monarquía.

El feriado es una fecha clave del calendario francés, con celebraciones en todo el país. Pretende simbolizar el lema nacional de “libertad, igualdad y fraternidad”, aunque no todo el mundo en Francia siente que el país esté cumpliendo esa promesa.

El desfile en París es el evento más señalado de la jornada. Ese año rindió homenaje a los que liberaron a Francia de la ocupación nazi hace 80 años, con una recreación de los desembarcos del Día D el 6 de junio de 1944 y una representación de militares de los 31 países cuyas tropas contribuyeron a la liberación. En torno a la mitad eran naciones africanas que estaban bajo el régimen colonial francés durante la II Guerra Mundial.

¿Quién participa?

Unas 4.000 personas y 162 caballos marcharon en un desfile coreografiado con precisión, incluidas unidades que sirvieron en misiones de la OTAN en Europa oriental, contra extremistas islámicos en el Sahel, protegiendo los territorios franceses en el Pacífico sur y en corredores globales del comercio marítimo. Este año también participaron tres oficiales alemanes de una brigada transfronteriza.

Los elaborados uniformes estaban llenos de simbolismo, en especial en el atuendo de los zapadores de la Legión Extranjera Francesa con sus largas barbas, delantales de cuero y hachas heredadas de su labor original de abrir camino al avance de tropas.

En el cielo, 65 aeronaves volaron en formación, incluido un caza Typhoon británico junto a los Mirage y Rafale franceses, helicópteros de rescate y aeronaves utilizados en misiones de Afganistán a Mali o en redadas contra el narcotráfico internacional.

El presidente, Emmanuel Macron, inició los actos del domingo pasando revista a las tropas.

Bandas y coros militares jugaron un papel importante e interpretaron una serie de canciones militares francesas, temas de jazz estadounidense, una balada escocesa de gaita y la Marsellesa.

El número de participantes se redujo en comparación con años anteriores debido a las medidas de seguridad de los juegos Olímpicos. Unos 13.000 policías se han desplegado en Francia para el fin de semana feriado.

¿Cuál es el contexto político?

El Día de la Bastilla de este año ofrecía a Macron un momento de distracción de la crisis política que desencadenó al convocar unas elecciones anticipadas que debilitaron a su partido centrista y a su presidencia.

El resultado dejó un parlamento bloqueado sin un liderazgo claro. El primer ministro podría dejar el cargo en cuestión de días, mientras que la alianza izquierdista que fue el grupo más votado está teniendo problemas para acordar un sucesor.

Mientras tanto, la guerra de Rusia en Ucrania amenaza la seguridad de Europa. En una reunión con líderes militares el sábado, Macron dijo que Francia mantendrá su apoyo a Ucrania y pidió subir el gasto de defensa el año que viene debido a “amenazas que se avecinan”.

¿Qué es diferente este año?

El relevo de la antorcha olímpica llegó a París justo a tiempo.

El desfile concluyó con la llegada de la llama escoltada por jinetes a caballo, 25 portadores y cadetes vestidos con los cinco colores olímpicos y que formaban los cinco aros entrelazados del símbolo olímpico.

El primer portador fue el coronel Thibault Vallette, medallista de oro ecuestre en los Juegos de Río de 2016, que entregó la llama a un grupo de jóvenes deportistas que sonreían de oreja a oreja mientras la pasaban de mano en mano ante la tribuna presidencial.

El desfile suele ir del Arco de Triunfo de la era napoleónica a la plaza de la Concordia, donde fueron decapitados los últimos monarcas de Francia.

Este año, la Concordia se ha convertido en una enorme sede olímpica para breakdancing, skateboarding y BMX. De modo que la ruta del desfile iba hasta el parque Bois de Boulougne, en el límite de la ciudad.

La construcción de una sede olímpica en torno a la torre Eiffel implicaba que los espectadores tampoco podían congregarse bajo el monumento para ver el espectáculo anual de fuegos artificiales.

Tras su aparición en el desfile, el relevo de la antorcha se dirigía a la catedral de Notre Dame, la universidad histórica de la Sorbona y el museo Louvre, antes de visitar otros lugares emblemáticos de París el lunes.

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Philippe Marion en Paris contribuyó a este despacho.

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