El mundo marca el Día del Armisticio
Naciones en todo el mundo rinden homenaje con minutos de silencio y ceremonias solemnes a sus soldados caídos en la I Guerra Mundial y desde entonces, en un Día del Armisticio perforado por los estruendos de la guerra de Rusia en Ucrania, que muestran lo elusivo de la paz
Naciones en todo el mundo rindieron homenaje con minutos de silencio y ceremonias solemnes a sus soldados caídos en la I Guerra Mundial y desde entonces, en un Día del Armisticio perforado por los estruendos de la guerra de Rusia en Ucrania, que muestran lo elusivo de la paz.
En el continente que desató ya dos guerras mundiales en poco más de un siglo, las muertes desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero son estimadas en alrededor de 200.000 y dieron a las evocaciones el viernes sobre los horrores del pasado un perturbador tañido del presente.
“Desde 1918 hemos celebrado el Día del Armisticio y rendido homenaje a los valientes hombres y mujeres que nos han servido para darnos paz. Pero mientras saludamos a nuestros soldados este año, esta paz ha sido destrozada por el agresor ruso”, dijo el secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, James Cleverly. “Cuando honramos a los muertos de guerras pasadas, recordamos también la lucha de Ucrania hoy por la libertad”.
El pensamiento resonó en todo el mundo, comenzando en Australia y Nueva Zelanda, donde amaneció primero en el aniversario de la tregua del 11 de noviembre de 1918 que puso fin a la I Guerra Mundial.
“Debemos recordar siempre a los valientes hombres y mujeres que han defendido nuestro país en nuestros momentos de necesidad, que hicieron el sacrificio supremo”, dijo el primer ministro australiano Anthony Albanese.
La Primera Guerra Mundial enfrentó los ejércitos de Francia, Gran Bretaña, Rusia y Estados Unidos contra una coalición encabezada por Alemania que incluyó a los imperios Austro-Húngaro y Otomano. Casi 10 millones de soldados murieron, a veces decenas de miles en un solo día.
El Día del Armisticio fue celebrado desde cementerios pequeños en Flandes, en el oeste de Bélgica, hasta los Campos Elíseos en París e incontables calles y oficinas en todas partes.