Esposo de periodista estadounidense detenida en Rusia pide su liberación inmediata
No era así como Pavel Butorin esperaba celebrar su aniversario esta semana, mientras su esposa desde hace 21 años se encuentra en una prisión rusa y sin mucha comunicación disponible.
La periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva —que trabaja como editora para Radio Free Europe, financiada por el gobierno de Estados Unidos— lleva casi un mes detenida en Rusia y acusada de no haberse registrado como “agente extranjera”.
“Alsu debería estar celebrando este aniversario conmigo y con nuestros hijos en casa, no en una prisión rusa”, dijo Butorin a The Associated Press en una entrevista en Praga el viernes. “La queremos de vuelta. Alsu debe ser liberada lo antes posible”, afirmó, visiblemente conmocionado.
Kurmasheva fue detenida el 18 de octubre, siendo en la segunda periodista estadounidense detenida en Rusia este año, después de que el reportero del Wall Street Journal Evan Gershkovich fuera arrestado por cargos de espionaje en marzo. Está recluida en un centro de detención, a la espera de un juicio que podría condenarla a hasta cinco años de prisión.
Su calvario comenzó en mayo, cuando decidió viajar a la región rusa de Tatarstán para ver a su anciana madre, que estaba enferma. El 2 de junio, estaba a punto de embarcar en un avión de regreso a casa en el aeropuerto internacional de Kazán cuando fue detenida temporalmente, se le confiscaron tanto los pasaportes como el teléfono y fue multada por no registrar su pasaporte estadounidense ante las autoridades rusas.
“Pero antes de que Alsu pudiera pagar la multa que finalmente se le impuso, fue acusada de un delito mucho más grave: no registrarse como agente extranjero”, declaró Butorin.
El sitio web estatal de noticias Tatar-Inform dijo que Kurmasheva se enfrenta a cargos por no registrarse como “agente extranjera” y que estaba recopilando información sobre actividades militares rusas “con el fin de transmitir información a fuentes extranjeras”.
Rusia utiliza este término legal, que conlleva una vigilanciaz adicional y fuertes connotaciones peyorativas, para etiquetar y castigar a quienes critican su política oficial.
Butorin dijo que su esposa no viajaba a Rusia como periodista ni realizaba allí ningún trabajo de información.
“Alsu era muy consciente de los riesgos que conllevaba un posible viaje a Rusia”, añadió Butorin. “Pero es una hija devota”.
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Dasha Litvinova en Tallin, Estonia, contribuyó a este despacho.