Exjefa del servicio postal del RU se quiebra en indagación sobre escándalo que encarceló a cientos
La exdirectora del Servicio Postal del Reino Unido, Paula Vennells, rompió en llanto en varias ocasiones el miércoles mientras presentaba pruebas en una investigación sobre una de las mayores injusticias del país, en la que cientos de gerentes de sucursal fueron condenados erróneamente por robo o fraude debido a un defecto en el sistema informático.
Vennells, que a principios de este año devolvió su título de Comandante de la Orden del Imperio Británico que recibió en 2019, admitió que había “cometido errores”, pero negó que existiera una conspiración para encubrir el escándalo.
“No tengo la sensación de que hubiera ninguna conspiración en absoluto”, dijo. “Lo que más lamento de esto es que pienso que las personas, incluida yo misma, cometemos errores, hay cosas que no vemos ni escuchamos”.
Después de que el Servicio Postal introdujo la tecnología de información Horizon hace 25 años para automatizar la contabilidad de las ventas, los gerentes locales comenzaron a detectar pérdidas inexplicables que, según sus jefes, ellos debían pagar.
El Servicio Postal sostuvo que Horizon, creado por la empresa japonesa Fujitsu, era confiable y acusó de deshonestidad a los gerentes de sucursal. Vennells, que fue directora ejecutiva de 2012 a 2019, un período que abarcó los últimos años del escándalo, insistió durante años que el sistema era “sólido”, a pesar de que cientos de trabajadores afirmaron que no habían cometido ninguna falta.
Entre 2000 y 2014, más de 900 empleados postales fueron condenados erróneamente por robo, fraude y falsificación de la contabilidad; algunos de ellos fueron encarcelados y otros fueron llevados a la quiebra.
Se desconoce el número total de víctimas. El gobierno británico ha incorporado una ley para revertir las condenas, la cual fue presentada por el mismo Servicio Postal.
La empresa, que es propiedad del Estado pero se desempeña como una empresa privada, tiene una función excepcional, en la que puede enjuiciar a su propio personal sin necesidad de contactar a la policía o a los fiscales estatales. Sin embargo, los ejecutivos actuales dicen que no pueden imaginarse usando dicha facultad, dado lo que ocurrió.