Destitución del primer ministro Michel Barnier: el impacto político para Macron y el futuro de Francia
La incertidumbre crece luego de que el Gobierno del primer ministro Michel Barnier perdiera una moción de censura que pasará a la historia
El primer ministro francés, Michel Barnier, perdió una moción de censura que va a dejar a Francia en riesgo de entrar en 2025 sin Gobierno ni presupuesto.
Barnier, que lleva menos de tres meses en el cargo, debe ahora presentar su renuncia y la de su Gobierno al presidente Emmanuel Macron, quien desencadenó la crisis al convocar unas elecciones anticipadas en junio. Desde 1962, ningún gobierno francés había sido derrocado por una moción de censura.
La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular y la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), de ideologías contrarias, se unieron contra Barnier y reunieron suficientes votos para derrocar al Gobierno.
He aquí algunos escenarios de lo que pueden deparar las próximas semanas:
Macron cede a las exigencias de la extrema derecha sobre el presupuesto
El camino más seguro de Macron para nombrar a un nuevo primer ministro capaz de formar un gobierno y aprobar un presupuesto antes de fin de año es ceder a las exigencias presupuestarias de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen.
El proyecto de presupuesto de Barnier pretendía recortar el déficit fiscal, que se prevé supere el 6 % de la producción nacional este año, con 63.000 millones de dólares en subidas de impuestos y recortes del gasto. Su objetivo era reducir el déficit al 5 % el año próximo.
Le Pen y su partido acusaron a Barnier de imponer medidas de austeridad y de no atender las necesidades de los ciudadanos.
Un Gobierno provisional aprueba el presupuesto para 2024
El Gobierno de Barnier puede permanecer de manera provisional en funciones para ocuparse de los asuntos cotidianos, mientras Macron intenta trazar un camino para salir del embrollo y nombrar un nuevo Gobierno. Si el Parlamento no ha aprobado un presupuesto para el 20 de diciembre, el Gobierno puede proponer una legislación de emergencia que prorrogaría los límites de gasto y las disposiciones fiscales de 2024, a la espera de la implementación de un nuevo Gobierno y un nuevo proyecto de ley presupuestaria para 2025.
En cambio, se descartarían los $63.000 millones propuestos en subidas de impuestos y recortes del gasto, bien recibidos por los inversores y las agencias de calificación. El partido de Le Pen ha dicho que es el escenario que más beneficiaría a los hogares, algo que el Gobierno de Barnier niega. Afirma que más personas acabarán pagando impuestos o impuestos adicionales si los umbrales no pueden ajustarse a la inflación.
Un Gobierno provisional podría invocar poderes constitucionales para forzar la aprobación del presupuesto de 2025
Un Gobierno también puede invocar poderes constitucionales para aprobar el presupuesto de 2025 por decreto ejecutivo si el Parlamento no lo ha aprobado antes del 20 de diciembre.
Sin embargo, según la opinión de los juristas, sería muy arriesgado, ya que no está claro si un Gobierno provisional puede hacer uso de tales poderes. Si se lleva a cabo, se desencadenaría una inevitable agitación política.
¿Qué significa esto para Macron?
El tumulto que se desató a raíz de la decisión de Macron de convocar elecciones anticipadas en verano ha mermado su prestigio dentro y fuera del país. Aunque una alianza de partidos de izquierdas, conocida como el Nuevo Frente Popular, ganó las elecciones de julio y la Agrupación Nacional fue el partido más votado, los centristas de Macron finalmente llegaron a un acuerdo con la centroderecha y los conservadores para formar un Gobierno.
Según la Constitución, el mandato de Macron se extiende hasta la primavera de 2027. Opositores de extrema izquierda y extrema derecha han exigido su dimisión para que asuma la responsabilidad del desastre político.
Al carecer de mayoría parlamentaria, los adversarios de Macron podrían rechazar cada una de las elecciones de primer ministro.
Le Pen afirma que una remodelación del Gobierno tiene pocas posibilidades de éxito a largo plazo, mientras que la Constitución prohíbe una disolución del Parlamento antes de julio —12 meses después de las últimas elecciones—, lo que deja solo una opción: la dimisión de Macron.
Sin embargo, la Constitución otorga amplios poderes al presidente en situaciones de crisis. Puede convocar referendos y tiene capacidad para invocar “plenos poderes” de emergencia en virtud del artículo 16, redactado por los fundadores de la Quinta República para utilizarse en tiempos de guerra. El presidente ha respondido a las peticiones de dimisión asegurando su compromiso a desempeñar su cargo con toda su energía “hasta el último segundo”.
Traducción de Michelle Padilla