Funcionario de EEUU que asistió a cumbre de OTAN presenta síntomas de "síndrome de La Habana"
Un funcionario de alto rango del Departamento de Defensa de Estados Unidos que asistió a la cumbre de la OTAN celebrada el año pasado en Vilna, Lituania, presentó síntomas parecidos a los reportados por funcionarios estadounidenses que han padecido el “síndrome de La Habana”, confirmó el lunes el Pentágono.
El “síndrome de La Habana” sigue bajo investigación, pero incluye una serie de problemas de salud que se remontan a 2016, cuando funcionarios que trabajaban en la Embajada de Estados Unidos en La Habana reportaron una repentina e inexplicable presión intracraneal, dolor de cabeza o de oído, o mareos.
Las lesiones sufridas por personal clave del gobierno de Estados Unidos o sus familiares fueron reveladas en un reporte de “60 Minutes” del domingo que sugería que Rusia está detrás de los incidentes, uno de los cuales tuvo lugar durante la cumbre de la OTAN de 2023 en Vilna.
“Puedo confirmar que un funcionario de alto rango del Departamento de Defensa experimentó síntomas similares a los reportados en los incidentes de salud anómalos”, dijo la subsecretaria de prensa Sabrina Singh a los periodistas el lunes. Singh remitió las preguntas sobre si Rusia tuvo un papel a la comunidad de inteligencia, que todavía está investigando el asunto.
El funcionario, que no fue identificado, no formaba parte de la delegación oficial de viaje del secretario de Defensa Lloyd Austin a Vilna, dijo Singh, pero estaba allí "por separado, asistiendo a reuniones que formaban parte de la cumbre de la OTAN".
Singh no precisó si el funcionario de defensa afectado tuvo que buscar más atención médica, retirarse o dejar de desempeñar sus funciones, citando la privacidad médica.
En febrero, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, en su evaluación de la amenaza para 2024, concluyó que era “improbable” que un adversario extranjero fuera responsable de causar las misteriosas dolencias, pero señaló que las agencias de inteligencia estadounidenses tenían distintos niveles de confianza en esa evaluación.
El sistema de atención médica del Pentágono ha creado un registro para que los empleados o dependientes informen de este tipo de incidentes. En marzo, sin embargo, un estudio de cinco años realizado por los Institutos Nacionales de Salud no encontró lesiones cerebrales ni degeneración entre los diplomáticos estadounidenses y otros empleados del gobierno que presentaban síntomas del “síndrome de La Habana”.