Cómo un guardia de seguridad permitió a Gisèle Pelicot descubrir la verdad sobre los abusos de su marido
Dominique Pelicot fue detenido solo después de que un guardia de seguridad lo sorprendiera grabando por debajo de la ropa de mujeres en un supermercado
Cuando Gisèle Pelicot fue citada por la policía en noviembre de 2020, pensó que se trataba de discutir las acusaciones contra su esposo por grabar o fotografiar en secreto por debajo de las faldas de mujeres, un comportamiento que llevaba décadas ocurriendo.
Durante la citación, Gisèle describió a su esposo como un “hombre extraordinario”, sin saber que los detectives estaban a punto de desmoronar la fachada de su idílica vida junto a Dominique Pelicot, el hombre que había conquistado su corazón cuando tenía 19 años.
Dos meses antes, la policía lo detuvo en un centro comercial mientras intentaba tomar fotos de manera encubierta debajo de las faldas de mujeres y decidió confiscarle los teléfonos y la computadora.
Los investigadores encontraron una biblioteca meticulosamente organizada con 20.000 imágenes y videos que mostraban a 71 hombres teniendo relaciones sexuales con una mujer inconsciente. La mujer era su esposa, la madre de sus hijos y su compañera de toda la vida.
La policía le mostró innumerables fotografías de hombres desconocidos violándola en el lugar donde debía sentirse más protegida: su propio dormitorio, en su propia casa.
Gisèle contó al jurado cómo su mundo se desmoronó al ver esas imágenes: “Le pedí que parara. Era insoportable. Estaba inerte en mi cama mientras un hombre me estaba violando”.
Gisèle describió las imágenes como “una escena de terror” y afirmó que sus agresores la trataron como “bolsa de basura”.
Se descubrió que su esposo la había drogado y violado durante casi una década, además de orquestar encuentros en los que docenas de hombres abusaron de ella mientras él los filmaba para su satisfacción personal.
Es posible que nunca lo hubieran descubierto de no ser por la perspicacia de Thibaut Rey, un guardia de seguridad que lo confrontó en el centro comercial LeClerc.
“Pelicot no se resistió. Se quedó paralizado por el terror. Vi el miedo en sus ojos”, declaró al Daily Mail.
Gisèle desconocía que en 2010 su esposo había sido sorprendido tomando fotos debajo de las faldas de mujeres. Además, quedó horrorizada al enterarse de que su ADN coincidía con el de un hombre que, en 1999, atrajo a una joven agente inmobiliaria a un apartamento en París, la drogó con cloroformo e intentó violarla.
Cuando se reveló la magnitud de los abusos, que incluían fotografías tomadas en secreto de su nuera embarazada mientras estaba desnuda, Gisèle decidió romper su anonimato. En un valiente mensaje, declaró que la vergüenza debía “cambiar de bando”.
Cuando se revelaron los abusos, Gisèle vivía con su esposo en el tranquilo pueblo de Mazan, donde la pareja se había establecido tras mudarse de París en 2013.
Como parte de su fachada de “marido perfecto”, Dominique siempre se ofrecía a preparar la cena y servía a Gisèle un sorbete de frambuesa y mango antes de que se fuera a dormir.
Gisèle despertaba cada mañana en pijama, con una sensación de agotamiento, que atribuía a las largas caminatas del día anterior.
Mientras tanto, su esposo utilizaba un sitio web francés de intercambio de parejas para contactar a hombres y planificar encuentros en un chat llamado “Sin que ella lo sepa”.
Los hombres estacionaban sus autos en la calle y luego ingresaban al dormitorio conyugal, donde Pelicot les advertía que no fumaran ni usaran perfume para evitar que Gisèle los descubriera.
Ante el jurado, Gisèle expresó: “Me siento traicionada y violada. Me traicionó este hombre con el que pensé que compartiría el resto de mis días”.
Tras confesar sus atroces crímenes, Dominique Pelicot fue condenado a 20 años de prisión, la pena máxima, mientras que otros 50 hombres involucrados también recibieron sentencias de cárcel.
Traducción de Leticia Zampedri