Gisèle Pelicot busca reivindicar a víctimas de violación: “La vergüenza no es para nosotras, es para ellos”
La mujer, de 72 años, considera que no es solo su lucha, sino la de “todas las víctimas de violación”, mientras prosigue el juicio en el que, además de su exmarido, otros 50 hombres también están implicados
Gisèle Pelicot, la mujer francesa aclamada como heroína por insistir en que se celebrara en público el juicio contra su exmarido y otras decenas de hombres acusados de violarla, subió al estrado y se describió a sí misma como una “mujer totalmente destruida”, pero que tiene la “determinación de cambiar la sociedad”.
Dominique Pelicot admitió los cargos que se le imputan: sedar y luego violar a su entonces esposa, Gisèle, e invitar a otros hombres a su casa para violarla, a lo largo de un periodo de nueve años, de 2011 a 2020. Otros cincuenta hombres también están siendo juzgados. La mayoría niega la violación y argumenta que no pueden ser culpables porque no se dieron cuenta de que ella estaba inconsciente y, por tanto, no “sabían” que la estaban violando.
Tras dos meses de juicio, Pelicot, de 72 años, compartió en su testimonio un mensaje para las mujeres que han sido víctimas de violación: “La vergüenza no es para nosotras, es para ellos”.
“Soy una mujer totalmente destruida”, reconoció y añadió: “Quiero que todas las mujeres que han sido violadas digan: madame Pelicot lo hizo, yo también puedo. No quiero que se avergüencen más”.
“No es solo mi lucha, sino la de todas las víctimas de violación”, afirmó.
A la pregunta de cómo ha seguido adelante a pesar de la evidencia compartida en el tribunal, respondió: “Es verdad que oigo a muchas mujeres, y hombres, que dicen que soy muy valiente. Yo digo que no es valentía, sino voluntad y determinación para cambiar la sociedad”.
Dominique observó desde el banquillo de los acusados cómo su exesposa relataba lo “afortunada” que se había sentido durante su matrimonio por tenerlo a su lado, cuando en realidad él llevaba “extraños” a su dormitorio sin que ella lo supiera.
Planteó que “confiaba plenamente en él”, incluso cuando la acompañaba a las consultas médicas por sus problemas neurológicos, los cuales descubrió más tarde que se debían a que la drogaba con regularidad.
“¿Cómo es posible que el hombre perfecto se haya atrevido a esto? ¿Cómo pudiste traicionarme hasta este punto? ¿Cómo pudiste llevar a estos extraños a mi recámara?”, exclamó.
Dirigiéndose a su exmarido como “Sr. Pelicot”, Gisele formuló: “Ojalá pudiera seguir llamándole Dominique. Vivimos juntos 50 años y yo era una mujer feliz y realizada”.
“Eras un marido atento y cariñoso, y nunca dudé de ti. Compartimos risas y lágrimas”, añadió.
Gisèle descubrió las presuntas violaciones después de que su marido fue sorprendido grabando un video bajo las faldas de mujeres desprevenidas en 2020. Cuando la policía registró su casa, encontró miles de fotos y videos pornográficos.
Según la fiscalía, mezclaba somníferos y ansiolíticos con su comida y bebidas e invitaba a hombres a violarla en el pueblo de Mazan, en la Provenza francesa. Dominique, que admitió que encontraba a los hombres principalmente en salas de chat, y los demás acusados se enfrentan a 20 años de prisión si los declaran culpables.
“No sentía el corazón agitado, no sentía nada, debí haberme desmayado muy rápido”, declaró Gisèle ante el tribunal. “Me despertaba con la pijama puesta. Por las mañanas estaba más cansada de lo normal, pero camino mucho y pensaba que era eso”.
El juicio ha captado la atención de Francia, y Gisèle ha insistido en estar presente en las audiencias. Elogiada como ícono feminista, ha asistido con sus hijos a la corte de Aviñón, pequeña ciudad del sureste de Francia.
También pidió que se levantaran las restricciones impuestas a la proyección de pruebas en video en el juicio, una decisión que su abogado afirmó que era necesaria para mostrar el “verdadero horror de la violación”.
Gisèle declaró ante el tribunal que su caso pone de relieve cómo un violador no es solo “alguien que te encuentras en un estacionamiento en la madrugada”, sino que “también puede estar en la familia, entre nuestros amigos”.
“La semana pasada vi en el estrado a uno de los acusados, que entró en mi habitación y en mi casa sin consentimiento”, manifestó. “Este hombre vino a violar a una mujer inconsciente de 57 años; yo también soy madre y abuela […] Podría haber sido su abuela”.
Las edades de los 50 hombres acusados de violación y agresión junto al exmarido de Gisèle abarcan entre los 26 y los 74 años. Entre ellos hay un enfermero, un periodista, un director de prisión, un concejal, un soldado, camioneros y trabajadores agrícolas.
En total, 49 hombres están acusados de violación, uno de intento de violación y otro de agresión sexual.
Esta semana, el tribunal juzgará los casos de seis hombres. Entre ellos figuran un director de prisión de 34 años, un electricista de 55, un repartidor de 32, un fabricante de espejos de 46, un pintor y decorador de 31 y un antiguo trabajador de fábrica de 47 años.
Casi dos docenas de acusados han testificado durante las siete primeras semanas del juicio.
Un acusado declaró que había salido de casa una noche de octubre de 2018 sin la intención de violar a nadie. “Pensé que estaba dormida”, aseveró el transportista de 36 años al jurado, refiriéndose a Gisèle.
“Le concedo que no haya salido con la intención de violar a nadie”, observó el fiscal. “Pero ahí estaba en la habitación”.
El juicio durará hasta el 20 de diciembre.
Associated Press contribuyó a este reportaje
Traducción de Michelle Padilla