Gran Bretaña aprueba proyecto de petróleo y gas en mar del Norte
Gran Bretaña aprobó el miércoles un gran proyecto de petróleo y gas en el mar del Norte, haciendo caso omiso de las advertencias de científicos y de Naciones Unidas de que los países deben dejar de desarrollar nuevos recursos de combustibles fósiles si el mundo quiere evitar un cambio climático catastrófico.
La Autoridad de Transición del Mar del Norte aprobó el desarrollo del yacimiento de Rosebank, permitiendo a sus propietarios Equinor e Ithaca Energy seguir adelante con el proyecto a unos 130 kilómetros (80 millas) al noroeste de las islas Shetland. La autoridad es un organismo regulador de Gran Bretaña encargado de maximizar los beneficios económicos de los recursos energéticos del mar del Norte y de ayudar al país a cumplir sus objetivos de reducción de las emisiones de carbono.
La decisión se produce en un momento en que el gobierno del primer ministro Rishi Sunak se enfrenta a críticas por suavizar sus compromisos medioambientales de cara a unas elecciones previstas para el año que viene. Recientemente, Sunak retrasó la prohibición de los vehículos de gasolina y gasóleo y propuso suavizar las normas de calidad del agua para los promotores inmobiliarios, después de que los costosos programas medioambientales resultaran impopulares entre algunos votantes.
El gobierno argumenta que Gran Bretaña necesita proyectos como Rosebank para reforzar la producción nacional de petróleo y gas, controlar los costes para los consumidores y proporcionar “seguridad energética” a medida que el país realiza la transición de los combustibles fósiles a fuentes de energía renovables como la eólica y la solar.
Caroline Lucas, la única diputada del Partido Verde en la Cámara de los Comunes, calificó la decisión de “moralmente obscena” en un momento en que la emergencia climática es “cada vez más grave”.
Aunque Gran Bretaña necesita seguir bombeando petróleo y gas de los proyectos existentes, no debería abrir nuevos yacimientos, dijo.
Lucas también dijo que Rosebank no aumentaría la seguridad energética ni reduciría las facturas porque la mayor parte del petróleo se enviará al extranjero y lo que vuelva a Gran Bretaña se venderá a precios de mercado.