Grupo indígena de Brasil celebra regreso de manto sagrado después de casi 400 años en Europa
Cantos indígenas y el sonido de maracas inundaron el jueves un parque de Río de Janeiro, donde indígenas de la tribu tupinambá de Brasil se reunieron para celebrar el regreso de un manto sagrado que permaneció en Europa durante unos 380 años.
Elaborado con plumas de ibis escarlata, el artefacto del noreste brasileño permaneció en Copenhague hasta que el Museo Nacional de Dinamarca donó el manto a su contraparte brasileña.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la ministra de Pueblos Indígenas Sonia Guajajara asistieron a la ceremonia en el Museo Nacional de Brasil, ubicado en una colina del Parque Boa Vista.
“Es imposible no apreciar la belleza y fortaleza de esta pieza bien preservada de hace siglos, incluso después de tanto tiempo fuera de Brasil, en el extranjero. Es nuestro compromiso preservar esta herencia”, dijo Lula frente a decenas de pueblos indígenas y otros asistentes.
Los festejos para celebrar el regreso del manto comenzaron la semana pasada. Los tupinambá viajaron 28 horas desde el estado de Bahía, en el noreste del país, para ingresar al museo en donde cuelga bajo una luz calibrada con todo cuidado y condiciones de temperatura perfectas para garantizar su preservación. En la sala llevaron a cabo rituales y oraciones con el manto, al que consideran un ancestro vivo y no un objeto.
Reconectarse con el manto, que alguna vez formó parte central de ciertas ceremonias, fue “realmente maravilloso”, declaró el miércoles Jamopoty Tupinambá, una de las líderes del grupo, cerca de su campamento ubicado dentro del parque. “Fue mucha la emoción. Los hechizados también llegaron”, dijo, refiriéndose a sus ancestros espirituales.
Algunos integrantes del campamento tocaron tambores sobre el césped en medio de humo de incienso, ataviados con vistosos penachos. En el aire se percibía una sensación de expectativa y emoción.
El manto tiene casi 1,2 metros (4 pies) de altura. Los holandeses lo sacaron de Brasil alrededor del año 1644, según un comunicado del gobierno federal brasileño. Había estado en el Museo Nacional de Dinamarca durante 335 años.
“En el proceso de colonización, él (el manto) fue extraido de forma abrupta, violenta, arrebatándole al pueblo lo que representaba su mayor fortaleza", dijo Yakuy Tupinambá, un anciano de la tribu.
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Los periodistas de The Associated Press Jan M. Olsen, en Copenhague, y Thomas Adamson, en París, contribuyeron a este despacho.