Inflación en Turquía se contrae al 64%, en favor de Erdogan
La tasa de inflación de Turquía registró un fuerte descenso durante diciembre, lo que podría ayudar al presidente Recep Tayyip Erdogan antes de las elecciones a medio año, pero que probablemente no aliviará a las familias afectadas por la crisis de la carestía de la vida
La tasa de inflación de Turquía registró un fuerte descenso durante diciembre, gracias sobre todo a un efecto favorable subyacente, lo que podría ayudar al presidente Recep Tayyip Erdogan en vísperas de las elecciones, pero que probablemente no aliviará a las familias afectadas por la crisis de la carestía de la vida.
Los precios al consumidor a tasa anualizada aumentaron un 64,27% en diciembre, anunció el martes el Instituto de Estadística de Turquía, sustancialmente por debajo del 84,39% reportado en noviembre.
Fue el segundo mes consecutivo que la inflación disminuye después de alcanzar un máximo de 24 años del 85,5 % en octubre. La caída se atribuye a un efecto subyacente, que se compara con un índice alto de hace un año, lo que estadísticamente hablando redujo la tasa de inflación.
Aunque la pandemia y la invasión rusa de Ucrania han avivado la tasa inflacionaria en todo el mundo, los expertos dicen que los precios más altos en Turquía fueron impulsados por la creencia de Erdogan de que los altos costos de endeudamiento conducen a precios más altos. Las políticas económicas tradicionales dicen que subir las tasas ayuda a controlar la inflación.
El año pasado, el banco central de Turquía recortó las tasas de interés en 5 puntos porcentuales, para llevarlas al 9% a pesar de la alta inflación. Por el contrario, los bancos centrales de todo el mundo aumentaron las tasas para combatir la inflación galopante.
Erdogan, que se enfrenta a elecciones en junio, había prometido una caída de la tasa de inflación en el año nuevo y es probable que promueva la caída de los precios al consumidor durante su campaña electoral.
En pasos orientados a promoverse antes de las elecciones, el presidente turco aumentó el salario mínimo en un 55% para aliviar las dificultades económicas y también anunció una medida que permitiría a más de 2 millones de personas jubilarse anticipadamente a pesar de las advertencias sobre la carga presupuestaria adicional que acarreará la medida.