Italia y Francia buscan calmar tensiones sobre migración
Los presidentes de Italia y Francia intentan calmar las tensiones sobre la migración al señalar la necesidad de una “cooperación total” en una serie de temas y la importancia de relaciones bilaterales sólidas después de días de duras críticas diplomáticas sobre el destino de los migrantes que cruzan el Mediterráneo
Los presidentes de Italia y Francia intentaron calmar las tensiones sobre la migración el lunes al señalar la necesidad de una “cooperación total” en una serie de temas y la importancia de relaciones bilaterales sólidas después de días de duras críticas diplomáticas sobre el destino de los migrantes que cruzan el Mediterráneo.
Las oficinas de los presidentes Sergio Mattarella y Emmanuel Macron emitieron declaraciones idénticas el lunes luego que ambos mandatarios conversaron vía telefónica. En una señal de cooperación y coordinación, los jefes de Estado “afirmaron la enorme importancia de las relaciones entre Francia e Italia y subrayaron la necesidad de reunir las condiciones para una cooperación plena en todas las áreas, tanto a nivel bilateral como dentro de la Unión Europea”.
Si bien ambos son jefes de Estado, Mattarella no tiene un poder real en el gobierno del día a día, el cual está a cargo de la primera ministra Giorgia Meloni. Francia cuenta con un primer ministro que funge como jefe de gobierno, pero es nombrado por Macron, quien tiene el poder real en el gobierno.
La disputa diplomática estalló la semana pasada cuando Italia obligó a Francia a aceptar un barco de rescate humanitario, el Ocean Viking con 234 inmigrantes a bordo, luego que Italia le negó acceso a un puerto durante semanas. Francia tomó represalias suspendiendo su participación en un pacto de solidaridad de la Unión Europea para aceptar a 3.000 inmigrantes reubicados este año desde Italia y envió a agentes para reforzar sus cruces fronterizos del sur e impedir la entrada de migrantes.
El nuevo gobierno italiano de ultraderecha encabezado por Meloni prometió que Italia ya no será el principal puerto de entrada para los migrantes que viajan en barcos de traficantes desde Libia y exige que Europa haga más para compartir la responsabilidad y regular a los grupos de ayuda que operan barcos de rescate de migrantes en el Mediterráneo.