La Armada de Senegal efectúa patrullajes en popular ruta migratoria hacia Europa

A medida que salía el sol frente a la costa de Senegal, el comandante de la Armada Assane Seye escudriñaba el horizonte.

Él es capitán del Niani, uno de tres nuevos buques patrulla encargados de vigilar el mar frente a la nación del África Occidental. Se les ha encargado detectar un número creciente de embarcaciones vulnerables que transportan a migrantes en una de las rutas migratorias más letales del mundo.

Docenas de personas se amontonan en botes de pesca de madera llamados piraguas y arriesgan sus vidas en un viaje hacia las Islas Canarias de España, que se han convertido en el punto de llegada preferido para migrantes del África Occidental que sueñan con una vida mejor en Europa.

The Associated Press tuvo un inusual acceso a uno de los patrullajes nocturnos de la Armada.

De un vistazo, Seye y sus colegas pueden distinguir si un bote navega con fines de pesca o de transporte de migrantes. El número de personas apretujadas a bordo es la clave para detectarlos.

“Desde el 1 de enero de 2024, la Armada ha salvado a 4.780 personas”, señaló, un incremento con respecto a 2023.

El teniente Oumar Ndiaye dijo que interceptaron un bote de madera con más de 200 personas a bordo hace un mes.

“Había un gran número de personas en esta piragua en condiciones realmente difíciles, que ya habían pasado dos o tres días en el mar”, dijo. Interceptar ese tipo de botes es una misión humanitaria, agregó.

Seye dijo que la Armada está obligada a llevar a los migrantes a un lugar seguro, ya sea que pidan ayuda o no.

“Todo lo que tiene que suceder es un cambio de clima, o un movimiento equivocado por parte del capitán, para que la piragua vuelque y las personas estén en peligro”, indicó.

Los equipos de patrullaje rescatan a los migrantes y los conducen a tierra. Una vez allí, son libres de irse... y quizás intentarlo de nuevo. Pero si son de otro país, son repatriados.

Hasta hace poco, el Mediterráneo era la principal ruta migratoria desde África Occidental hacia Europa. Pero la Unión Europea ha enviado dinero a Libia y Túnez —populares puntos de partida en el norte de África— con el objetivo de frenar la migración desde allí.

Ahora la ruta a través de las Islas Canarias está bastante transitada. Hasta junio, el número de migrantes “irregulares” que llegaron a España era casi el doble que en el mismo período de 2023, según el Ministerio del Interior español. España registró casi 25.000 de ese tipo de llegadas en la primera mitad de 2024.

Este año, la UE firmó un acuerdo de 210 millones de euros con Mauritania, que limita con Senegal, para impedir que los contrabandistas envíen barcos hacia España.

Tanto la ruta del Mediterráneo como esta hacia las Islas Canarias pueden ser mortales.

Aunque no hay un recuento exacto de muertes debido a la falta de información sobre las salidas desde África Occidental, el grupo activista español Caminando Fronteras estima que las víctimas en la ruta de las Islas Canarias han sido miles tan sólo este año.

Algunos barcos en problemas han quedado a la deriva en el Atlántico, y los cuerpos en su interior plantean un misterio para quienes los encuentran.

La migración es un tema controvertido en Senegal. El nuevo presidente Barrious Diomaye Faye hizo campaña con promesas de reformas para mejorar el nivel de vida de los senegaleses comunes, en un intento por disuadirlos de partir.

Esas reformas propuestas incluyen renegociar los permisos de pesca para países extranjeros —a menudo acusados de desplazar a los pescadores locales— y asegurar una proporción mayor de los recursos naturales de Senegal para la población local.

Más del 60% de la población senegalesa tiene menos de 25 años y el 90% trabaja en empleos informales. Desde hace años han observado cómo el dinero obtenido de los recursos naturales se ha ido al extranjero.

Senegal acudió a las urnas el domingo en elecciones legislativas que fueron convocadas en septiembre, luego de que el presidente disolviera el Parlamento liderado por la oposición. Ganar la mayoría en el Parlamento le permitiría impulsar las reformas que prometió.

Pero algunos jóvenes en Senegal siguen sin desanimarse por los riesgos que plantea el viaje a Europa. Dicen que la situación económica en el país africano no les deja otra opción.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de la AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.