Lula recibe a Xi en una visita de Estado mientras China y Brasil fortalecen sus vínculos
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibió el miércoles a su homólogo chino Xi Jinping para una visita de Estado en el Palacio de la Alvorada, la más reciente muestra del fortalecimiento de los lazos entre ambos países que, según los analistas, podría acelerarse con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025.
China superó a Estados Unidos como el mayor mercado de exportaciones de Brasil en 2009. Desde entonces, los vínculos entre ambas naciones se han fortalecido en comercio e inversión. Ambos mandatarios firmaron el miércoles 37 acuerdos en cuestiones que van desde comercio y turismo hasta agricultura, industria, ciencia y tecnología, salud, energía, cultura y educación.
Esto es reflejo de una tendencia más amplia, según los expertos. Xi inauguró la semana pasada un megapuerto de 1.300 millones de dólares en Perú, quizá el ejemplo más claro de la reorientación de Latinoamérica.
“Estados Unidos y la Unión Europea siempre se han olvidado de América Latina. ¿Quién llena ese vacío? China”, dijo Flavia Loss, profesora de relaciones internacionales en la Fundación Escuela de Sociología y Ciencias Políticas de Sao Paulo.
“La elección de Donald Trump ya está acelerando esta proximidad. Claramente lo estamos viendo suceder ahora, en vivo”, agregó.
La visita de Estado del mandatario chino se produce más de un año después de que Lula visitó China con el objetivo de fortalecer vínculos y reparar las relaciones con su mayor socio comercial después de un período turbulento bajo su predecesor, Jair Bolsonaro.
Eduardo Bolsonaro, legislador e hijo del expresidente, responsabilizó al Partido Comunista de China por el surgimiento de la pandemia de COVID-19 y se refirió a la enorme compañía de tecnología china Huawei como “espionaje chino”, lo que provocó fuertes reprimendas. China no tuvo embajador en Brasil durante ocho meses en 2022.
Lula ha adoptado una postura completamente opuesta. Reparar las relaciones con China también es parte de su estrategia para reposicionar a Brasil en la escena internacional después de un período de aislamiento durante el gobierno de Bolsonaro, quien mostró poco interés en asuntos globales.
Lula declaró el miércoles a la prensa que lo que China y Brasil hacen juntos “resuena en todo el mundo”, destacando la colaboración entre ambos países dentro de las Organización de las Naciones Unidas y el grupo BRICS de naciones en vías de desarrollo.
Xi se refirió a la relación entre China y Brasil como “amigos confiables con un destino compartido y fuerzas positivas para promover la paz”.
En los primeros 10 meses del año, el comercio entre ambas naciones ascendió a 136.300 millones de dólares, según un comunicado que emitió el palacio presidencial de Brasil el 13 de noviembre.
“Desde 2004, cuando el presidente Lula visitó China por primera vez, el comercio bilateral ha crecido más de 17 veces. Las exportaciones a China fueron mayores a la suma de nuestras ventas a Estados Unidos y la Unión Europea”, subrayó en un comunicado Eduardo Saboia, secretario para Asia y el Pacífico en el ministerio de Relaciones Exteriores.
China ha estado presionando a Brasil para que se una a su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus iniciales en inglés), la cual comenzó como un programa para que las empresas chinas realicen obras de transporte, energía y demás infraestructura en distintas partes del mundo.
Aunque cauteloso en un principio, Brasil ha sopesado la idea y actualmente busca aliados en áreas como fondos para limitar el cambio climático causado por el ser humano y financiar medidas de adaptación, dijo Pedro Brites, experto en China para la Fundación Getulio Vargas, una universidad y centro de estudios en Sao Paulo.
“Pero, como lo refleja esta visita de Estado, Brasil ha logrado concretar buenos acuerdos con China sin tener que unirse, así que no sé si los beneficios aún valen la pena, según los cálculos de Brasil", añadió.
Si bien el regreso de Trump a la Casa Blanca puede acelerar la proximidad entre China y Brasil, acercarse demasiado al gobierno chino podría tener un costo para la nación sudamericana, causando divisiones con Washington y las naciones europeas, dijo Brites.
“Brasil mantendrá su acercamiento y negociará hasta cierto punto, pero creo que habrá un límite”, puntualizó.
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La periodista de Associated Press Did Tang, en Washington, contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.