Miembros de la Unión Europea revisan el acuerdo con Gran Bretaña
Los embajadores de la Unión Europea se reúnen en Navidad para empezar a revisar el enorme acuerdo comercial que alcanzó el bloque con Gran Bretaña, y que debería entrar en vigencia la semana que viene cuando se complete por fin el agrio proceso de divorcio
Los embajadores de la Unión Europea se reunían en Navidad para empezar a revisar el enorme acuerdo comercial que alcanzó el bloque con Gran Bretaña y que debería entrar en vigencia la semana que viene cuando se complete por fin el agrio proceso de divorcio.
Los países de la UE ya expresaron su apoyo después de que se anunciara el acuerdo el jueves, y se esperaba que respaldaran el pacto de forma unánime, un requisito previo para su aprobación legal.
Aprobar rápido el acuerdo resulta crucial porque el periodo de transición, que permitía a Gran Bretaña seguir comerciando según las normas de la UE pese a haber abandonado el bloque el 31 de enero, termina el día de Año Nuevo. No tener un acuerdo comercial habría agravado el caos en la frontera, donde los controles a las mercancías tendrán que aumentar porque Gran Bretaña habrá salido definitivamente del bloque de 27 países.
Se esperaba que el Parlamento británico aprobara el acuerdo en los próximos días, pero el acuerdo tendrá que aplicarse de forma provisional porque la cámara europea no puede dar su aprobación hasta el mes que viene como pronto. Se espera que también salga refrendado allí.
La firme demostración de unidad es un triunfo del negociador jefe de la UE, Michel Barnier, que ha trabajado sin descanso para mantener a todos los estados miembros y a los grupos del Parlamento Europeo al tanto de los acontecimientos durante las complejas negociaciones.
Hicieron falta más de tres años de regateos para que Gran Bretaña abandonara las estructuras políticas del bloque en enero. Separar las economías de ambas partes y encontrar terreno común entre el deseo británico de independencia y el objetivo de la UE de preservar su unidad tomó varios meses más.
Ambas partes afirman ahora que el acuerdo de 2.000 páginas protege sus principales objetivos. Gran Bretaña dijo que le otorga control sobre su dinero, fronteras, leyes y caladeros de pesca. La UE dice que protege el mercado único de la UE y contiene salvaguardas para garantizar que Gran Bretaña no socava de forma injusta los estándares de la UE.