Millones de personas votan el domingo en elecciones UE. Los sondeos apuntan a un giro a la derecha

Lorne Cook
Domingo, 09 de junio de 2024 02:17 EDT
UE-ELECCIONES
UE-ELECCIONES (AP)

Las urnas abrieron el domingo en 20 países para las elecciones de la Unión Europea, entre preocupaciones de que un probable giro a la derecha socave la capacidad de tomar decisiones del bloque comercial más grande del mundo mientras la guerra continúa en Ucrania y crece el sentimiento contra los inmigrantes.

Los ciudadanos de 20 países, de la nación alpina de Austria a la isla mediterránea de Chipre, votarán para elegir a algunos de los 720 miembros del Parlamento Europeo. Los escaños de la asamblea se asignan en función de la población, de los seis de Malta o Luxemburgo a los 96 de Alemania.

Los resultados oficiales de las elecciones, que se celebran cada cinco años y comenzaron el jueves en Holanda, no pueden publicarse hasta que cierren los últimos centros de votación en el grupo de 27 países, que serán los italianos a las 11 de la noche (2100 GMT). Se espera que empiecen a llegar estimaciones no oficiales desde las 1615 GMT.

Un sondeo extraoficial de salida sugirió el jueves que el partido de derecha dura y antiinmigración de Geert Wilders debería hacer grandes avances en Holanda, aunque una coalición de partidos proeuropeos probablemente se habría colocado en segundo lugar.

Desde las últimas elecciones de la UE en 2019, los partidos populistas o conservadores lideran ahora los gobiernos en tres países —Hungría, Eslovaquia e Italia— y forman parte de coaliciones de gobierno en otros, como Suecia, Finlandia, y pronto Holanda. Las encuestas situaban a los populistas en cabeza en Francia, Bélgica, Austria e Italia.

Las elecciones se producían en un momento difícil para la confianza de los votantes en un bloque de unos 450 millones de habitantes. En los últimos cinco años, la UE se ha visto golpeada por la pandemia del coronavirus, una crisis económica y otra energética impulsada por el mayor conflicto terrestre en Europa desde la II Guerra Mundial.

Los sondeos también marcan el inicio de un periodo de incertidumbre para los europeos y sus socios internacionales. Más allá del regateo para formar grupos políticos y establecer alianzas dentro del parlamento, los gobiernos competirán para conseguir puestos claves en la UE para sus funcionarios nacionales.

El más importante es la presidencia de la poderosa rama ejecutiva, la Comisión Europea, que propone leyes y vigila su cumplimiento. La comisión también controla los fondos de la UE, gestiona el comercio y es el organismo responsable de competencia.

Otros puestos codiciados son el de presidente del Consejo Europeo, que preside las cumbres de presidentes y primeros ministros, y el de jefe de política exterior de la UE, el diplomático de más alto nivel.

Los legisladores de la UE deciden sobre legislación que va desde normas financieras a clima o política agraria. También aprueban el presupuesto de la UE, que además de financiar las prioridades políticos del bloque costea cosas como proyectos de infraestructura, subsidios agrícolas o la ayuda a Ucrania.

Pero pese a su importante papel, la campaña política suele centrarse en cuestiones de interés en los países concretos, en lugar de en cuestiones europeas más amplias. Los votantes suelen utilizar sus boletas para protestar por las medidas de sus gobiernos nacionales.

Los sondeos sugieren que los partidos tradicionales y proeuropeos mantendrán la mayoría en la cámara, aunque la derecha dura, incluidos partidos liderados por políticos como Wilders o la francesa Marine Le Pen, ganarán terreno.

El grupo político más grande —el Partido Popular Europeo, de centroderecha— ya se ha alejado del centro y ha incluido en su campaña temas tradicionales de la ultraderecha como más seguridad, leyes migratorias más duras y un énfasis en los negocios por encima de las protecciones sociales.

Mucho puede depender de si Hermanos de Italia, el partido al que pertenece la primera ministra italiana, la populista de ultraderecha Giorgia Meloni, y que tiene raíces neofascistas, se queda en el grupo más duro Conservadores y Reformistas Europeos o se convierte en parte de un nuevo grupo de ultraderecha a crear tras los comicios. Meloni también tiene una tercera opción, trabajar con el PPE.

El segundo grupo más grande —los Socialistas y Demócratas, de centroizquierda— y los Verdes se niegan a alinearse con el CRE. Un escenario más sombrío para los partidos proeuropeos sería que el CRE una fuerzas con el grupo Identidad y Democracia de Le Pen para consolidar la influencia de derecha dura.

Aún hay dudas sobre a qué grupo podría unirse Fidesz, el partido del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que tiene una férrea posición nacionalista y antiinmigración. Antes formaba parte del PPE, pero fue expulsado en 2021 por conflictos sobre sus intereses y valores.

El PPE ha hecho campaña para que Ursula von der Leyen obtenga un segundo mandato como presidenta de la comisión, pero nada garantiza que lo logre incluso si ganan. Los líderes nacionales decidirán a quién se nomina, aunque el parlamento debe aprobar a cualquier candidato.

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