Preparan en Francia vuelo de avión impulsado por hidrógeno que daría la vuelta al mundo en 9 días
Cuando el pionero de la aviación Bertrand Piccard encabezó hace una década un vuelo muy publicitado alrededor del mundo en un avión impulsado por energía solar, ello incrementó la concientización sobre el cambio climático, pero ofrecía pocas promesas de revolucionar el transporte aéreo.
Ahora, el aventurero suizo de 66 años detrás de aquel proyecto, el Solar Impulse, apunta más alto, con la esperanza de avanzar hacia vuelos comerciales más ecológicos que los de los aviones impulsados por combustibles fósiles. En esta ocasión quiere usar hidrógeno líquido superfrío.
Desde un taller en la costa de Francia en el Atlántico, Piccard y sus socios están desarrollando el Climate Impulse, un proyecto iniciado en febrero para volar un avión biplaza alrededor del mundo en nueve días sin hacer escalas, propulsado por lo que se conoce como hidrógeno verde. Se trata de hidrógeno que es separado de las moléculas de agua por medio de electricidad renovable a través de un proceso llamado electrólisis.
El equipo del Climate Impulse —cuyos patrocinadores incluyen a Airbus y una incubadora científica llamada Syensqo que nació a partir de la empresa farmacéutica belga Solvay—, recientemente les presentó a los periodistas sus avances en el primer año de labor en Les Sables d’Olonne, una ciudad costera más conocida por ser sede de la carrera de vela alrededor del mundo Vendee Globe.
¿Cuándo despegará el Climate Impulse?
Los primeros vuelos de prueba están planeados para el próximo año, pero el arduo viaje alrededor del mundo está programado para 2028. Fabricado a partir de materiales compuestos ligeros, el avión depende de varias innovaciones que aún no han sido sometidas a pruebas y está lejos de ser una apuesta segura.
Piccard dice que los principales fabricantes de aviones no asumirían el riesgo de producir un prototipo como el Climate Impulse, pues se corre el riesgo de que falle.
“Es mi trabajo ser un pionero”, declaró en una entrevista. “Tenemos que demostrar que es posible”, lo cual "es un gran incentivo para que otros continúen".
Incluso si el proyecto tiene éxito, algunos expertos dicen que los vuelos propulsados por hidrógeno verde a escala comercial estarían a décadas de distancia, en el mejor de los casos. El proyecto ha atraído decenas de millones de euros en inversiones, y el equipo de docenas de empleados está creciendo.
El avión impulsado por energía solar fue una hazaña tecnológica en 2015, pero no se le podían hacer nuevas mejoras, indicó Raphael Dinelli, ingeniero y copiloto del Climate Impulse. Limitado en alcance, ese avión tuvo que hacer más de una docena de paradas en su vuelta al mundo.
Se presume que el Climate Impulse despegará sin necesidad de asistencia, volará unos 40.000 kilómetros (aproximadamente 25.000 millas) alrededor de la Tierra a lo largo del ecuador, y regresará a su punto de partida sin ser reabastecido de combustible en el aire. Y todo ello sin hacer ninguna parada.
¿Cómo se supone que volará el Climate Impulse?
La liberación controlada de hidrógeno líquido de tanques extremadamente aislados bajo las alas del avión produce energía que se filtra a la membrana de una celda de combustible que impulsa la aeronave.
“El avión tiene la envergadura de un Airbus 320: treinta y cuatro metros (unos 110 pies). Pesa 5 toneladas y media y vuela a 180 kilómetros por hora, lo que significa 100 nudos a 10.000 pies (3.000 metros) de altitud”, indicó Piccard.
Uno de los objetivos es aprovechar la energía de la "sección de turbulencia" de la atmósfera, que las aerolíneas también podrían usar algún día para ayudar a ahorrar combustible, agregó.
Debido a que consume hidrógeno, sólo emitirá vapor de agua. Aun así, expertos externos advierten que el impacto ambiental de tales "estelas" de vapor de agua sigue siendo desconocido en un escenario real o a gran escala.
La Agencia Internacional de Energía dice que el transporte aéreo es responsable de aproximadamente el 2% de las emisiones globales de dióxido de carbono.
El hidrógeno se ha utilizado en vuelos durante décadas, pero en forma de gas, no como líquido. Se llevará tiempo para que el uso de hidrógeno líquido sea más amplio. Los combustibles fósiles, que son más baratos y eficientes, todavía producen la mayor parte del hidrógeno en la actualidad.
Muchos gobiernos quieren producir más hidrógeno verde, pero por ahora el mundo no puede generar suficiente electricidad limpia para las necesidades energéticas en tierra, y mucho menos la suficiente para que sea utilizada a gran escala por aviones en el aire.
¿Qué tanto se ha avanzado hasta ahora, y qué sigue?
En el último año, el equipo ha construido la carcasa de la cabina, ha comenzado a construir el larguero del ala y ha concluido los componentes interiores. Estos incluyen asientos giratorios, una litera y un sistema de ejercicio similar a una bicicleta estacionaria con el fin de promover la circulación sanguínea para los copilotos, que estarán hacinados en una cabina pequeña con niveles bajos de oxígeno durante los nueve días.
Las partes más difíciles están por venir.
Se tiene planeado efectuar más pruebas este año sobre las celdas de combustible y los sistemas de propulsión, con el fin de determinar si el motor eléctrico, la hélice y las baterías podrían funcionar para una fase inicial de vuelo totalmente eléctrico.
La parte más complicada es regular el flujo de hidrógeno líquido para asegurar un consumo eficiente en el alcance más largo posible, observó Dinelli.
Otro desafío: el hidrógeno líquido debe mantenerse a 253 grados Celsius bajo cero (423 Fahrenheit bajo cero). La construcción de un tanque a prueba de fugas es esencial. El hidrógeno líquido es altamente inflamable, por lo que cualquier fuga podría tener resultados devastadores.
¿Cuáles son las perspectivas para el uso de hidrógeno verde en vuelos?
Hasta ahora, quizás el hidrógeno líquido es más conocido por ser un propulsor de cohetes al espacio.
El porcentaje de emisiones de carbono emitido por la aviación es relativamente pequeño en comparación con otras fuentes, pero está creciendo más rápido que en cualquier otra industria porque el desarrollo de aviones impulsados por electricidad está muy por detrás de los autos y camiones eléctricos en tierra.
En los vehículos eléctricos actuales las baterías son pesadas, y mantener bajo el peso de las baterías en los aviones será crucial para los vuelos impulsados por electricidad.
“Aún no hemos tenido un 'momento Tesla' en la aviación”, indicó Nikhil Sachdeva —experto en la consultora Roland Berger sobre cómo el sector de la aviación puede hacer la transición a tecnologías más amigables con el clima—, refiriéndose a la marca Tesla de vehículos eléctricos propiedad de Elon Musk. “El hidrógeno tiene el potencial de ser eso para la aviación, razón por la cual vale la pena hacer esto bien”.
Usar hidrógeno líquido superfrío es “extraordinariamente difícil, y actualmente apenas podemos hacerlo por unos minutos. Y aquí estamos hablando de hacerlo de manera segura durante horas", señaló Sachdeva.
Pero el Solar Impulse también enfrentó opiniones pesimistas, agregó, y el equipo de Piccard ha “demostrado que puede hacer lo que la gente consideraría imposible”.
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Keaten informó desde Lausana, Suiza.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.