Presidente bielorruso acoge a Wagner, otros lo consideran amenaza para el país
A medida que la vida en Rusia regresa a la normalidad tras la rebelión armada del Grupo Wagner, aumentan las tensiones en la vecina Bielorrusia, donde se han asentado en el exilio el jefe y algunos efectivos de la agrupación mercenaria
A medida que la vida en Rusia regresa a la normalidad tras la rebelión armada del Grupo Wagner, aumentan las tensiones en la vecina Bielorrusia, donde se han asentado en el exilio el jefe y algunos efectivos de la agrupación mercenaria.
El traslado a Bielorrusia fue parte del acuerdo del Kremlin con Yevgeny Prigozhin, jefe de la compañía militar privada Wagner, para poner fin a la rebelión que remeció la cúpula rusa.
Prigozhin y sus milicianos, que no fueron perseguidos por Rusia, aceptaron la oferta de refugio del presidente autoritario Alexander Lukashenko, quien dijo que su experiencia y pericia resultaría útil para su país.
No piensan así la oposición bielorrusa y los activistas guerrilleros, que calificaron a los milicianos de Wagner de “amenaza al pueblo bielorruso y la independencia” del país, y prometieron tomar medidas.
“Nos oponemos categóricamente a asentar mercenarios rusos en Bielorrusia y les estamos preparando una ‘cálida’ bienvenida a los wagneristas en Bielorrusia”, dijo Aliaksandr Azarau, líder del grupo guerrillero BYPOL de exefectivos militares, hablando por teléfono con la Associated Press desde afuera del país.
Los países del Báltico expresaron su inquietud acerca de cómo se verá afectada la seguridad regional. Los presidentes de los parlamentos de Estonia, Letonia y Lituania, en un comunicado conjunto, exhortaron a la Unión Europea a calificar al Grupo Wagner de organización terrorista.
“La aparición del grupo mercenario Wagner en Bielorrusia volvería aún más precaria la situación de seguridad en las fronteras orientales de la OTAN y la UE”, dice el comunicado.
Lukashenko dijo que los combatientes de Wagner que no quieran someterse al mando del ministerio de Defensa ruso —una de las opciones que les ofreció el presidente ruso Vladímir Putin— pueden permanecer en Bielorrusia “durante algún tiempo” pagando su estadía.
Dijo que les ofreció “una unidad militar abandonada” donde acampar y les prometió “la ayuda que podamos brindarles”.
“Lo vemos pragmáticamente: si sus comandantes vienen a ayudarnos, (tendremos) su experiencia”, dijo Lukashenko.
No aclaró dónde estaba la unidad, pero Azarau dijo que se había iniciado la construcción de un sitio para los mercenarios en Osipovichi, 230 kilómetros (142 millas) al norte de la frontera con Ucrania, que había soldados bielorrusos allí.
Una vecina de la ciudad de 30.000 habitantes dijo a la AP que todos se sentían inquietos por los sucesos.
“Hay equipos militares en las calles y soldados bielorrusos, todos los vecinos hablan del arribo de los wagneristas, y francamente, estamos cayendo en el pánico y no nos complace ser sus vecinos”, dijo Inga, una médica de 43 años.
“Tengo hijas adolescentes... ¿Cómo hemos de convivir con matones, asesinos amnistiados y violadores?”, dijo la mujer, que no dio su apellido por seguridad.