Presidente de Bielorrusia dice que liberará a prisioneros políticos muy enfermos
El presidente de Bielorrusia anunció el martes que liberará a algunos prisioneros políticos gravemente enfermos que fueron detenidos durante las protestas contra su régimen autoritario en 2020.
Es la primera vez que Alexander Lukashenko menciona la liberación de prisioneros políticos por razones humanitarias desde que estallaron masivas protestas tras su polémica reelección para un sexto mandato. Tanto la oposición bielorrusa como países de Occidente consideran que la reelección de Lukashenko, aliado del presidente ruso Vladímir Putin, fue fraudulenta.
Durante la represión de las protestas, más de 35.000 personas fueron arrestadas, miles fueron brutalmente golpeadas, organizaciones noticiosas y grupos de derechos humanos fueron clausurados y periodistas fueron encarcelados.
Según la organización de derechos humanos Viasna, hay en Bielorrusia 1.409 prisioneros políticos, entre ellos Ales Bialiatski, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2022. Por lo menos seis de ellos han muerto tras las rejas, dicen activistas.
Lukashenko dijo que entre los prisioneros que serían liberados habrá algunos que “estaban dividiendo y desgarrando al país” en las protestas de 2020. No especificó cuántas personas serían puestas en libertad.
“Estas son personas gravemente enfermas, la mayoría con cáncer. Atendemos y tratamos a todos de manera humanitaria”, aseveró.
Pavel Sapelka, representante de Viasna, dijo a The Associated Press que para inicios de mayo, por lo menos 254 prisioneros políticos estaban bajo riesgo por razones de salud y que 91 estaban en condición seria.
Las autoridades bielorrusas “torturan” a los prisioneros políticos al privarles de atención médica y de información del mundo exterior, dijo Sapelka. “Una persona saludable en una prisión bielorrusa rápidamente se enferma”, expresó.
Naciones Unidas han apelado a las autoridades bielorrusas por la salud del excandidato presidencial Ryhor Kastusiou, quien está muriéndose de cáncer en prisión. El periodista Kseniya Lutskina tiene un tumor cerebral y el prisionero político Pavel Kuchynski tiene cáncer en etapa 4.