¿Qué es la alianza militar de la OTAN y cómo ayuda a Ucrania?
El presidente estadounidense Joe Biden y sus homólogos de la OTAN se reunirán esta semana en Washington para conmemorar el 75 aniversario de la mayor organización de seguridad del mundo, justo cuando Rusia aprovecha su ventaja en el campo de batalla de Ucrania.
La cumbre de tres días, que comienza el martes, se centrará en formas de asegurarle a Ucrania el apoyo permanente de la OTAN y ofrecerles alguna esperanza a sus agotados ciudadanos de que su país pueda sobrevivir al mayor conflicto terrestre en Europa en décadas.
Gran parte de lo que la OTAN puede hacer por Ucrania, y de hecho por la seguridad mundial, está mal entendido. A menudo se piensa que la alianza es la suma de todas las relaciones de Estados Unidos con sus socios europeos, desde la imposición de sanciones y otros costos a Rusia hasta el envío de armas y municiones.
Sin embargo, como organización, su cometido se limita a la defensa por medios militares de sus 32 países miembros —la sagrada promesa al estilo de los tres mosqueteros de todos para uno, uno para todos— y un compromiso de ayudar a mantener la paz en Europa y Norteamérica.
Eso significa también no verse arrastrada a una guerra más amplia con una Rusia dotada de armas nucleares. A continuación, un vistazo a la OTAN y su ayuda a Ucrania:
¿Qué es la OTAN?
Fundada en 1949, la Organización del Tratado del Atlántico Norte fue creada por 12 países para contrarrestar la amenaza que la Unión Soviética representaba para la seguridad europea durante la Guerra Fría. Lidiar con Moscú está en su ADN.
Las filas de la OTAN han crecido desde que se firmó el Tratado de Washington hace 75 años, hasta sumar 32 países tras la adhesión de Suecia este año, preocupada por una Rusia cada vez más agresiva.
La garantía de seguridad colectiva de la OTAN —el Artículo 5 del Tratado— sustenta su credibilidad. Se trata de un compromiso político de todos los países miembros para acudir en ayuda de cualquier integrante cuya soberanía o territorio pudiese estar siendo atacado. Ucrania cumpliría esos criterios, pero sólo es un socio, no un miembro.
Las puertas de la OTAN están abiertas a cualquier país europeo que desee ingresar y pueda cumplir los requisitos y obligaciones. Y lo que es más importante, la alianza toma sus decisiones por consenso, por lo que todos sus miembros tienen derecho de veto.
¿Quién manda?
Estados Unidos es el miembro más poderoso. Gasta mucho más en defensa que cualquier otro aliado y supera con creces a sus socios en términos de poderío militar. Así que Washington dirige la orden del día.
El trabajo diario de la OTAN es encabezado por su secretario general, el ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg, hasta que sea sustituido el 1 de octubre por el primer ministro holandés saliente Mark Rutte.
El máximo responsable civil de la OTAN preside reuniones casi semanales de embajadores en el Consejo del Atlántico Norte, en su sede de Bruselas. Preside otros consejos a nivel ministerial y cumbres de jefes de Estado y de gobierno. Stoltenberg dirige el cuartel general de la OTAN. No da órdenes a los aliados. Su trabajo consiste en fomentar el consenso y hablar en nombre de los 32 miembros.
El cuartel general militar de la OTAN se encuentra cerca de allí, en la ciudad de Mons, Bélgica. Siempre está dirigido por un alto oficial de Estados Unidos. El actual comandante supremo aliado en Europa es el general del ejército Christopher Cavoli.
¿Qué está haciendo la OTAN para ayudar a Ucrania?
Aunque la mayoría de los aliados creen que Rusia podría suponer una amenaza existencial para Europa, la propia OTAN no está armando a Ucrania. Como organización, la OTAN no posee armas de ningún tipo. Colectivamente, la alianza sólo proporciona apoyo no letal: combustible, raciones de combate, suministros médicos y chalecos antibalas, así como equipos para contrarrestar drones o minas.
Pero los miembros sí envían armas por su cuenta o en grupos.
La OTAN está ayudando a las fuerzas armadas ucranianas a pasar de la doctrina militar de la era soviética al pensamiento moderno. También está contribuyendo a reforzar las instituciones de defensa y seguridad ucranianas.
En Washington, los dirigentes de la OTAN aprobarán un nuevo plan para coordinar la entrega de material a Ucrania y el adiestramiento de sus fuerzas armadas. Los líderes renovarán una promesa de que Kiev se unirá a la alianza algún día, pero no mientras esté en guerra.
¿Por qué la OTAN está desplegando más soldados en sus fronteras europeas?
Aunque algunos aliados han dejado abierta la posibilidad de enviar personal militar a Ucrania, la propia OTAN no tiene previsto hacerlo.
Pero una parte fundamental del compromiso de los aliados de defenderse mutuamente consiste ante todo en disuadir al presidente ruso Vladímir Putin, o a cualquier otro adversario, de lanzar un ataque. Finlandia y Suecia se unieron recientemente a la OTAN debido a su preocupación por esta cuestión.
Con la guerra en su tercer año, la OTAN cuenta ahora con 500.000 militares en estado de alerta para contrarrestar cualquier ataque, ya sea terrestre, marítimo, aéreo o en el ciberespacio.
La alianza ha duplicado el número de grupos de combate a lo largo de su flanco oriental, fronterizo con Rusia y Ucrania. Los aliados realizan maniobras militares casi continuamente. En una de ellas este año, llamada Steadfast Defender, participaron unos 90.000 soldados que operaron en toda Europa.
¿Estados Unidos no está haciendo el trabajo pesado?
Debido al elevado gasto en defensa realizado por Estados Unidos durante muchos años, las fuerzas armadas estadounidenses se benefician no sólo de un mayor número de efectivos y un armamento superior, sino también de activos significativos de transporte y logística.
Pero otros aliados están empezando a gastar más. Tras años de recortes, los miembros de la OTAN se comprometieron a aumentar sus presupuestos nacionales de defensa en 2014, cuando Rusia se anexionó la península ucraniana de Crimea.
El objetivo era que cada aliado gastara el 2% de su producto interno bruto en defensa en el plazo de una década. Hace un año, sin que se vislumbrara el final de la guerra, acordaron que el 2% fuera un gasto mínimo, en lugar de un máximo.
Se prevé que 23 países se acerquen al objetivo de gasto este año, frente a sólo tres hace una década.