Un escultor recibe críticas en Paraguay por su obra de un "Cristo afeminado"
La escultura de un “Cristo afeminado”, definido así por su autor, desató la polémica en sectores católicos de Paraguay a escasos días de la Semana Santa, después de una controversia similar en España.
La figura de 80 centímetros de alto fue tallada por el escultor paraguayo Hugo Vidal Esquivel en solidaridad con el artista Salustiano García, quien fue blanco de críticas por pintar un Cristo resucitado con rasgos delicados para ilustrar el cartel de las festividades centrales de Semana Santa en Sevilla, España.
“El arte es libre”, dijo Esquivel a The Associated Press sentado al lado de un mesón colocado bajo un árbol de su casa en la ciudad de Caacupé, ubicada a 54 kilómetros al este de Asunción. Esquivel abrirá las puertas de su domicilio en una zona rural a escasos tres kilómetros del centro de la ciudad: “Voy a exponer mi obra para quienes quieran venir a verla”.
La obra está basada en la pintura de García y según explicó Esquivel tiene la “espalda, la cintura y el pelo de mujer”, rasgos más sutiles mezclados con los de hombre y una gran manta con adornos.
Para sectores conservadores la obra de Esquivel es una “afrenta” a la Iglesia católica, más aún por haberse creado en la considerada capital espiritual de Paraguay y donde se encuentra la Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé, adonde cada 8 de diciembre miles de feligreses peregrinan para cumplir sus promesas.
Esquivel contó que representantes de la Basílica de Caacupé se comunicaron con él telefónicamente para saber por qué hizo la obra. “Yo les expliqué que es arte… y después cortaron nomás ya sin dar mayores detalles ni explicaciones”.
La escultura, hecha en madera de cedro estacionada por un año y valuada por Esquivel en 12 millones de guaraníes (unos 1.660 dólares), “no está a la venta”, enfatizó el artista.
La hizo, dijo, “para demostrar que el arte y la religión pueden unirse y convivir y en especial en solidaridad con el artista de Sevilla que fue incomprendido en su obra”.
Para el presbítero Juan Carlos Torres, sacerdote encargado de la liturgia en la Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé, a la que Esquivel concurre todos los domingos, es “difícil opinar” porque aún no ha visto la obra, aunque dijo que algunos feligreses le hicieron llegar las publicaciones en medios locales y redes sociales.
La escultura “es un atentado gravísimo a la fe... Busca degradar a una figura tan importante del catolicismo como Cristo”, expresó Juan Vera, presidente de la Asociación de Usuarios y Consumidores del Paraguay (Asucop) y referente de grupos provida y profamilia.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas, el 90% de la población paraguaya de más de 15 años se identifica como católica.
“Una persona no puede ofender de esa manera la fe católica y es un doble insulto porque Caacupé es una ciudad sagrada para la mayoría de los paraguayos”, agregó Vera.
Esquivel, casado y padre de cuatro hijos, aprendió el oficio de escultor de su padre y se especializó en la escultura de santos.
“Las obras que más me piden son San Miguel y la Virgen de Caacupé”, dijo.
Declarado católico, dice no ver ningún problema en hacer una obra artística transgresora. “No es una ofensa, es sólo arte”.