La primera extinción de un ave europea conmociona a la ciencia

Los científicos han determinado que el último avistamiento confirmado del zarapito de pico fino tuvo lugar en febrero de 1995 en Marruecos

Rebecca Speare-Cole
Lunes, 18 de noviembre de 2024 13:55 EST
El zarapito de pico fino, una ave playera migratoria, se reproduce en Siberia occidental y pasa el invierno en la región del Mediterráneo
El zarapito de pico fino, una ave playera migratoria, se reproduce en Siberia occidental y pasa el invierno en la región del Mediterráneo (Chris Gomersall/RSPB/PA Wire)
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Una coalición de grupos conservacionistas ha declarado extinta a nivel mundial una especie de ave que habitaba en Europa continental y la región del Mediterráneo.

El zarapito de pico fino, un ave playera migratoria que se reproducía en Siberia occidental y pasaba los inviernos en el Mediterráneo, podría ser la primera especie de ave conocida en extinguirse en Europa continental, el norte de África y Asia occidental.

El lunes, científicos de la RSPB, BirdLife International, el Centro de Biodiversidad Naturalis de los Países Bajos y el Museo de Historia Natural publicaron un análisis detallado sobre el estado de conservación de esta especie.

Los investigadores determinaron que el último avistamiento confirmado del zarapito de pico fino ocurrió en febrero de 1995 en Marruecos y concluyen que la especie está extinta a nivel global.

Sin embargo, el zarapito de pico fino todavía no ha sido incluido en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), organismo encargado de declarar oficialmente extintas a las especies.

Los grupos conservacionistas afirmaron que los numerosos esfuerzos realizados durante décadas para encontrar pruebas de la presencia del zarapito de pico fino en su área de reproducción y migración resultaron infructuosos.

Este hecho representa una clara advertencia sobre la urgente necesidad de combatir la pérdida y degradación de pastizales y humedales continentales.

Para realizar el estudio, publicado en la revista IBIS, los investigadores utilizaron un análisis estadístico de las amenazas que enfrentó la especie, además de una base de datos de registros que incluyó especímenes de museo y avistamientos.

De acuerdo con los hallazgos, se determinó que había un 99,6 % de probabilidades de que el ave ya no existiera y se hubiera extinguido en la época del último registro, hace dos décadas.

Nicola Crockford, responsable de políticas de la RSPB, calificó la noticia como una de las más devastadoras en la conservación de la naturaleza en un siglo. Según sus palabras: “Llega al corazón mismo de por qué hacemos lo que hacemos: prevenir la extinción de especies”.

También explicó que esta extinción refleja un fracaso colectivo, especialmente en países ricos. “¿Cómo podemos pedir a otros países que protejan sus especies si nosotros, con mayores recursos, hemos fallado?”, añadió con contundencia.

Para Crockford, esta pérdida representa un golpe devastador. “La extinción no tiene marcha atrás”, afirmó. Además, destacó que esta tragedia resalta la urgencia de proteger al zarapito euroasiático, la aguja colinegra y muchas otras aves playeras migratorias en peligro, para evitar que corran el mismo destino que el zarapito de pico fino.

Graeme Buchanan, responsable científico de conservación internacional de la RSPB, explicó que declarar extinta una especie es un proceso que no se toma a la ligera. Según sus palabras: “Antes de declarar extinta a una especie en su lista roja, la UICN requiere contar con una evaluación integral de su situación”.

Buchanan señaló el delicado equilibrio en este tipo de decisiones: declarar extinta una especie demasiado pronto podría frenar esfuerzos de conservación valiosos, mientras que invertir en especies ya extintas podría desperdiciar recursos limitados.

“La UICN deberá decidir el estatus definitivo de la especie”, finalizó.

Los conservacionistas indican que las causas de la desaparición progresiva del zarapito de pico fino probablemente nunca se entiendan por completo. No obstante, entre los posibles factores que contribuyeron a su desaparición figuran el drenaje intensivo de sus áreas de cría en turberas elevadas para uso agrícola, la pérdida de humedales costeros cruciales para su alimentación durante el invierno y la caza, que en los últimos años impactó aún más a una población ya reducida, fragmentada y en constante deterioro.

Los conservacionistas también señalaron que otros factores, como la contaminación, las enfermedades, la depredación y el cambio climático, podrían haber influido en la desaparición de la especie, aunque se desconoce la magnitud de su impacto.

El Dr. Alex Bond, conservador jefe de aves del Museo de Historia Natural, participó en el equipo que investigó el destino del zarapito de pico fino. Bond señaló que la extinción de especies de aves “se convertirá en algo habitual” con el avance del cambio climático.

“La situación no mejora para las aves”, afirmó. “Abordar el cambio climático, la destrucción del hábitat y la contaminación es nuestra mejor oportunidad para protegerlas, tanto en el ámbito local como en el internacional”.

Traducción de Leticia Zampedri

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