¿Desalojo inminente? El futuro del príncipe Andrew en Royal Lodge pende de un hilo
El rey Carlos III habría decidido recortar los servicios de seguridad de su hermano en su casa de Windsor
Las crecientes sospechas de que el rey Carlos III está tratando de desalojar al príncipe Andrew de Royal Lodge de la Corona se intensificaron en los últimos días después de que el monarca tomara medidas para despedir al personal de seguridad de su desprestigiado hermano.
El duque de York ha vivido en esta mansión de 30 habitaciones ubicada en Windsor Great Park durante más de 20 años. Sin embargo, cuando su amistad con el pederasta convicto Jeffrey Epstein se hizo pública y lo obligó a dimitir de sus funciones reales, se cree que el rey consideró que la propiedad era demasiado extravagante.
A principios de este año, se supo que Andrew rechazó una oferta para mudarse de Royal Lodge a la cercana Frogmore Cottage.
El duque había firmado en 2003 un contrato de arrendamiento de 75 años por la mansión, que le da derecho a alojarse en Royal Lodge por USD 330 a la semana y significa que Carlos no tiene motivos legales para desalojarlo de la propiedad.
Sin embargo, el rey parece haber recurrido ahora a tácticas más sigilosas para desalojarlo. Al despedir a todo el equipo de seguridad del duque, Andrew ahora tiene dos opciones: financiarlo él mismo (lo que podría costarle millones, ya que no tiene ingresos viables) o abandonar la mansión por completo.
Una fuente del palacio declaró a The Sun: “Todo el mundo especula con que esto significa que el duque tendrá que abandonar Royal Lodge, porque ¿qué otra razón podría haber para quitarle su personal de seguridad?”.
Las fuentes añadieron: “No es un secreto que el rey lo quiere fuera”.
Carlos III ha financiado la seguridad privada de Andrés después de que en 2022 perdiera la protección policial financiada con fondos públicos, junto con sus afiliaciones militares y patrocinios reales.
Si Andrew decide que no puede financiar la seguridad de la propiedad, se verá obligado a mudarse a otra residencia.
Si bien rechazó Frogmore hace meses, parece una opción probable para una futura reubicación. La casa de campo Frogmore Cottage forma parte de la cartera de propiedades de la familia real desde el siglo XIX. Tiene protección catalogada de grado II, es decir, que es un edificio considerado de especial interés arquitectónico o histórico y de importancia nacional.
A lo largo de los años, varios miembros de la familia real británica han vivido en la casa de 10 habitaciones, que se construyó por primera vez como retiro para la reina Charlotte, esposa del rey George III, en 1801.
Llamó la atención del público por ser el primer domicilio conyugal y residencia en el Reino Unido de los duques de Sussex.
Sin embargo, la pareja fue desalojada oficialmente de la propiedad en 2023 tras la publicación de la autobiografía del príncipe Harry, En la sombra.
Harry y Meghan renovaron la casa de campo utilizando USD 3,1 millones del dinero de los contribuyentes, pero lo devolvieron íntegro mediante una contribución a la Subvención Soberana.
Cabe la posibilidad de que la propiedad sea más familiar para Andrew que para la mayoría, ya que se informó que la prima de Harry, la princesa Eugenie, y su esposo Jack Brooksbank se mudaron a la propiedad brevemente en 2021 después de tener a su primer hijo.
Si Andrew se empeña en rechazar la opción en Frogmore, podría considerar la posibilidad de Wood Farm, en la finca de Sandringham.
La propiedad de cinco dormitorios fue el hogar del príncipe Felipe tras su jubilación en 2017 y sin duda mantendría a Andrew alejado del ojo público.
A lo largo de los años, ha sido utilizada por varios miembros de la familia real. El hijo menor del rey George V y la reina Mary, el príncipe John, residió en Wood Farm con su enfermera lejos de su familia, debido a su condición epiléptica antes de morir a los 13 años en 1919.
También se cree que las princesas Diana y Kate se alojaron en la propiedad antes de casarse.
La humilde morada podría ser el lugar perfecto para Andrew, ya que la familia York ha pasado las Navidades pasadas en la casa.
Traducción de Michelle Padilla