Planes económicos de Trump incluyen aranceles, recortes de impuestos y ningún impuesto a propinas

Josh Boak
Lunes, 15 de julio de 2024 23:24 EDT
CONVENCIÓN REPUBLICANA-ECONOMÍA
CONVENCIÓN REPUBLICANA-ECONOMÍA (AP)

La primera noche de la Convención Nacional Republicana mantuvo el lunes su enfoque oficial en la economía de Estados Unidos, incluso después del tiroteo del sábado en Pensilvania en el que el expresidente Donald Trump resultó herido.

Los oradores argumentaron que Trump corregiría la inflación y traería de vuelta la prosperidad con sólo regresar a la Casa Blanca. El gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, lamentó: “Esta noche, Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, ya no se siente así”.

Pero Trump ha dado a conocer pocos datos concretos y no ha hablado sobre políticas reales ni planes legislativos, y la mayor parte de los oradores del lunes tampoco proporcionaron detalles. En lugar de ello, su equipo de campaña está apostando a que a los votantes les importa más la actitud que los datos específicos sobre políticas.

Trump dice que desea aplicar aranceles a socios comerciales y ningún impuesto a las propinas. Le gustaría reducir un poco la tasa del impuesto corporativo. El plan de gobierno de los republicanos también promete “derrotar” a la inflación y “hacer que todos los precios bajen rápidamente”, además de extraer más petróleo, gas natural y carbón.

El plan contempla también el “mayor programa de deportaciones en la historia estadounidense”. Y Trump también desecharía las políticas del presidente Joe Biden encaminadas a desarrollar el mercado para los vehículos eléctricos y la energía renovable.

Los demócratas y varios economistas destacados dicen que los cálculos muestran que las ideas de Trump provocarían un brote explosivo en la inflación, dañarían a la clase media y le agregarían poco más de 5 billones adicionales a la deuda nacional al extender los recortes de impuestos que están próximos a expirar.

The Associated Press le envió al equipo de campaña de Trump 20 preguntas básicas en junio con el fin de aclarar sus puntos de vista económicos, pero el equipo de campaña declinó responderlas. La portavoz Karoline Leavitt insistió en que Trump habla mejor por sí mismo y le pidió a la AP que consultara videos de él.

Un análisis reciente efectuado por el Instituto Peterson de Economía Internacional mostró que deportar a 1,3 millones de trabajadores provocaría que la economía de Estados Unidos se contrajera 2,1%, lo que en esencia generaría una recesión.

Stephen Moore, un asesor informal de Trump y economista en el centro de investigación conservador Heritage Foundation, dijo que Trump es único en el sentido de que ya ha sido presidente y los electores pueden juzgarlo con base en su desempeño en el puesto.

“Si usted desea saber qué va a hacer él en su segundo mandato, vea lo que hizo en el primero”, señaló Moore.

Los demócratas han argumentado que Trump sería más radical en su segundo mandato. Valiéndose de las propias declaraciones del expresidente, han dicho que pondría bajo su control a las agencias federales independientes y utilizaría al gobierno federal para ajustar cuentas con los que considera sus enemigos. El llamado Proyecto 2025 de la Heritage Foundation es un modelo para determinar cómo sería un segundo mandato de él, alegan, una afirmación que Trump ha disputado.

Pero Moore dijo creer que Trump sería pragmático en el puesto y se enfocaría en las necesidades de los negocios para impulsar el crecimiento económico.

“Hay una idea de que va a ser como talar y quemar... yo no creo que vaya a ser un programa radical”, declaró Moore.

A las empresas sí les gustan las ideas de Trump de recortar las regulaciones y bajar aún más la tasa del impuesto corporativo del 21% al 20%. Dicha tasa era del 35% cuando Trump llegó a la presidencia en 2017. Los demócratas, en cambio, quieren una tasa del 28%.

Pero Trump también ha planteado enormes aranceles que, según él, protegerán los empleos manufactureros de Estados Unidos. Biden mantuvo los aranceles a China que introdujo Trump y fue un paso más allá al prohibir las exportaciones de chips informáticos avanzados a China.

Por lo general, a las empresas no les gustan los aranceles —que son impuestos sobre las importaciones— porque pueden elevar los costos, los cuales luego afectarán los consumidores. Según un análisis de las economistas Kimberly Clausing y Mary Lovely, los aranceles de Trump costarían a un hogar típico de Estados Unidos 1.700 dólares al año.

Los planes arancelarios de Trump podrían empeorar la inflación como resultado, a pesar de que el republicano dice en videos que luchará contra la inflación. No está claro cómo Trump reduciría la inflación, que alcanzó un máximo del 9,1% en 2022 y desde entonces ha bajado hasta el 3% anual.

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