"Reconstruir la confianza", el gran reto de los líderes al concluir el foro de Davos
Las élites empresariales y políticas descendieron a las nieves alpinas de Davos, Suiza, para descubrir cómo “reconstruir la confianza” en un mundo fragmentado. Si algo se puede concluir de la reunión anual del Foro Económico Mundial —que promocionó osadamente ese tema— es que todavía queda un largo camino por recorrer.
Desde guerras a gran escala en Ucrania y Oriente Medio hasta sospechas de que los jefes corporativos y los genios de la tecnología buscan hacerse de grandes ganancias desplazando a los trabajadores con inteligencia artificial, es claro que la confianza es escasa.
La reunión de Davos concluyó el viernes después de la toma de pulso anual de los principales actores que toman decisiones. La idea es reunir a la gente, y los grandes anuncios suelen ser sólo un subproducto, no el objetivo. Eso si es que vienen.
“No es realista pensar que Davos —o cualquier reunión, en cualquier lugar del mundo— pueda reconstruir la confianza en una sola reunión cuando está fragmentada en tantas dimensiones”, dijo Rich Lesser, presidente de la consultoría Boston Consulting Group.
Pero miles de conversaciones entre los sectores social, privado y público ayudan a crear “un punto de partida para reconstruir la confianza”, añadió.
Un gran muro artístico titulado “Reconstruyendo la confianza” que saludaba a los peces gordos, desde Bill Gates hasta el ministro de Exteriores de Irán, estaba lleno de frases como “Crecimiento y Empleos”, “Clima Naturaleza Energía” y “Cooperación y Seguridad”, palabras de moda que, para algunos, suenan vacías.
Los críticos dicen que la reunión anual, que comenzó hace más de medio siglo, es dominio exclusivo de los jefes empresariales que codician mayores riquezas y de los políticos que quieren permanecer en el poder. El evento está programado para fomentar un positivismo proactivo, pero la sombra del pesimismo geopolítico pesa demasiado.
“Lo que resulta sorprendente, si no impactante, para mí en Davos, es este extraño compromiso por parte de los participantes de adoptar una mentalidad optimista”, dijo Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. “Pero optimismo con el fin de mantener el statu quo y conservar mi privilegio, no es optimismo”.
“Eso es una locura, francamente, y está azotando a nuestro pobre mundo”, agregó.
La conclusión general, dijeron los asistentes, fue que el panorama económico mundial es un poco más brillante de lo que se podría haber pensado —las tasas de interés y la inflación parecen haber alcanzado su punto máximo en los mercados más ricos_, pero todavía nadie sabe hacia dónde las guerras intricadas y las elecciones inminentes en lugares como Estados Unidos, India, la Unión Europea y Sudáfrica reorientarán al mundo.
He aquí algunas conclusiones de Davos y el trabajo que aún queda por hacer:
UCRANIA NECESITA MÁS DINERO
Mucho antes de la guerra de Rusia, Ucrania apostaba por una posición de primera en la calle principal del Paseo Marítimo de Davos para promover su desarrollo y sus esfuerzos por girar hacia el oeste. Durante los últimos dos años, las autoridades de Kiev han utilizado el evento para pedir más apoyo para su lucha.
En 2022, meses después de la invasión de Rusia, esa fue una tarea más fácil. Este año, la fatiga por la guerra en Ucrania ha comenzado a hacerse evidente en Europa y Estados Unidos.
El presidente Volodymyr Zelenskyy encabezó la acción del martes y suplicó más apoyo de los aliados occidentales mientras miles de millones en nuevos fondos de Estados Unidos y la Unión Europea siguen bloqueados por disputas políticas internas.
“Por favor, fortalezcan nuestra economía y nosotros fortaleceremos su seguridad”, instó Zelenskyy.
Gran Bretaña, por su parte, aprovechó su reciente contribución de 2.500 millones de libras (3.200 millones de dólares) a Kiev e instó a sus aliados a hacer lo mismo.
IA: EL FUTURO Y EL RIESGO
Las preocupaciones sobre la economía que dominaron el año pasado han dado paso a la esperanza —al menos de los ejecutivos de negocios— de que la inteligencia artificial generativa podría aumentar la productividad y reducir las tareas rutinarias.
Pero los detractores temen que el crecimiento explosivo de la tecnología va demasiado rápido para los reguladores, amenaza con expulsar a las personas de sus empleos y podría fomentar una mayor desinformación que la que ya existe en las redes sociales.
Algunos dicen que los humanos deben mantener el control en lugar de permitir que la tecnología tome decisiones cruciales por sí sola.
“No importa cuánto pueda hacer la IA, los humanos siguen siendo el factor decisivo. Por eso tenemos que centrarnos en la formación de recursos humanos, especialmente de trabajadores altamente cualificados”, dijo Pham Minh Chinh, primer ministro de Vietnam, en un panel de Davos.
EL CLIMA DE MIEDO...
La difícil situación de los rehenes israelíes retenidos por Hamás y los temores sobre la seguridad de Israel a largo plazo estaban en boca de la gente, al igual que lo que algunos críticos de Israel llaman el genocidio en Gaza, una acusación que los líderes israelíes, cuyo pueblo fue masacrado en el Holocausto, niegan vehementemente.
Las conversaciones renovadas sobre la creación de un Estado palestino —una idea rechazada nuevamente por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, esta semana— animaron las discusiones con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y otros, al igual que las esperanzas de una normalización de los vínculos de Israel con el mundo árabe, especialmente con Arabia Saudí. Ambas cosas parecen poco probables en un futuro cercano.
Crecieron los temores sobre cuántos palestinos más morirán o resultarán heridos, si los rehenes israelíes sobrevivirán al cautiverio y si el conflicto se extenderá a una mayor parte de Oriente Medio.
Irán y sus aliados, por ejemplo, han intensificado sus acciones militares en varias zonas de la región y han desencadenado ataques de represalia por parte de países como Pakistán, Estados Unidos y Gran Bretaña.
...Y MIEDO POR EL CLIMA
Un jueves inusualmente lluvioso —la nieve es mucho más frecuente en Davos en esta época del año— hizo que se hablara de otra posible, aunque temporal, señal de cambio climático que los directores generales y líderes políticos con visión de futuro quieren abordar.
No era probable que las pláticas en la estación de esquí suiza, apenas un mes después de la última conferencia de la ONU sobre el clima, impulsaran el esfuerzo para combatir el calentamiento global. Pero los líderes corporativos compartieron ideas sobre cómo tratan de ayudar.
El jefe de la ONU, al citar a 2023 como el año más caluroso registrado y quien teme que pueda ser superado en los próximos años, dijo que los países no hacen lo suficiente.
“Frente a las amenazas graves —incluso existenciales— que plantean el caos climático descontrolado y el desarrollo desenfrenado de la inteligencia artificial sin barreras de seguridad, parecemos impotentes para actuar juntos”, dijo Antonio Guterres, el secretario general, en Davos. “A medida que comienza el colapso climático, los países siguen empeñados en aumentar las emisiones”.
Pero “la eliminación gradual de los combustibles fósiles es esencial e inevitable”, añadió. “Ninguna táctica de miedo o tergiversación cambiará eso”.
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Masha Macpherson y David Keyton, en Davos, y Courtney Bonnell y Kelvin Chan, en Londres, contribuyeron a este despacho.