Parlamento japonés interroga a premier sobre escándalo financiero
El primer ministro japonés Fumio Kishida y miembros de su gabinete respondieron a un duro interrogatorio el viernes por parte de legisladores de la oposición sobre un escándalo financiero creciente y un presunto vínculo con la Iglesia de la Unificación, que amenazan con agravar la caída de la popularidad del gobierno.
El apoyo al gobierno de Kishida ha caído por debajo de 30% en las encuestas por la insatisfacción por su falta de respuesta al aumento de los precios y la baja de los salarios, y el escándalo podría debilitar su posición al frente del partido gobernante Demócrata Liberal. Con todo, el partido sigue siendo el favorito de las encuestas debido a la fragmentación y debilidad de la oposición.
Se acusa a docenas de legisladores y miembros del gabinete de no informar debidamente sobre el dinero recibido en las recaudaciones de fondos. Kishida ha reconocido que las autoridades investigan el escándalo tras una denuncia penal.
Se sospecha que la fracción más grande y poderosa del partido, vinculada con el difunto ex primer ministro Shinzo Abe, no reportó más de 100 millones de yenes (690.000 dólares) en fondos de campaña, lo que constituiría una violación de la ley electoral, según reportes de medios noticiosos. Ese dinero habría ido a fondos ilícitos no supervisados.
Kishida ha ordenado a los miembros del partido que suspendan los eventos de recaudación de fondos.
“Es un primer paso”, dijo el viernes. “Abordaremos exhaustivamente los problemas y la causa y tomaremos medidas para recuperar la confianza del público”.
Kishida anunció que renunciará a la dirección de su fracción partidaria mientras siga en funciones como primer ministro a fin de demostrar que está resuelto a encarar los problemas.
Por otra parte, enfrenta acusaciones derivadas de una reunión en 2019 con el exlegislador estadounidense Newt Gingrich, quien lo visitó con directivos de la Iglesia de la Unificación, un grupo religioso surcoreano que el gobierno quiere disolver debido a sus tácticas abusivas de reclutamiento y recaudación, las que salieron a la luz durante la investigación del asesinato de Abe el año pasado.
La pesquisa también reveló las longevas relaciones de confianza entre el partido gobernante y la Iglesia de la Unificación.
Kishida argumenta que se le pidió una reunión con Gingrich como exministro del Exterior y que no recordaba a los otros invitados. Fotos en la prensa japonesa lo muestran intercambiando tarjetas de negocios con directivos de la Iglesia de la Unificación.