Paulinho se convierte en abanderado del candomblé en Brasil
Cuando el futbolista brasileño Paulinho anotó un gol en los Juegos Olímpicos de Tokio, festejó apuntando una flecha imaginaria hacia las cámaras en homenaje a una deidad del candomblé — la religión afrobrasileña en la que cree — y para protestar contra la intolerancia religiosa.
Poco después perdió más de 10.000 seguidores en las redes sociales por su gesto público en honor a Oshosi, un arquero divino que utiliza su arco para la cacería, con la cual alimenta a los hambrientos.
Pero dice que gradualmente obtuvo nuevos simpatizantes en su país amante del fútbol por representar al candomblé y protestar contra la intolerancia religiosa. Su fe ha enfrentado una creciente ola de hostigamiento, en ocasiones vinculada a la rápida propagación del cristianismo evangélico en Brasil.
“Algunos jugadores me preguntan acerca de mi religión, quieren saber en qué consiste... yo siempre les digo, ellos escuchan. Pero sigue siendo una pequeña minoría en el fútbol”, declaró el futbolista de 23 años, del club brasileño Atlético Mineiro, en una entrevista en su casa en las afueras de la ciudad suroriental de Belo Horizonte. “Recibo... mensajes acerca de la forma en que me expreso acerca de la fe, algunos de personas que también creen en la fe, pero que no son tan abiertos. Y es agradable sentir que ellos ven algo bueno en lo que yo hago”.
Sólo una pequeña minoría de personas en Brasil practica el candomblé. Pero en los últimos años ha habido crecientes reportes de intolerancia religiosa contra ellas, especialmente a manos de iglesias pentecostales y neopentecostales, que se enfocan en propagar su religión entre los no creyentes.
Aunque la mayor parte del proselitismo es pacífico, algunos miembros de religiones de influencia africana han enfrentado hostigamiento verbal, discriminación e incluso la destrucción de sus templos y expulsión obligada de ciertos vecindarios.
Paulinho dijo que, cuando crecía en Río de Janeiro, padeció prejuicios debido a la religión que practicaba, al igual que su madre y su abuela antes que él.
Aunque en esa época él no estaba tan involucrado en el candomblé, dijo que también se sintió agredido después de que inició su carrera profesional en el popular club Vasco da Gama en 2017.
Su madre, Ana Christina Sampaio, recordó haberse sentido ofendida cuando algunos padres de otros jugadores insinuaron que su hijo tenía éxito en la cancha sólo porque estaba recibiendo ayuda por medio de rituales afrobrasileños de sacrificios.
“Ellos desestimaban los talentos y el empeño de Paulinho”, declaró ella. “Desde luego que hay intolerancia religiosa, pero en Brasil parece ser racismo religioso en contra del candomblé”.
Cuando los colonizadores católicos portugueses trajeron africanos esclavizados a Brasil, esos hombres y mujeres desarrollaron mezclas de sus religiones tradicionales con el catolicismo. En la actualidad, menos del 1% de los 210 millones de brasileños practican esos credos.
Algunos académicos y activistas por la libertad religiosa dicen que en ocasiones las religiones afrobrasileñas son satanizadas en las iglesias pentecostales. En raras ocasiones, se ha hallado que algunos pastores instruyen explícitamente a evangélicos radicalizados a recurrir a la violencia.
“El candomblé siempre ha sido perseguido. El único lugar en Brasil en el que sus seguidores son mayoría es en el carnaval”, dijo el sociólogo Reginaldo Prandi, refiriéndose a la popular competencia de escuelas de samba, en la que las letras que citan a deidades del candomblé —llamadas orishas— han sido una constante durante décadas.
En los últimos años, las escuelas de samba se han comprometido a aceptar a personas que profesen creencias afrobrasileñas y a poner fin a los maltratos por motivos religiosos.
“Los prejuicios son insuficientes para anular las habilidades futbolísticas de él. Si resulta ser un gran jugador, todo el mundo se olvida de la religión que él profesa. Esa es la tradición de Brasil”, señaló Prandi. “Pero cuando no tenga un buen desempeño, naturalmente será una de las primeras cosas que la gente mencionará”.
Paulinho dijo que parte de los prejuicios que tuvo que soportar lo impulsaron a dejar Brasil para participar en el fútbol europeo. En 2018 se trasladó al club alemán Bayer Leverkusen en una transferencia por 21 millones de dólares. Participó en 79 partidos y anotó nueve goles en cuatro años. La cuestión de su religión, señaló, nunca fue un problema allí.
Ahora Paulinho milita en el Atlético Mineiro, un club que durante la década de 1980 tuvo a algunos de los primeros futbolistas abiertamente evangélicos en el país. Todavía sueña con jugar en Inglaterra o España.
En Brasil se ha convertido en una voz poderosa para un grupo religioso frecuentemente marginado.
“La gente se da cuenta de que tengo una mayor comprensión y conocimiento acerca de nuestra religión”, señaló. “En retrospectiva... el candomblé ha estado presente en cada fase, mostrándonos el camino. Y ahora puedo hablar con mayor confianza en mí mismo”.
Este año, Paulinho volvió a mostrar durante un partido el orgullo que siente por el candomblé, lo cual de nuevo fue molesto para sus críticos y alentador para sus simpatizantes. Después de anotar un gol se quitó la camiseta y mostró un tatuaje nuevo. Decía “Áshe”, que significa "energía" en lengua yoruba, o, como lo conocen los brasileños, Axé, que es crucial para el candomblé.
Poco después llegaron las reacciones críticas: “¡Sal de nuestro club, macumbeiro!”, manifestó un aficionado del Atlético Mineiro en una publicación en la cuenta de Paulinho en Instagram. En ocasiones, ese término es utilizado burlonamente para describir a los que pertenecen a la macumba, que es definida como “una religión politeísta de origen africano... practicada principalmente por brasileños negros en áreas urbanas”.
En la misma publicación, otro hincha del club declaró: “Te importan más el candomblé y la política que el fútbol; no deberías estar aquí”.
Paulinho también ha sido blanco de activistas de extrema derecha que simpatizan con el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, quien cuenta con una sólida base de partidarios entre los evangélicos. Paulinho fue uno de los pocos futbolistas en activo que respaldaron públicamente al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en los comicios de 2022.
Algunos artistas brasileños han acogido el candomblé, como el ganador del Grammy Caetano Veloso, que ha hecho que esta religión sea más aceptada en la clase media de Brasil desde la década de 1960.
“En ese entonces, el mundo buscaba otras culturas. Los europeos fueron en pos del budismo; los Beatles fueron a India”, comentó Prandi. “Los brasileños no tuvieron que ir a ninguna parte”.
“Teníamos esta religión muy escénica y teatral en el estado de Bahía, proveniente de los africanos”, agregó. “En ese entonces todos los intelectuales se involucraron; era nuestra contracultura”.
De todas formas, señaló Prandi, la persecución al candomblé persistió.
“Ahora Brasil tiene un movimiento muy conservador, que llevó a que Bolsonaro (gobernara el país), en el que personas como Paulinho son consideradas una amenaza, porque él es un futbolista al que todo el mundo ve”, comentó.
Algunos otros jugadores están siguiendo el ejemplo de Paulinho. El domingo, Rodrigo Nestor, mediocampista del Sao Paulo FC, dio a conocer en la televisión nacional que es creyente del candomblé tras anotar el gol contra el Flamengo que le dio el título a su equipo en la final de la Copa de Brasil.
“Mis orishas, mi madre Iansã estaban conmigo”, le dijo Nestor a TV Globo después del partido, refiriéndose a la diosa del viento, los relámpagos, la magia y el fuego en el candomblé.
Paulinho alberga esperanzas de volver a representar a Brasil el año próximo en la Olimpiada de París. Sigue confiando en sus propias capacidades y está orgulloso de su religión. Antes de cada partido le reza a las deidades. Y su madre lo bendice con agua y hojas de albahaca para mantener lejos a las malas vibraciones.
“Mi fe me ha enseñado a ser paciente”, dijo Paulinho. “Esa es también una gran virtud de mi orisha: Oshosi sólo tiene una flecha, y debe atinarle al blanco. Necesita paciencia”.
“En ocasiones sólo cuento con un solo tiro claro en un partido. Podría atinarle; podría fallarlo”, añadió. “Pero sin importar cuál sea el resultado, estoy consciente de que la disciplina que aprendí del candomblé me permitirá obtener otras oportunidades, siempre y cuando me mantenga firme”.
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