Proyecto exhibe técnicas de teñido en Pompeya antes del volcán
Un nuevo proyecto dentro del sitio arqueológico de Pompeya está reviviendo las antiguas técnicas de teñido a fin de mostrar otra faceta de la vida cotidiana allí antes que la ciudad fue destruida por un volcán en el año 79 a.E.C.
La inspiración vino de unos frescos hallados en el sitio arqueológico que muestran cupidos alados tiñendo telas, cosechando uvas para hacer vino y fabricando perfumes.
“Es muy parecido a la realidad”, dijo sobre las imágenes el director del sitio arqueológico, Gabriel Zuchtriegel.
Para el proyecto, Zuchtriegel llamó a un maestro tintero basado en Umbria, Claudio Cutuli, quien usa tintes provenientes de plantas para sus propios diseños.
Cutuli usa la raíz de la planta “rubia tinctorum” para el rojo pompeyano. Usa cáscaras de nueces para marrones, bayas de saúco para negros y grises y cardamomo para el ámbar, amarillos y verdes.
Con la paleta de colores pompeyanos, Cutuli tiñe bufandas con diseños tomados de los frescos de la Casa de Vetti, que incluyen a los cupidos. La vivienda, junto con resto de Pompeya, quedó sepultada por las cenizas del volcán.
La mitad de las ganancias de las ventas de las bufandas irá para financiar las labores de restauración de Pompeya, donde jardineros recientemente reprodujeron un vivero con plantas que fueron usadas para teñidos antes de la destrucción de Pompeya.
El historiador Maurizio Bartolini dijo que las raíces, los troncos y las flores eran frecuentemente usados para los teñidos.
Los frescos en el sitio arqueológico muestran a pompeyanos acaudalados en vestidos brillantes color púrpura, verde, rosado, azul y amarillo. Las tintas eran fabricadas hirviendo los textiles teñidos en barriles de metal en talleres administrados por esclavos que, como contraste, vestían túnicas marrones simples.
“Eran condiciones muy desagradables para los esclavos que trabajaban allí”, dijo la arqueóloga Sophie Hay. “Los hornos estaban ahí y hacía calor en un espacio cerrado y ruidoso porque venía la gente a gritar que si sus telas estaban listas”.
Para Zuchtriegel, los teñidos son otra manera de ofrecer a los visitantes un vistazo de cómo era la vida en Pompeya.
“Es parte de un proyecto científico y cultural crear conciencia de que la historia no es únicamente los monumentos grandes y los cuadros hermosos”, comentó. “Hay otra historia, la de la economía, de la vida cotidiana, de la vida de la mayoría que con frecuencia no está representada en las grandes narrativas”.