Reseña: El reggaetón “Rayo” de J Balvin es una fiesta familiar pero divertida
El brillo del titanio es una distracción. La portada de “Rayo”, el primer álbum del cantante y rapero colombiano J Balvin desde “José” de 2021, muestra un vehículo de aspecto futurista envuelto en cromo. Al verlo más de cerca notas que es un Volkswagen Golf, un auto urbano popular en todo el mundo. Pero en el universo de Balvin, es brillante: su característico logotipo de cara sonriente está estampado en las llantas debajo de sus puertas elevadas, una característica típicamente reservada para un vehículo de lujo, como un Lamborghini.
Sirve como una alegoría perfecta para el álbum: una figura familiar, hecha a imagen y semejanza de Balvin, y un reflejo directo de su ajetreo temprano y su futuro éxito.
Resulta que el Golf fue su primer coche y en “Rayo”, J Balvin regresa a su primer amor: la música para sentirse bien y lista para la fiesta.
El año pasado, Balvin charló con The Associated Press sobre su canción “Amigos”, a la que llamó un regreso al “reggaetón romántico”, la música que lo hizo famoso en primer lugar. Era, al menos en parte, una respuesta a su ardiente sencillo “Dientes”, una canción urbana latina inspirada en los clubes de los años 2000 con un sample de “Yeah!” de Usher.
Cuando lanzó “Dientes”, dijo que a sus fans les encantó, pero esperaban reggaetón, su “sonido original”, como él dijo. “Rayo” es la continuación orgánica de esa idea. A lo largo de 15 pistas de dembow y synth-y pop enérgico, repletas de colaboraciones, el álbum no intenta innovar. Más bien funciona como una lista de reproducción única y autosuficiente, con muchos éxitos de club de alto octanaje.
No es que le falten nuevas propuestas: “3 Noches”, una de las pocas canciones solistas del álbum, experimenta con afrobeat. En “Gato”, Balvin recluta la cantante urbana catalana Bad Gyal, cuyo tono vocal áspero ofrece una nueva textura.
Pero es, por supuesto, el reggaetón el que impulsa al “Rayo”. No te fíes sólo de nuestra palabra, el mismo Balvin lo dice, te pide que bailes con él (“Ven y bailemos reggaetón”, canta en “3 Noches”), y te indica que lo pongas (“Ponle reggaetón” dice en “Swat”).
Los aspectos más destacados se encuentran en algunas de las colaboraciones enérgicas, como en la pegajosa “Origami” con Ryan Castro y Blessd, o “Doblexxó”, que presenta a la superestrella colombiana Feid.
“Es una canción que representa mucho del reggaetón de Medellín”, dijo Balvin a la AP recientemente sobre su colaboración con Feid. “Somos dos paisas, con jerga paisa en esta canción”.
Luego hay momentos más clásicos, como “Polvo de tu vida” y “Lobo” con las leyendas del reggaetón puertorriqueño Chencho Corleone y Zion de Zion & Lennox, respectivamente.
Hay pocas canciones pausadas en esta fiesta de audio, tal vez limitadas a la balada “Stoker”, con el músico regional mexicano Carín León, un riesgo raro que vale la pena para Balvin.
Balvin ha sido conocido como un creador de éxitos a lo largo de su carrera. Eso continúa en “Rayo”, pero, ¿qué vendrá después?
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La periodista de The Associated Press Berenice Bautista contribuyó a este despacho desde la Ciudad de México.