Salud mental y derecho al aborto: no todas las iniciativas electorales estatales la incluyen
Después de enterarse que estaba embarazada, Kaniya Harris vivió algunas de las semanas más duras de su vida.
Se acercaban rápidamente los exámenes finales. Sus médicos le informaron que tenía un quiste ovárico, y que el riesgo de un embarazo ectópico sería alto. Los tiempos de espera en las clínicas abortistas cercanas a su ciudad, Bethesda, en Maryland, eran demasiado largos. Tampoco podía ir a ver a su familia en Kentucky, un estado que prohíbe el aborto.
Harris tenía constantes ataques de pánico. Todo se sentía abrumador, dijo.
“Mi salud mental estaba en el punto más bajo de mi vida”, comentó Harris, quien abortó en mayo del año pasado.
A medida que los grupos defensores del derecho al aborto están presionando para que este año se presenten iniciativas de ley que protejan este derecho, se han hecho patentes diferencias clave en la redacción de las medidas propuestas. Entre ellas está la inclusión de la salud mental entre las causales legales para el aborto.
Una propuesta de Missouri permitiría a los legisladores restringir los abortos después de que el feto sea considerado viable, con excepción del caso en que el aborto “sea necesario para proteger la vida o la salud física o mental de la persona embarazada”. En Arizona se ha propuesto una medida similar. Los votantes de Michigan aprobaron en 2022 una enmienda sobre el derecho al aborto que incluía una excepción por salud mental para los límites de viabilidad.
Por el otro lado, el texto propuesto para ser sometido a votación en Arkansas sólo se refiere a la “salud física” y no contempla la causal de salud mental. Las iniciativas sobre el derecho al aborto presentadas en otros estados como Florida, Montana y Nebraska no mencionan explícitamente la salud mental.
“Es demoledor saber de estas políticas que ignoran la salud mental”, dijo Harris, que ahora tiene 21 años. “Un aborto puede salvarle la vida a alguien, incluso cuando se encuentra en situación de salud mental crítica”.
La mayor parte de los estados que prohíben el aborto prevén causales por emergencias potencialmente mortales, pero sólo Alabama incluye una causal por “afectaciones mentales graves” que podrían resultar en la muerte de la madre o del feto. Los legisladores añadieron esta excepción tras la presión ejercida por la asociación médica del estado, que estaba preocupada por aquellas mujeres que enfrentan un alto riesgo de suicidio.
La ley, que se aprobó en 2019, figuraba entre las restricciones al aborto más duras del país en ese entonces. No incluía las causales por violación o incesto, y consideraba que practicar un aborto era un delito grave. Alabama empezó a poner en práctica la prohibición en 2022, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara el fallo de Roe contra Wade, que otrora garantizaba un derecho federal al aborto.
Las prohibiciones al aborto en por lo menos 10 estados —Florida, Georgia, Idaho, Iowa, Kentucky, Luisiana, Ohio, Tennessee, Virginia Occidental y Wyoming— excluyen explícitamente las condiciones de salud mental como una posible causal. Otras son más vagas, y permiten causales por la “vida y salud” de la mujer, sin aclarar si la salud mental está incluida.
Los expertos médicos dicen que hasta los estados que permiten las causales por salud mental obligan a las pacientes a pasar por situaciones complicadas que pueden ser inaccesibles para algunas personas, sobre todo las de bajos ingresos. Alabama, por ejemplo, requiere que un psiquiatra con licencia del estado y al menos tres años de experiencia clínica certifique que el trastorno mental es una emergencia.
Hubo días en que Harris regresaba a su casa de la escuela y se sentía “tan agobiada que por los nervios me desplomaba al suelo”, recordó. Por dos meses lloró cada día. Pero, entre la prohibición del aborto en su estado natal y el estigma por parte de los médicos, Harris dijo que no se sentía cómoda como para platicar de su experiencia con un profesional de la salud mental.
“Las personas no deberían tener que pasar por situaciones difíciles y demostrar su dolor para tener acceso a la atención que necesitan”, comentó.
Las condiciones de salud mental fueron la principal causa subyacente de muertes relacionadas con el embarazo de 2017 a 2019, cuando casi el 23% de las muertes relacionadas con el embarazo fueron atribuidas a condiciones de salud mental, incluidos suicidios y sobredosis por trastornos por consumo de sustancias, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
Cerca de una de cada ocho mujeres sufre depresión posparto, de acuerdo con los CDC. Pero los problemas de salud mental a lo largo del embarazo, especialmente el trauma psicológico de aquellas personas que son forzadas a llevar a término embarazos no deseados, están poco estudiados, indicó Michelle Oberman, profesora de Derecho de la Universidad de Santa Clara que investiga los impactos de las restricciones al aborto.
“Esas estadísticas, esas historias del sufrimiento de las mujeres, me han estado atormentando”, dijo Oberman. “Como sociedad, no tenemos un gran historial de atender la salud mental de la misma manera que atendemos la salud física”.
Las políticas que desestiman la salud mental porque la consideran menos relevante que la salud física atentan contra la vida, comentó Paul Appelbaum, psiquiatra de la Universidad de Columbia. También indicó que cada vez hay más pruebas de que la negación del aborto genera una notable aflicción mental. Esta angustia se ha puesto de manifiesto en historias recientes de mujeres que fueron forzadas a huir de sus estados o a llevar adelante sus embarazos a pesar de los graves riesgos para su salud.
“Me preocupa profundamente la exclusión de las excepciones por salud mental en estas medidas electorales”, dijo Appelbaum, expresidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. “Es completamente cruel y provocará la muerte por sufrimiento de mujeres embarazadas en estos estados”.
Jayme Trevino, ginecóloga y obstetra de Missouri y parte de Physicians for Reproductive Health, dijo que vio de primera mano cómo la negación del aborto puede afectar al bienestar de las pacientes, incluyendo su salud mental.
“Es una realidad devastadora y habitual para mis pacientes”, afirmó, y agregó que agradecía que la causal por salud mental fuera incluida en el texto de la medida electoral propuesta por el estado.
Mallory Schwarz, vocera de Missourians for Constitutional Freedom, dijo que el texto de la iniciativa “está redactado para asegurarse de que los médicos —y no los políticos— sean capaces de determinar qué es lo mejor para sus pacientes”.
En cambio, una iniciativa de Arkansas solamente incluye causales “para proteger la vida de una mujer embarazada o para proteger a una mujer embarazada de un trastorno físico, una enfermedad física, o lesión física”.
Versiones previas de la propuesta incluían causales más amplias, dijo Gennie Diaz, directora general de For AR People. En un inicio, indicó, “queríamos elaborar un texto para una enmienda constitucional que fuera lo más amplio posible y que, con suerte, tomara en cuenta algo como la salud mental”.
Pero cuando se le entregó una propuesta con causales para “proteger la vida y la salud” de la madre, el fiscal general del estado, de extracción republicana, rechazó el texto, diciendo que debía definir “salud”.
“Eso fue una señal para nosotros de que íbamos a tener que tomar una decisión”, dijo Díaz. “Y otro factor desafortunado es que es poco probable que la mayoría de los votantes de Arkansas apoyen la salud mental como motivo para abortar después de un plazo determinado. Pensamos que era poco probable que se aprobara una versión que nombrara explícitamente la salud mental”.
A los activistas de Arkansas también les preocupaba que la campaña de oposición se centrara en la causal de salud mental, indicó Díaz.
La iniciativa de ley modelo para la prohibición del aborto en el estado, del Comité Nacional del Derecho a la Vida, excluye explícitamente las causales por salud mental. Estas causales permiten a las mujeres embarazadas “eludir esas leyes y abortar embarazos de niños que eran viables”, dijo Ingrid Duran, directora legislativa estatal del Comité.
“Excluimos específicamente las causales de salud mental porque vimos cómo se creaba una laguna en la ley y se dejaba al feto en riesgo de morir por una afección a veces tratable, a veces temporal, que la madre podría estar padeciendo”, dijo.
Cuando se le preguntó si apuntar a las causales de salud mental será parte de su estrategia para hacer campaña contra las medidas electorales sobre el aborto en 2024, respondió: “No puedo decir necesariamente que sería parte de la estrategia”. Aun así, “cuando veo causales de salud mental como esta, me da un vuelco el corazón”, añadió.
Oberman, de la Universidad de Santa Clara, dijo que prevé que el movimiento antiaborto “emplee una estrategia para minimizar y desestimar las consecuencias de los embarazos forzados en la salud mental”.
“Los problemas de salud mental de las personas embarazadas permanecen en la sombra y muy estigmatizados”, dijo. “Y eso nubla nuestro juicio sobre cómo es una emergencia médica durante el embarazo”.
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