Covid-19: ómicron abruma capacidad hospitalaria en las primeras ciudades de EE.UU. a las que llegó
Hospitales abrumados, escuelas con poco personal y servicios urbanos interrumpidos como consecuencia de ómicron en las ciudades estadounidenses; expertos dicen que esto podría ser solo el comienzo
Semanas después de que la nueva variante ómicron de covid-19 llegara a EE.UU., las primeras ciudades afectadas comienzan a sentir su impacto total y caótico.
En Kansas, los hospitales abrumados comenzaron a rechazar ambulancias. En Los Ángeles, cientos de policías y bomberos se han reportado enfermos con el virus. En la ciudad de Nueva York, los servicios de recolección de basura y del metro se han retrasado debido a la escasez de personal. En todo el país, las escuelas que lucharon por permanecer abiertas tienen pocos maestros aún en servicio.
“Creo que esto realmente les recuerda a todos cuando apareció por primera vez el covid-19 y hubo grandes interrupciones en todos los aspectos de nuestra vida normal”, señaló Tom Cotter, director de respuesta a emergencias de la organización sin fines de lucro Project HOPE, para The Associated Press.
Hasta ahora, los datos han indicado que la variante ómicron causa una enfermedad más leve que las variantes anteriores, especialmente en personas vacunadas, pero su transmisibilidad es impactante. En enero de 2021, el pico histórico anterior de la pandemia en EE.UU., el país registraba un promedio de alrededor de 251.000 nuevos casos de covid-19 diarios. Hoy esa cifra supera los 656.000.
Ese nivel de contagios por sí solo está causando una crisis en la atención médica estadounidense. A pesar de la baja proporción de casos graves de ómicron, la gran cantidad de casos que causa está siendo suficiente para abrumar a los hospitales. En Nueva York, el Departamento de Salud del Estado ordenó a 40 hospitales que dejen de realizar cirugías no esenciales.
“Usaremos todas las herramientas disponibles para ayudar a garantizar que los hospitales puedan manejar la oleada invernal de covid-19”, declaró para WABC la comisionada de salud estatal interina Mary Bassett.
En el condado de Johnson, Kansas, algunos hospitales llenos les han pedido a las ambulancias que se vayan a otra parte y, sin más camas disponibles, les han pedido a los pacientes de la sala de emergencias que convalezcan en las salas de espera. Además, los paramédicos están trabajando 80 horas por semana y esperan que disminuya la oleada de ómicron.
“Mi esperanza y por lo que tenemos los dedos cruzados es que cuando llegue a su punto máximo... tal vez tenga la misma caída rápida que vimos en Sudáfrica”, comentó el Dr. Steve Stites, director médico del Hospital de la Universidad de Kansas, para AP . “No lo sabemos. Eso es solo una esperanza”.
Las muertes también han aumentado gradualmente. Aunque la tasa de mortalidad de ómicron hasta ahora parece ser mucho menor que las de las variantes anteriores, el número astronómico de casos significa que su número de muertes podría ser significativo de todos modos.
En el condado de Cook, Illinois (que abarca también la ciudad de Chicago), el covid-19 causaba un promedio de 7 muertes diarias a principios de diciembre. Para el 8 de enero, esa cifra había aumentado a 31. En el mismo periodo de tiempo, el recuento diario de muertes en la ciudad de Nueva York se disparó de 11 a 56.
Esas muertes han recaído desproporcionadamente en los no vacunados. En la ciudad de Nueva York, la gran mayoría de las hospitalizaciones por covid-19 han sido de pacientes no vacunados, un patrón que se ha hecho más evidente durante la oleada de ómicron, según un análisis realizado por The New York Times.
Los expertos dicen que no es posible determinar si la variante ómicron está disminuyendo o recién comienza en Estados Unidos. Lo único que está claro es que las vacunas, y en particular los refuerzos, protegen a las personas de sufrir sus peores efectos.
“La desafortunada realidad es que no hay manera de predecir lo que sucederá después hasta que aumentemos el número de vacunados a nivel mundial”, concluyó Cotter para AP.