Día mundial de la depresión, cómo detectarla y qué hacer
La visibilización de la salud mental ha puesto en el reflector problemas como la depresión que, según la última Encuesta de Bienestar del INEGI, padece al menos 15 por ciento de la población mexicana
Hoy se conmemora el Día Mundial de la lucha contra la Depresión, un padecimiento que la OMS (Organización Mundial de la Salud) considera como una de las principales causas de discapacidad en el mundo, por lo que actuar ante los primeros indicios es de suma importancia para tener un buen pronóstico. Pero, ¿cuáles son los signos de la depresión?
La pandemia ha generado todo un movimiento a favor de la visibilización de los problemas de salud mental, pues estos se multiplicaron de forma exponencial debido al confinamiento, el miedo a la muerte y como consecuencia directa al padecimiento que provoca el virus Sars-Cov-2. Parte de esta nueva conciencia pasa por reconocer que la depresión muchas veces se manifiesta de forma muy diferente a lo que se cree. Estos son algunos de los principales síntomas según especialistas consultados por debatemedia:
- Insomnio: los cambios bioquímicos que se producen en el cerebro a consecuencia de la depresión mantienen el estado de alerta y cambian el ciclo del sueño, razón por la cual es común quedarse en vela por las noches y querer dormir en el día. Se trata de un síntoma de alto riesgo, pues la privación del sueño es el origen de un deterioro mayor de los procesos mentales, por lo que es necesario atenderlo cuánto antes y evitar automedicarse para conseguir el descanso deseado.
- Cambios de humor: aunque también es signo de otros padecimientos, cuando se producen de forma drástica y, en ocasiones, ligados al insomnio o a la frustración que produce la falta de motivación para realizar las tareas más simples o que en otro momento se realizaban sin esfuerzo, suelen estar ligados a la depresión.
- Conductas recursivas: una de las formas naturales para lidiar con la depresión es la seguridad que producen las cosas conocidas. Es común que durante este estado se visiten con demasiada frecuencia lugares que resulten familiares o cómodos, que se vean repetidamente contenidos ya vistos, lecturas pasadas o que se realicen “rituales” que generan una sensación de normalidad. Sin embargo, es fácil caer en conductas obsesivo - compulsivas, por lo que también es conveniente buscar atención profesional.
- Ansiedad: a pesar de ser un padecimiento en sí, que no siempre acompaña a la depresión, la ansiedad suele estar asociada pues el otro extremo del “péndulo” emocional por el que atraviesan las personas que padecen este tipo de trastornos. Imaginarse los peores escenarios, catastróficos aunque sean irreales; las preocupaciones persistentes y los miedos pueden generar problemas de conducta, irritabilidad o agresividad e incapacidad para realizar la vida diaria de forma cotidiana.
- Dolor: está comprobado que la somatización de los padecimientos mentales puede traducirse en molestias corporales. Sin embargo, cuando aparece la depresión, el cortisol que se encuentra en el cerebro actúa sobre las fibras musculares, provocando que se contraigan y, en consecuencia, se sienta dolor o entumecimiento.
Durante los periodos depresivos, hay un buen número de personas que pueden realizar sus actividades de forma “normal” en apariencia, pero utilizando un mayor nivel de energía física y mental, lo que deja sensación de agotamiento que suele agravar el problema. Es importante poner atención a los detalles para brindar la ayuda necesaria o solicitarla.
La última Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, que dio a conocer el INEGI, revela que el 15.4% de los mexicanos mayores de 18 años padeció síntomas de depresión durante las dos semanas previas a la encuesta; mientras que más del 19% reportó haber padecido ansiedad. En ambos casos, las más afectadas son las mujeres.