Tres mujeres se contagian de VIH tras recibir un tratamiento estético conocido como “facial vampiro”
El procedimiento, que se utiliza para rejuvenecer la piel y mejorar la apariencia de las marcas de expresión, cobró notoriedad tras un episodio del reality show Kim and Kourtney Take Miami
De acuerdo con un informe de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), tres mujeres que se realizaron un tratamiento estético conocido como “facial vampiro” en un spa de Nuevo México habrían contraído VIH, lo cual representa los primeros casos de contagio mediante inyecciones cosméticas.
En 2018, una mujer de unos 40 años informó que era portadora de VIH a pesar de no haber estado expuesta a ningún factor de riesgo, como drogas inyectables, transfusiones de sangre o contacto sexual con una persona que hubiera dado positivo en la prueba del VIH. Sin embargo, señaló que recientemente había estado expuesta a agujas durante un tratamiento facial de plasma rico en plaquetas.
Las otras dos pacientes también habían recibido el mismo tratamiento en 2018.
El plasma rico en plaquetas, también conocido como facial vampiro, se utiliza para rejuvenecer la piel con micropunción, según señalaron en el informe y cobró notoriedad luego de que Kim Kardashian se sometiera al procedimiento en un episodio de su reality show Kim and Kourtney Take Miami. La empresaria, además, publicó varias imágenes en Instagram: un hecho que generó pavor entre sus seguidores por la apariencia sanguinolenta de su rostro.
“Las pruebas sugieren que la contaminación de una fuente indeterminada en el spa durante la primavera y el verano de 2018 causó la transmisión del VIH-1 a estas tres pacientes”, estableció el informe.
Asimismo, los CDC señalaron que los procedimientos se realizaron en un “centro no autorizado que no respetaba los procedimientos recomendados para el control de las infecciones y que tampoco mantenía un registro de los clientes”.
Durante una inspección del spa en el otoño de 2018, los investigadores identificaron “varias prácticas poco seguras vinculadas con el control de las infecciones”, incluido un estante de cocina con tubos sin etiquetar que contenían sangre, productos médicos inyectables, como bótox, almacenados en el refrigerador de la cocina junto a productos comestibles, y jeringas sin envolver esparcidas en cajones y mostradores, y desechadas en cestos de basura comunes y corrientes.
Además, se destacó la falta de precedentes vinculados con el hecho de la siguiente manera: “La transmisión de VIH a través de inyecciones cosméticas con sangre contaminada no se había documentado previamente”.
La propietaria del spa se declaró culpable de negligencia en 2022 y fue condenada a más de tres años de cárcel, según informó KOB en su momento.
Traducción de Noelia Hubert