Salvar la democracia es central en el mensaje de Biden. ¿Resonará en los votantes de estados clave?
A pocas cuadras de la planta siderúrgica Bethlehem Steel, ahora clausurada, el Centro Hispano Lehigh Valley rebosaba de adultos mayores que almorzaban. Un piso abajo, un flujo constante de visitantes compraba en su enorme almacén de alimentos.
El número de personas que acuden al almacén ha aumentado más de un tercio en los últimos siete meses. El director ejecutivo del centro, Raymond Santiago, lo ve como un indicio claro de algo que ha percibido en los dos últimos años: Muchos miembros de la comunidad latina de la zona tienen dificultades para cubrir sus necesidades básicas.
El condado Northampton, que incluye a la ciudad de Bethlehem, es un referente tradicional de Pensilvania, uno de los estados más reñidos en las elecciones presidenciales y de los que tienen más relevancia, y los hispanos forman parte clave de la coalición que el presidente Joe Biden intenta reconstruir al embarcarse en su campaña en pos de un segundo mandato. Al hacerlo, el demócrata podría tener dificultades para lograr la aceptación de una parte crucial de su estrategia para ser reelegido.
Uno de los mensajes que ha transmitido en visitas previas a Pensilvania es que el expresidente Donald Trump, favorito para obtener la candidatura republicana a la presidencia, es un peligro para la democracia estadounidense. Biden espera que ese mensaje estimule a los mismos votantes que acudieron a las urnas hace cuatro años, cuando el condado Northampton se inclinó por él por un estrecho margen tras apoyar a Trump en 2016, también por una escasa diferencia.
Por lo que ha visto en su interacción con los visitantes del centro hispano, Santiago no está tan seguro del éxito del mensaje presidencial. Lo que predomina en las conversaciones allí es el precio de los alimentos y la falta de viviendas asequibles.
“Creo que mucha gente ya es inmune a ese mensaje; no será aceptado con tanta facilidad en estas elecciones como lo fue en 2020”, dijo. “Si sigue promoviendo ese mensaje, podría alejar a los votantes”.
Biden eligió un lugar cerca de Valley Forge, Pensilvania, con su profundo simbolismo de la lucha del país por la libertad, para su acto inicial de campaña para 2024. En él habló de Trump como una grave amenaza para Estados Unidos y dijo que las elecciones generales giran “totalmente” en torno a si la democracia puede sobrevivir. Fue un mensaje similar al que pronunció antes de los comicios de mitad de mandato de 2022 en el Independence Hall de Filadelfia, donde fueron creados los documentos fundacionales de la nación. Biden advirtió que Trump y sus seguidores amenazan “los cimientos mismos de nuestra república”.
Biden ha continuado con el tema durante el inicio de la temporada de elecciones primarias, diciéndoles a sus simpatizantes que el que él gane un segundo mandato es esencial para mantener las tradiciones democráticas del país.
A lo largo de varios días, The Associated Press entrevistó a una muestra representativa de votantes en el condado Northampton para preguntarles si el mensaje de Biden sobre el destino de la democracia estaba surtiendo efecto. Estos votantes representaban a parte de la coalición misma que Biden necesitará para volver a ganar en Pensilvania: electores negros, latinos, independientes y moderados de ambos partidos.
Su respuesta en general fue que la advertencia del mandatario de que una segunda presidencia de Trump destrozará las normas constitucionales y destruirá las instituciones democráticas no es una que, por sí sola, les motive y les haga ir a votar.
Al igual que la gente en gran parte del resto del país, la mayoría de los entrevistados preferiría evitar una revancha de la contienda de 2020, y varios dejaron entrever que estarían dispuestos a tomar en consideración a un candidato serio de un tercer partido que tenga un mensaje fuerte y una oportunidad de ganar.
Evelyn Fermin, de 74 años, que visita regularmente el centro hispano de Lehigh, vive en el condado desde hace dos años después de haber pasado la mayor parte de su vida en Nueva Jersey. Su opinión sobre Trump quedó fijada desde el 6 de enero de 2021, cuando los simpatizantes del expresidente irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos en un violento intento por impedir que el Congreso certificara la victoria de Biden. Pero ella no cree que el recuerdo de ese día sea suficiente para persuadir a los votantes en noviembre.
Para la hija de padres que emigraron de la República Dominicana, sus preocupaciones son la seguridad fronteriza y el gasto en el extranjero.
“En lugar de enviarlo a países extranjeros, creo que deberíamos utilizarlo para nuestra gente”, dijo.
Como madre divorciada que apoyó a su hijo en sus estudios hasta que se convirtió en abogado, tampoco respalda el intento de Biden de condonar la deuda de los préstamos estudiantiles: “Si yo pude hacerlo, siento que ellos también deberían”, manifestó.
Curt Balch, de 44 años, trabajó en el sector sanitario y ahora se dedica a ser padre de familia en su casa. Le tocó lidiar con un retraso escolar de dos horas junto con su hija de 5 años en su casa de Hellertown, en una zona más rural del condado. Se registró como republicano para poder votar en las primarias, pero dice ser más libertario.
Balch dijo que los mensajes de ambas partes son “bastante tóxicos” cuando advierten que el otro es “una amenaza o un peligro para los principios básicos del país que avanza”.
Apoyó a Trump en las dos últimas elecciones, pero está abierto a considerar otros candidatos este año, especialmente si cree que hay un tercer partido llamativo o un candidato independiente. Balch cree que las terribles advertencias sobre un posible segundo mandato de Trump son exageradas, y hace notar que incluso durante la pandemia de COVID-19, Trump dejó que los estados decidieran por sí mismos cómo manejarla.
“Entiendo la retórica: ‘Oh, va a ser un dictador fascista’”, dijo Balch. “No creo que sea un mensaje que esté llevando a la gente a las urnas. No creo que la gente esté pensando justificadamente que tiene que tener miedo de Donald Trump”.
Christian Miller fue demócrata toda su vida, pero se hizo independiente en 2022 por su frustración ante el estancamiento político y la sensación de que, con la edad, se estaba volviendo más conservador.
Dijo que algún día podría plantearse pasarse al Partido Republicano, pero no mientras Trump lo encabece. Y no porque le preocupe que Trump se convierta en un dictador si gana un segundo mandato.
“No sé si lo temo tanto como lo pintan en los medios de comunicación de uno y otro bando”, dijo Miller, un ejecutivo bancario de 53 años que vive en la localidad de Nazareth. “Creo que las instituciones están a salvo y son lo suficientemente fuertes para resistir los desafíos”.
Miller mencionó las docenas de impugnaciones judiciales fallidas con las que Trump y sus aliados pretendían anular los resultados presidenciales de 2020 como un ejemplo de que las instituciones se mantienen firmes.
Las encuestas indican preocupación por el estado de la democracia, pero no está claro cómo se traducirá eso en las elecciones de noviembre. Un portavoz del equipo de campaña de Biden dijo que el mensaje sobre la democracia es fundamental para la campaña, pero no es el único que el equipo de campaña utilizará para llegar a los votantes. La protección del derecho al aborto y la lucha por salarios más altos serán algunos de los temas esenciales del discurso del presidente.
El condado Northampton, especialmente Bethlehem, ha ido saliendo poco a poco de la depresión económica que siguió al desplome de la industria siderúrgica local. La planta produjo el acero con el que se construyó el puente Golden Gate en la Gran Depresión, y una década más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en el mayor constructor naval del país.
Los altos hornos, que dejaron de funcionar hace casi 30 años, siguen siendo visibles a kilómetros de distancia a orillas del río Lehigh. Pero en los últimos años Bethlehem ha experimentado un renacimiento al convertirse en un centro de empresas sanitarias y tecnológicas. Nuevas tiendas, un centro de arte, un museo, un auditorio de artes escénicas y un casino, entre otras novedades, han añadido vitalidad a una ciudad pintoresca salpicada de estructuras históricas que datan del siglo XVIII.
Northampton es también un referente histórico. Según ha votado el condado en las elecciones presidenciales, también lo ha hecho el estado, dice Christopher Borick, profesor de ciencias políticas y director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Muhlenberg en la ciudad de Allentown. La última vez que lo hicieron en forma distinta fue en 1948, cuando el condado votó por el demócrata Harry Truman y el estado por el republicano Thomas Dewey.
“Es casi tan magnífico como el mejor condado de referencia que se pueda encontrar”, declaró Borick.
Biden ganó el condado por un estrecho margen en 2020, cuatro años después de que Trump se impusiera por una diferencia mínima a la demócrata Hillary Clinton.
Anna Kodama, de 69 años, es el tipo de votante que tradicionalmente ha oscilado entre los partidos.
Creció en un hogar republicano en Ohio, pero cambió de partido durante la universidad. Recuerda haber votado con frecuencia por un partido o por otro desde que se mudó a Lehigh Valley en 1977, hasta 2016, cuando Trump se postuló por primera vez a la presidencia y ella sufragó por los demócratas.
La gente con la que Kodama se encuentra no escucha los mensajes de Biden sobre un futuro oscuro con Trump. En cambio, le gustaría que hablara más de lo que está haciendo para mejorar la economía y forjar lazos más fuertes con Europa. En particular, prestó atención a una visita que hizo Biden este año a una ciudad cercana, Emmaus, donde se detuvo en los comercios locales para conversar sobre la importancia de apoyar a las pequeñas empresas.
Dijo que Biden parece conectar mejor con la gente cuando promueve un mensaje positivo, en lugar de uno negativo que, en su opinión, no motivará a la gente en otoño.
“Ahí es donde lo encuentro atractivo: mira lo que podemos hacer juntos”, dijo la artista y exprofesora mientras tomaba un café en el Café the Lodge de Bethlehem. “Ese mensaje resuena en mí y en la gente que conozco”.
Para Esther Lee, de 90 años y presidenta de la oficina local de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés), el mensaje de amenaza a la democracia no está generando mucha preocupación entre las personas con las que contacta. Ella ya planea votar, pero no porque tenga miedo de otra presidencia de Trump.
“Ya sabemos quién es él”, señaló.
En su opinión, Biden tendrá que hacer un esfuerzo mayor para conseguir la participación de los votantes negros, porque hasta ahora sus mensajes de campaña no han tenido eco. No está convencida de que la comunidad negra del condado Northampton sea un objetivo específico del presidente: “No veo evidencia de ello”, señaló.
Lee dijo que el tema que más escucha en su círculo es el de la indigencia: “Es el número 1”, señaló, y añadió que los recursos no parecen ser suficientes para abordar el problema a nivel local. El asunto que acompaña a ese es el de la vivienda asequible, indicó.
“En la campaña de Biden tienen que llegar más a profundidad” con los mensajes, apuntó.
En el centro de Lehigh, Guillermo Lopez Jr., de 69 años, recuerda sus profundos lazos con la zona y los muchos miembros de su familia extendida que trabajaron en Bethlehem Steel. Él laboró ahí 27 años, luego de que su padre lo hizo durante 36.
Ahora forma parte de la junta directiva del centro y es un líder local de la comunidad latina. Demócrata de tendencia independiente, planea votar por Biden en parte por su opinión de que la retórica de Trump, desde el anuncio de su campaña en 2015, ha convertido a los latinos y otras minorías en blanco de sus ataques.
“Simplemente me habla de que hay tanto odio equivocado hacia gente como yo”, dijo.
Pero Lopez cree que los mensajes de miedo y de que Trump pone en peligro la democracia estadounidense carecen en esencia de sentido para muchos de los votantes de clase trabajadora del condado. La preocupación de ellos, considera, es encontrar un trabajo estable con un buen salario.
“En realidad creo que eso perjudica el voto”, dijo sobre las advertencias acerca de la democracia. La persona promedio que "sólo trabaja duro y acude a laborar, no creo que eso los motive. Creo que los asusta y paraliza”.
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