Sindicato de maquinistas alemanes convoca una huelga que afectará a los servicios de pasajeros
Un sindicato que representa a los maquinistas alemanes convocó el miércoles a sus miembros a una huelga de 24 horas, tras la ruptura de los diálogos con el principal operador nacional en lo que se perfila como una disputa inusualmente difícil sobre salarios y horas de trabajo.
El sindicato GDL informó que la huelga afectará a los servicios de pasajeros operados por la empresa estatal Deutsche Bahn desde las 10 p.m. del jueves hasta las 10 p.m. del viernes. Los trenes de mercancías se verán afectados a partir de las 6 p.m. del jueves.
El paro se produce tras la huelga de 20 horas del 16 de noviembre, cuando Deutsche Bahn redujo considerablemente los servicios de larga distancia, al igual que en ocasiones anteriores en las que GDL emprendió acciones sindicales. La fuerza de GDL entre los conductores y otros miembros del personal ferroviario varía de una región a otra, y algunos servicios regionales gestionados por operadores privados no se ven afectados por el conflicto.
Las “huelgas de advertencia” de duración limitada son una táctica habitual en las negociaciones salariales alemanas, pero GDL podría ampliar pronto su acción. El 24 de noviembre, el presidente de GDL, Claus Weselsky, declaró que las negociaciones con Deutsche Bahn habían fracasado tras solo dos rondas de conversaciones.
El sindicato ya ha iniciado una votación entre sus afiliados sobre huelgas totales, y tiene previsto anunciar el resultado el 19 de diciembre.
La cuestión central es la petición del sindicato de que se reduzca el horario de los trabajadores de 38 a 35 horas semanales sin reducción salarial, una exigencia a la que los empresarios se han negado hasta ahora.
GDL pretende un aumento de 555 euros (600 dólares) al mes para los empleados, más un pago único de hasta 3.000 euros para contrarrestar la inflación. Deutsche Bahn ha dicho que ha hecho una oferta que equivale a un aumento del 11%.
A principios de año se resolvió un conflicto entre el operador ferroviario y un sindicato rival, el EVG, más grande y tradicionalmente menos agresivo, después de que ambas partes aceptaran una propuesta de los intermediarios laborales.