El “milagro” por el que 80 personas sobrevivieron al accidente aéreo en Toronto
El fuselaje se mantuvo intacto a pesar de que el avión terminó volcado
Un avión de Delta Air Lines volcó al aterrizar sobre una pista nevada en el aeropuerto Pearson de Toronto, y, milagrosamente, no se reportaron víctimas fatales en el incidente.
El vuelo 4819 de Delta, operado por Endeavor Air y procedente del Aeropuerto Internacional de Minneapolis/St. Paul, aterrizó de manera brusca en Toronto el lunes alrededor de las 2:15 p. m. La aeronave enfrentó condiciones climáticas adversas, ya que volaba tras una tormenta de nieve y en medio de ráfagas de viento que superaban los 65 km/h.
Los investigadores continúan trabajando para determinar la causa del aterrizaje forzoso en el que sobrevivieron las 80 personas a bordo: 76 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación. La mañana del martes, un vocero de la aerolínea informó que 19 de las 21 personas hospitalizadas por sus lesiones ya habían sido dadas de alta.
“Cuando vi la imagen del avión de Delta Air Lines volcado en la pista de Toronto, pensé que habría muchas víctimas. Afortunadamente, todos sobrevivieron”, expresó Simon Calder, experto en viajes de The Independent. “Tal como ocurrió hace dos décadas en Toronto con la evacuación de un avión de Air France, la preparación y el profesionalismo de la tripulación de cabina fueron clave para evitar una tragedia”.
Según los expertos, varios factores pudieron haber sido determinantes para la supervivencia de los pasajeros en este angustioso incidente. En las imágenes del avión volcado, se veían daños en una de las alas, aunque el fuselaje parecía intacto.
David Soucie, exinspector de seguridad de la FAA y actual analista de seguridad en CNN, resaltó la importancia de los “pernos de ruptura en las alas” en este tipo de situaciones.

“Es una muestra de la ingeniería detrás de estos aviones. Si te fijas, ambas alas están desprendidas del fuselaje en este momento y eso es intencional”, comentó el martes en CNN.
“Las alas están sujetas con pernos de ruptura explosivos diseñados para desprenderse en caso de un impacto fuerte. Si el avión se inclina y el ala no cede al golpe, la fuerza del impacto podría romper el fuselaje, desprender los asientos y causar daños graves a la estructura. Pero con este diseño, cuando el impacto es fuerte, las alas se desprenden y el avión puede continuar su desplazamiento hasta detenerse de manera segura”, explicó Soucie.
Greg Feith, exinvestigador de seguridad aérea de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, afirmó a The Hill que el desprendimiento de las alas fue “favorable”.
“Eso ayuda a absorber gran parte del impacto. Como el fuselaje quedó intacto, la posibilidad de supervivencia fue mucho mayor, a pesar del pequeño incendio que ocurrió”, explicó.

“Es sorprendente lo bien que resistió el impacto”, declaró Dan Ronan, piloto y periodista, a la BBC. También señaló que los asientos del CRJ-900 “están diseñados para minimizar el impacto y proteger a los pasajeros”.
El exfuncionario de la NTSB, Peter Goetz, destacó la importancia de los asientos del avión en una entrevista con CNN el martes. Explicó que, hace unos 20 años, la Junta de Seguridad recomendó que todas las aerolíneas comerciales incorporaran asientos capaces de soportar este tipo de accidentes y mantener a los pasajeros seguros.
Además, señaló que los asientos 16G han sido clave para la supervivencia en muchos accidentes. “Estoy convencido de que, tras el análisis, veremos que cumplieron su función una vez más”, afirmó.
Graham Braithwaite, director de Aeroespacial y Aviación de la Universidad de Cranfield (Reino Unido), destacó la ingeniería del avión y elogió la rápida respuesta de la tripulación.
En conversación con la BBC, Graham Braithwaite destacó la resistencia del avión y la rápida reacción de la tripulación ante la emergencia. “Que no haya habido víctimas fatales, a pesar de que el avión terminó boca abajo en la pista, dice mucho sobre la efectividad de los sistemas de seguridad, el diseño de la aeronave, la respuesta de los equipos de rescate y el papel fundamental de la tripulación de cabina”, señaló.
También resaltó la importancia del trabajo del personal a bordo en este tipo de situaciones. “Se juegan la vida; son los últimos en salir del avión y muchas veces olvidamos su valentía”, destacó. Por último, recordó que su misión principal no es solo atender a los pasajeros. “Nos sirven comida y bebida, pero su verdadero propósito es mantenernos a salvo”, concluyó.
Traducción de Leticia Zampedri