Abuela del tirador de Texas “estable” tras recibir disparo, pero familia dice que tal vez no vuelva a hablar
La mujer de 66 años fue la primera víctima del tirador el 24 de mayo
La abuela del tirador de Texas, Salvador Ramos, quien recibió un disparo en la cara antes de que el joven de 18 años comenzara una matanza en una escuela primaria en Uvalde la semana pasada, ahora se encuentra estable ahora.
Pero la familia de Celia “Sally” Martinez Gonzales, de 66 años, teme que no pueda volver a hablar.
Su primo, Jason Ybarra, dijo que la bala entró en su “mandíbula justo al lado de su boca y le destrozó todos los dientes”.
“Si la bala hubiera entrado una pulgada en otra dirección, le habría volado la cabeza. Lo lleva bastante bien, considerando lo que pasó. Pero es posible que nunca pueda volver a hablar”, le comentó a The New York Post.
Gonzales solo ha podido comunicarse por escrito. “Tenía un cuaderno donde escribe lo que trata de decir, pero cuando no podemos entenderlo, se frustra”, relató su esposo Rolando Reyes.
Gonzales llamó a la policía después de que su nieto le disparara en la cara y se fuera hacia la escuela primaria Robb en la camioneta de la familia.
Luego se atrincheró en un salón de clases en la escuela primaria Robb, donde mató a 19 estudiantes y dos profesoras el 24 de mayo. El tirador finalmente fue asesinado por agentes de la Patrulla Fronteriza, pero no antes de que la policía acudiera, ignorara los gritos de los padres desesperados que les pedían que ingresaran a la escuela.
Las imágenes de vídeo del interior de su casa, donde el tirador vivía con sus abuelos, mostraban sangre visible en las paredes.
“Hay sangre por todas partes”, dijo Reyes, y agregó que Ramos y su abuela tuvieron una pequeña discusión sobre una factura telefónica.
Ramos envió tres mensajes de Facebook antes del tiroteo, aunque las autoridades no han anunciado a quién. El primero decía “Le voy a disparar a mi abuela”, y lo siguió uno que decía: “Le disparé a mi abuela”.
Su último mensaje decía: “Voy a dispararle a una primaria”.
Según los informes, la abuela de Ramos lo había llevado hace poco a un restaurante Applebee's para celebrar su cumpleaños. “Estaba muy callado, no hablaba mucho”, le contó Reyes a ABC News.
El abuelo agregó que no sabía que hace poco Ramos había comprado legalmente dos rifles estilo AR-15 en su cumpleaños número 18, y aseguró que lo habría informado a la policía si lo hubiera sabido.
Adriana Reyes, la madre de Ramos, declaró que su hijo no era un “monstruo”, pero que podía ser agresivo. “Me daba una sensación incómoda a veces, como ‘¿en qué anas metido?’. Puede ser agresivo... si de verdad se enojara”, agregó.
Su padre, también de nombre Salvador Ramos, se disculpó con el pueblo de Uvalde por el acto de su hijo, pero agregó: “No quiero que lo llamen monstruo… no saben nada, hombre. No saben nada por lo que pasaba”.
El domingo, el presidente Joe Biden escuchó los llamados de manifestantes para “hacer algo” contra la violencia armada mientras visitaba la comunidad de Uvalde para compartir su pésame con las familias. Al gobernador de Texas, Greg Abbott, quien fue a la escuela para encontrarse con Biden, lo abucheó e interrumpió la multitud enojada.