Cientos de civiles siguen atrapados en siderúrgica, en medio de intensos combates en Mariúpol
La ciudad se ha convertido en “el corazón” de la guerra, dice un funcionario ucraniano
Decenas de civiles siguen atrapados en búnkers subterráneos en la siderúrgica de Azovstal, el último reducto en la devastada ciudad de Mariúpol.
El ejército ruso prometió detener su actividad en Azovstal el jueves y los dos días siguientes para permitir que los civiles se vayan, después de que lo que los combatientes ucranianos describieron como “batallas sangrientas” impidieran las evacuaciones. El Kremlin dijo que se establecieron corredores humanitarios desde la planta.
Sin embargo, nadie de Azovstal se encontraba entre los más de 300 civiles evacuados el miércoles de Mariúpol y otras áreas del sur de Ucrania, informó la oficina humanitaria de la ONU.
Un combatiente ucraniano escondido en la siderúrgica acusó el jueves a las fuerzas rusas de incumplir una promesa de alto el fuego que permitiría evacuar a los civiles.
El capitán Sviatoslav Palamar, subcomandante del Regimiento Azov de Ucrania, publicó un video en línea que supuestamente fue filmado en la siderúrgica Azovstal, donde los últimos defensores de Mariúpol resisten junto a unos 200 civiles.
Las fuerzas ucranianas y rusas están librando “batallas sangrientas” en la planta siderúrgica de Azovstal, el último foco de resistencia en la pulverizada ciudad de Mariúpol.
El reclamo fue hecho por un comandante del regimiento Azov, Denis Prokopenko, quien publicó un breve mensaje de vídeo en Telegram que decía: “Estoy orgulloso de mis soldados, que están haciendo esfuerzos sobrehumanos para contener la presión del enemigo… la situación es extremadamente difícil”.
Los ucranianos señalaron que las fuerzas rusas entraron en el perímetro de la planta y también la estaban bombardeando desde arriba. El Kremlin negó que haya un ataque terrestre.
Mientras tanto, un asesor del Ministerio de Defensa de Ucrania indicó que Azovstal se ha convertido en la “prioridad número uno” para los líderes políticos y militares de la nación.
Yuriy Sak declaró a la BBC que los esfuerzos se centraron en defender el vasto complejo industrial y gestionar futuras evacuaciones. Se esperaba que el jueves se establecieran corredores humanitarios para permitir que los civiles atrapados salieran.
Azovstal es el último reducto de la resistencia ucraniana en Mariúpol, una ciudad portuaria de importancia estratégica, que según Sak, se convirtió en el “corazón” de la guerra.
La caída aparentemente inevitable de Mariúpol privaría a Ucrania de un puerto vital, permitiría a Rusia establecer un corredor terrestre hacia la península de Crimea, de la que se apoderó en 2014, y liberaría tropas para luchar en otras partes del Donbas.
También daría a los líderes rusos un premio para conmemorar el “Día de la Victoria” el 9 de mayo, la fecha en que el país celebra haber derrotado a los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Mariúpol, y la planta en particular, se han convertido en un símbolo de la miseria infligida por la invasión rusa. La ciudad ha sido asediada por dos meses, atrapando a los civiles con poca comida, agua, medicamentos o calefacción. Los civiles que se han refugiado en la planta tal vez han sufrido más. Alrededor de 100 de ellos fueron evacuados el fin de semana, lo que para algunos fue la primera vez que vieron la luz del día en meses.
En un discurso matutino, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, comentó que se necesitaría una tregua en Mariúpol para sacar a los civiles restantes de los refugios y sótanos subterráneos.
“Tomará tiempo simplemente sacar a la gente de esos sótanos, de esos refugios subterráneos. En las condiciones actuales, no podemos usar maquinaria pesada para retirar los escombros. Todo tiene que hacerse a mano”, mencionó Zelensky.
El gobierno ruso prometió que abriría otro corredor de evacuación desde la planta a ciertas horas del jueves al sábado.
Pero no hubo confirmación inmediata de otras partes sobre esos arreglos, y muchas garantías previas del Kremlin han fracasado. Los ucranianos culpan a los rusos de que los combates continúen.
No se sabe cuántos combatientes ucranianos siguen dentro de la planta, pero los rusos estimaron en semanas recientes que son alrededor de 2.000, de los cuales, 500 son reportados como heridos. Unos cientos de civiles también permanecen allí, anunció la parte ucraniana esta semana.
Las Naciones Unidas anunció que más de 300 civiles fueron evacuados el miércoles de Mariúpol y otras comunidades cercanas.
Los evacuados llegaron a Zaporizhzhia, a unas 140 millas (230 kilómetros) de distancia, donde estaban recibiendo asistencia humanitaria.
“Muchos llegaron sin nada más que la ropa que llevaban puesta, y ahora los apoyaremos durante este momento difícil, incluso con el apoyo psicológico que tanto necesitan”, explicó Osnat Lubrani, coordinador humanitario de la ONU para Ucrania.
Una evaluación hecha por el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, mostró que las fuerzas rusas estaban esforzándose por ganar tracción en Donbas. “Las defensas ucranianas han estancado en gran parte los avances rusos al este de Ucrania”, destacaron.
El jueves, el Kremlin acusó a Occidente de impedir que la campaña militar de Rusia tenga un “final rápido”, señalando específicamente las armas y la inteligencia proporcionadas por EE.UU., el Reino Unido y la OTAN.
Además, afirmaron haber matado a más de 600 combatientes ucranianos durante la noche.