Miles de ancianos están varados en Ucrania, dice jefe de ONG
No hay precedentes en la historia para la dimensión y velocidad de la crisis de refugiados, dice Jan Egeland a Andrew Buncombe
Miles de adultos mayores ucranianos están atrapados al este del país, sin poder o sin querer salir, mientras las fuerzas rusas atacas sus ciudades, advirtió un alto funcionario humanitario.
Aunque la difícil situación de los niños y las madres que dejan las zonas del este y se dirigen a ciudades al oeste del país o a naciones como Polonia ha recibido una amplia cobertura en los medios, los peligros que enfrentan los adultos mayores han sido pasados por alto en gran medida, dice Jan Egeland, Secretario General del Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
Egeland explica que muchas de estas personas de entre 70 y 80 años tienen discapacidades o están postradas en cama. En algunas comunidades del este de Ucrania, donde Rusia está enfocando su operación militar, las personas mayores representan hasta 60 por ciento de la población.
Es el reverso de la crisis en lugares como Siria y Afganistán, donde hay un gran número de niños atrapados en el conflicto.
“Quiero decir, la insensatez de tener una guerra librada entre cientos de miles de jubilados miserables y helándose”, comenta Egeland a The Independent desde Kyiv, donde está en una misión de investigación. “No puedes ni imaginártelo”.
Egeland, de 64 años, un diplomático noruego que se desempeñó previamente como Subsecretario General de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de las Naciones Unidas, señala que antes de la invasión, viajó a comunidades en Donbas, incluyendo aquellas bajo el control de los separatistas prorrusos.
Asegura que son personas “que tenían pocos recursos, que vivían en pueblos y aldeas que quedaron devastados por la guerra anterior (que sucedió en 2014), y ahora estaban allí, esperando la nueva guerra”.
“Les pregunto una y otra vez, ‘¿se irían? ¿Pueden irse?’”.
Agrega: “Uniformemente, dicen ‘no podemos irnos, no tenemos adónde ir. Esta es nuestra tierra. Nos quedaremos pase lo que pase’”.
Egeland y otros funcionarios humanitarios mencionan que más de cinco millones de personas han salido de Ucrania, y otros siete millones se han desplazado internamente.
Él dice que aunque algunos la califican como la mayor crisis de refugiados en términos de número y escala temporal desde el final de la Segunda Guerra Mundial, no se le ocurre ningún precedente en la historia.
“¿Cuándo vimos a dos millones de personas por semana ser desplazadas durante seis semanas, es decir, doce millones de personas? No creo que haya sucedido antes”, opina.
“Es una señal de la ferocidad de los ataques, y también es una señal de que la población es móvil y que muchas familias podrían trasladar a sus hijos y madres a lugares en el oeste de Ucrania y en los países vecinos. Realmente significa que todo el país se puso patas arriba en semanas”.
Ucrania ya cumplió dos meses desde que fue invadida por las tropas rusas, en lo que su líder, Vladimir Putin, describió como una “operación militar especial”.
Miles de personas han muerto y hay amplias pruebas de lo que los investigadores sobre el terreno dicen que son crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas. Moscú ha negado estas acusaciones y alega, sin pruebas, que tales atrocidades fueron perpetradas por las fuerzas ucranianas.
El fin de semana, el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, y el secretario de Estado, Antony Blinken, visitaron Ucrania, un viaje que representó la visita de la delegación de más alto nivel desde que comenzó la invasión.
El lunes, Austin comentó que esperaba que las pérdidas rusas en Ucrania disuadieran a sus líderes de repetir sus acciones.
También afirmó que Ucrania todavía podía ganar la guerra si recibe el apoyo adecuado, y que EE.UU. enviará otros US$713 millones en ayuda militar al país y a otras naciones europeas.
“Queremos ver a Rusia debilitada al grado de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania”, aseveró Austin desde Polonia.
Durante las preguntas en una conferencia de prensa, añadió: “Ya ha perdido mucha capacidad militar y muchas de sus tropas, francamente, y queremos ver que no tengan la posibilidad de reproducir esa capacidad muy rápidamente”.
Egeland explica que su organización teme que, a medida que los rusos centren sus operaciones en ciudades del este, y a medida que se vuelva más difícil salir de ahí para las personas mayores y vulnerables, más comunidades se vean rodeadas y sitiadas, como sucedió en Mariúpol.
“La intensificación de la guerra al este de Ucrania resultará en un terrible derramamiento de sangre y un desplazamiento masivo desde las regiones del este, incluyendo Luhansk y Donetsk, lo que volverá a traumatizar a las comunidades que ya han sufrido ocho años de hostilidades. En algunos lugares, el recrudecimiento podría llevar a que ciudades enteras sean sitiadas”, precisa.
“Es desgarrador pensar en los horrores que estas personas se ven obligadas a revivir, y saber que no podemos llevar asistencia vital a muchas áreas afectadas. Pedimos un alto al fuego inmediato para detener esta ola de sufrimiento humano”.