“¿Qué opción tenemos?”: Ejército de voluntarios de Ucrania se prepara para la guerra
A medida que crecen los temores sobre una guerra con Rusia, las fuerzas armadas de Ucrania se ven reforzadas con una serie de soldados ciudadanos, informa Kim Sengupta en Kiev
Una cosa que Oleksii Bida recuerda vívidamente de la época en que fue secuestrado y torturado es que sus interrogadores sabían muy bien que no podía responder las preguntas que le estaban haciendo.
Desnudo, atado a una silla mientras lo pateaban y golpeaban, le dijeron que su sufrimiento terminaría en cuando revelara “los secretos de los traidores” que participaban en las protestas de Euromaidán en Lugansk.
“Pero yo no conocía secretos. Estábamos manifestándonos igual que las personas se estaban manifestando en Kiev y en muchas otras ciudades en todo el país. Yo lo sabía y ellos lo sabían. Supongo que simplemente les gustaba lastimar a las personas que odiaban”, reflexionó el diseñador gráfico de 47 años.
En el momento de su brutal encuentro con los milicianos separatistas durante las protestas hace siete años, que llevaron a un sangriento conflicto y la división efectiva de Ucrania, Bida era un pacifista declarado, así como un activista por los derechos civiles.
El fin de semana pasado estaba camuflado y usando chaleco antibalas, portando armas y prometiendo luchar y matar si Vladimir Putin ordena un ataque contra su país; un ataque que considera que ahora puede ser bastante probable.
Bida es parte de las reservas del ejército de Ucrania y la Fuerza de Defensa Territorial (TDF), que, junto con los ciudadanos voluntarios, pueden encontrarse ahora en parques y bosques realizando simulacros y ejercicios militares en cantidades cada vez mayores, a medida que aumentan las advertencias de un conflicto inminente.
Estos hombres y mujeres no están jugando a los soldados, quiere señalar el ejército ucraniano. Son una parte muy importante de la estrategia militar del país cuando se produce cualquier invasión, especialmente si, como es de esperarse, hay combates terrestres cerca o en centros urbanos.
Una encuesta realizada el mes pasado por el Instituto de Sociología de Kiev informó que 58 por ciento de los hombres, y 13 por ciento de las mujeres de la población de 44 millones del país, estaban preparados para participar en una resistencia armada contra un ataque ruso. Alrededor de 17 por ciento de los hombres y 25.5 por ciento de las mujeres estaban dispuestos a utilizar otros medios, incluyendo protestas y el sabotaje contra la agresión.
Se cree que estas cifras han aumentado considerablemente el último mes y que el entrenamiento de voluntarios se ha intensificado drásticamente. Miles de personas se están presentando para efectuar ejercicios y las solicitudes se han disparado para unirse a los 12.000 miembros de la TDF que están programados para ser absorbidos en las filas de 250.000 militares este año.
El fuerte aumento en el número se produce en medio de la aprensión de que la acumulación de una fuerza de más de 100.000 tropas rusas haya ido más allá de la intimidación para ganar concesiones diplomáticas de parte de Ucrania. Una ofensiva militar ahora parece el escenario más probable.
No puedo quedarme de brazos cruzados en casa y dejar que otros hagan lo que se tiene que hacer. El hecho de ser una mujer no tiene nada que ver
Alrededor de 50 voluntarios, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, que se presentaron en una mañana ucraniana de invierno con nieve y viento frío estaban decididos, dijeron, a hacer lo que pudieran. A primera vista no se ven como aquellos que sobrevivirían mucho tiempo contra la potencia del fuego de los tanques, misiles y artillería alineados contra ellos. Pero están dispuestos a declarar su determinación de luchar.
“¿Qué opción tenemos? Necesitamos estar unidos y estar listos para cualquier cosa”, dijo Bida.
“No me apresuré a unirme en venganza por lo que me pasó en Lugansk en 2014. He intentado seguir el camino no violento. Pensé sobre esto mucho tiempo y no parecía haber señal de que la situación mejorara. Rusia, creo, está apoyando el terrorismo, así que me uní a las reservas hace dos años”.
Algunos de los que participaron en el simulacro en el Parque Nacional Holosiivskyi en las afueras de Kiev habían servido en las fuerzas antes, pero la mayoría no lo habían hecho.
Algunos vestían uniformes y chalecos antibalas del conflicto que inició en 2014. Otros habían comprado su equipo, una variada gama de camuflajes y colores. Bastantes más llevaban “rifles de asalto”, que eran pistolas de paintball, algunos eran réplicas de madera o plástico de carabinas americanas.
Marianna Zhaglo tenía un arma letal que funcionaba, un rifle de caza que compró especialmente para cuando los rusos llegaran a Kiev, una perspectiva que cree que es bastante factible.
“Estamos muy cerca de la frontera, así que puedo ver a Putin tratando de tomar la ciudad, y tenemos que luchar si lo hace”, dijo, “y para eso necesitamos estar armados”.
Zhaglo, una consultora de marketing de 52 años con tres hijos, vestía un camuflaje blanco de guerra de invierno. Ella cree apasionadamente, dijo, que se necesitará la ayuda de todos en los días oscuros que se avecinan.
“No puedo quedarme de brazos cruzados en casa y dejar que otros hagan lo que se tiene que hacer. El hecho de que soy una mujer no tiene nada que ver. Mira alrededor y verás tanto a hombres como a mujeres, de todas las edades. Todos sufriremos si hay una guerra, así que todos tienen habilidades que pueden ofrecer”, aseguró.
Ivan, de 31 años, que quería que se publicara su indicativo, “Morty” en lugar de su apellido, es ingeniero informático. Sin embargo, se ha entrenado para ser un francotirador en vez de unirse al equipo de comunicaciones del ejército.
“Cuando estaba entrenando no me di cuenta de que tal vez tendría que usar ese entrenamiento en primera línea tan pronto. Pero estoy listo para hacerlo, no me arrepiento”, comentó.
Ivan quiso enfatizar que él y los suyos estaban extremadamente agradecidos por las armas que EE.UU., Gran Bretaña y otros estados aliados suministraron a Ucrania. Pero el Javelin y el NLAW (Next Generation Light Anti-Tank Weapon) son mísiles de corto alcance, mientras que el armamento ruso concentrado en las fronteras incluyen artillería pesada y misiles balísticos Iskander.
“Ese es un problema”, señaló Iván. “Pero si vienen a las ciudades, serían muy útiles en las peleas callejeras. Desde luego, los rusos podrían decidir quedarse a larga distancia y atacarnos. Incluso podrían usar sus aeronaves. Y eso provocará muchas víctimas civiles, pero probablemente no les importe”.
El Kremlin ha asignado un escuadrón de cazas SU-35S, junto con otros aviones de guerra, en Bielorrusia, para los simulacros de guerra que se llevarán a cabo entre los dos países. La Fuerza Aérea de Ucrania no está a la altura de estas naves y el esfuerzo principal sería salvarlos de ser bombardeados en las bases aéreas.
La diferencia en las capacidades de su aviación es bien conocida por el coronel Yuri Boyko, un oficial retirado de la Fuerza Aérea de 68 años, que participó en los ejercicios como asesor.
“Sí, los simulacros de guerra en Bielorrusia son un poco diferente de nuestros pequeños simulacros”, dijo sonriendo. “Todo lo que podemos hacer es emplear los activos que tenemos, nuestra gente, para ayudar a defender nuestro país si hay una invasión”.
El coronel Boyko sirvió durante 22 años, algunos de ellos en el ejército soviético, y su despliegue incluyó un periodo de tres años en Irak como observador durante la guerra con Irán. Está involucrado en una serie de proyectos internacionales de comando y control, que lo llevarán a Londres en los próximos meses.
“Eso por supuesto dependerá de lo que pase con nuestro país”, dijo el coronel. “No tenemos completo control de nuestro futuro. Realmente espero que no haya una guerra. Pienso que las personas que han servido en el ejército están particularmente dispuestas a evitar la pérdida innecesaria de vidas. Por supuesto, defenderemos nuestra patria, pero para mí esto es extraño, así como la guerra de 2014 fue extraña, la gente que sirvió en las mismas fuerzas están unas contra otras”.
El coronel Shcherbina Mykhailo es otro veterano que sirvió durante 37 años antes de jubilarse. Ahora es subjefe de seguridad del municipio de Kiev, una figura clave de la defensa de la capital.
El coronel había participado en algunas de las batallas más sangrientas de la guerra separatista, incluida Debaltseve, en enero y febrero de 2015, en las que murieron cientos de combatientes y civiles.
El coronel Boyko sostuvo que Ucrania debería haber actuado antes y más rápido para desarrollar la fuerza de voluntarios y que necesitaban integrarse mucho más en la TDF.
“Por supuesto que es muy alentador que estas personas hayan salido a defender el país. Pero hemos tenido esta amenaza desde hace años y quizá debería haber una hoja de ruta de ocho años”, comentó el coronel a The Independent.
“La comunidad internacional está viendo de nuevo lo que está sucediendo ahora, pero hemos tenido esta amenaza durante años y no pensamos que desaparecería repentinamente”, comentó.
El coronel Mykhailo y su personal están trabajando ahora prácticamente las 24 horas para organizar la defensa de la capital.
“¿Intentarán los rusos tomar Kiev? Lo descubriremos pronto, creo. Él tiene otras opciones también. Putin utiliza la acción inesperada como parte de su estrategia, quiere estar lleno de sorpresas, entonces incluso ahora uno no está seguro de lo que hará”, señaló.
“Pero la situación ahora es que está acumulando una fuerza tan grande que tiene que hacer algo a menos que obtenga mucho de lo que quiere de Ucrania y Occidente.
“Estamos muy agradecidos por el apoyo que hemos recibido de nuestros aliados. Pero estamos en un momento muy incierto aquí en Ucrania y debemos, como dicen, prepararnos para lo peor y esperar lo mejor”.